Tegucigalpa
Un día perfecto en el centro histórico
Querida hondureña, sí, te hablo a vos, mujer fuerte, independiente, siempre bien vestida, educada e invaluable. Hoy quiero platicar con vos. ¿Cómo va el trabajo? ¿Mandados del hogar? ¿Cuándo fue tu último manicure? ¿Cuándo te tomaste un vinito con tus mejores amigas? ¿Cuándo fue la última vez que caminaste por tu ciudad? Yo te entiendo. Llevamos vidas algo complicadas, difíciles, sin espacio para respirar. A veces olvidamos que en Tegucigalpa el clima siempre es perfecto o que todo queda a la vuelta de la esquina. A veces olvidamos que en esta ciudad–escondida entre montañas, bosques y nubes–la cultura resuena y caminamos sobre una riqueza histórica, una tradición de patrimonio y fachadas. Lo que te quiero pedir, mujer hondureña, es que, en este mes de la patria y de la conmemoración de la fundación de nuestra querida Tegucigalpa, tal vez guardá un espacio para descansar, para reconsiderar, para hacerte el manicure, pero también para conocer (o volver a conocer) tu ciudad. Hacé planes un jueves por la tarde con tus amigas, pero también hacé planes un sábado por la mañana. Visitá rinconcitos, redescubrí iglesias, olvidá la dieta y comete una burrita–con seis tortillas-. Volvé a las costumbres de antes, volvé a las calles de tus padres, volvé a ese lugar lleno de memorias, historias que una vez te contaron. En estos días azulados, apagá tu celular y disfrutá, poné en pausa el trabajo, los mandados (¡nunca el vino!) y vuelve a lo que amás. No tenés que volver al centro, pero el centro es un buen lugar para empezar.
LA RUTA DEFINITIVA DEL CENTRO HISTÓRICO
Desayuno en Los Dolores. Tu día perfecto en el centro histórico comienza en Plaza Los Dolores. Perdete en los laberintos del mercado y ordená (te recomiendo Baleadas Lourdes o la Mega-Baleada) una baleada con “todos los mickeys”. Después, visitá las palomitas en la Plaza, conocé la iglesia con su fachada barroca, apreciá el retablo reluciente, sus pisos de mosaicos, sus detalles únicos.
Visitas a museos. Ahora, seguí hacia el primer bloque cultural del centro histórico. Existe una buena cantidad de museos y espacios culturales en Tegucigalpa y su mayoría se ubican en el centro. ¿Ya visitaste las exhibiciones del Museo para la Identidad Nacional? ¿Y la Galería Nacional, con sus tres salas y tres generaciones? ¿Conocés la Antigua Casa Presidencial? ¿El Museo Histórico Militar?
Comprá pan dulce. ¿Qué hogar está completo sin pan dulce? Yo recomiendo Basilios en la Peatonal, pero también podés visitar nuestra querida Chinda Díaz o La Baguette. Podrás encontrar diferentes opciones si te das una vuelta por el Paseo Liquidámbar…
Caminata por La Peatonal. La calle con más tráfico peatonal en nuestra ciudad, una experiencia diferente cada vez que la visitás, el olor dulce de pan recién horneado, un artista decorando el suelo con sus pinturas, las notas de un violín urbano… caminá, olvidate de todo, llegá hasta el Parque Central. Parque Central & Catedral San Miguel Arcángel. La conclusión del Paseo Liquidámbar es el Parque Central, donde casi siempre hay un espectáculo en el escenario, donde las personas convergen y platican, juegan dominó con un amigo, juegan con sus hijos, caminan hacia la Catedral para participar en la misa del día. No podés perderte un vistazo a esa cúpula dorada. Almuerzo en el Duncan Mayan. Restaurante icónico de Tegucigalpa, que existe por más de 50 años, ¿qué mejor lugar para esconderse del sol por un ratito?
Tardear en La Leona. Después del almuerzo, podés subir las cuestas de La Leona (a pie o en carro) hasta llegar al pintoresco parque. Disfrutá de la vista, de los rinconcitos que llevan a Buena Vista y la Buenos Aires, bajá las escaleras escondidas, apreciá la vista de nuestra ciudad.
Bajar la cuesta Lempira. Y cuando regresés al centro, la mejor ruta es la Cuesta Lempira (tengo 24 años y todavía siento un poco de miedo al enfrentarme con esa calle empinada).
Hoy se vale pedir un postre. Yo recomiendo una crepa en Café con Libros, la cafetería escondida en el segundo nivel de la Librería Bautista. Perfecta hora para tomarse un capuchino o un café negro, o tal vez un smoothie de frutas. Disfrutá una obra cultural. ¿Por dónde empiezo? Los jueves de jazz en Bourbon House son excelentes, al igual que los cafés poéticos de Café Paradiso. Inauguraciones en el MIN y la Galería Nacional, conciertos impromptu en Casa Quinchon o el Paseo Liquidámbar, la sinfónica en el teatro, obras nuevas y vanguardistas en Casa del Teatro Memorias, festivales, intervenciones artísticas–es difícil mantenerse al tanto, pero seguro existen páginas digitales que comparten todas las actividades… Tomarse un shot. ¡Y terminemos la noche con un traguito! No sos hondureño, si no te has tomado un calambre en el famoso New Bar de Tito Aguacate. También podrías pasarte por el Hostal La Ronda, jugar una ronda de GiantJenga y después atender una lectura de poesía en Café Paradiso.