ETIQUETA
Cambios en tus hábitos alimenticios y en tu estilo de vida se traducen en una imagen renovada y por siempre joven. Aquí, cómo conseguirlo.
Una imagen saludable
A ver, a ver... ¿quién se anima a levantar la mano y confirmar, sin rollos mentales, que se acepta tal como es? Si eres de esas personas que poseen una autoestima equilibrada: felicitaciones. Si no, a trabajar se ha dicho. Aún estás a tiempo de comenzar el año con actitud positiva. Si te sientes bien con quién eres, se reflejará en tu exterior. La autoimagen (que se va formando desde pequeños) determina nuestra confianza para enfrentar la vida, convirtiéndose en uno de los pilares esenciales para vernos y sentirnos mejor. Pero la percepción no solo depende de nosotros. La opinión de quiénes nos rodean influye. La desaprobación de los demás puede hacernos dudar de la imagen que proyectamos y de la capacidad para comportarnos correctamente. Aunque no lo querramos aceptar, nos da seguridad ser admitidos y valorados. Cuando hablamos de tener una “imagen saludable”, nos referimos a buscar la armonía entre nuestro interior y exterior, descartando pensar solo en la estética. Vernos de manera integral (cuerpo, mente y espíritu) es básico para dejar de culparnos por aquellas características que nos desagradan y malgastar energías en cosas irrelevantes. El cuerpo es el primer traje que tenemos y debemos amigarnos con él, ir contra la naturaleza no es inteligente. Querernos como somos es una máxima que no debemos olvidar. A medida que crecemos y maduramos nuestro cuerpo cambia, el espejo no miente. Lo que vemos es lo que hay. Pero ¿qué pasa cuando lo que observamos no nos gusta e influye negativamente en nuestros sentimientos? Los primeros signos de envejecimiento nos pueden deprimir, sobre todo en una sociedad (en este lado del planeta) que determina que debemos parecer siempre jóvenes, aunque no lo seamos. No te enganches con ese speech, no es verdad. Reconocer la edad que se tiene y gozarla a pleno (desde los maravillosos 30 hasta los dorados 80) es el mejor antídoto para celebrar la vida. Transitar saludablemente cada etapa depende del cuidado que le demos a nuestro cuerpo y mente, es nuestra decisión elegir con quién nos relacionamos, el tipo de pensamiento que tenemos, qué hacemos con el tiempo libre, etcétera. Como vemos, nada mejor que quererse, aceptarse y practicar algunos tips básicos en el diario vivir para sentirnos felices, proyectando esa imagen saludable desde nuestro interior. Nunca dejes de brillar.