Monique
Para desarrollar el cine se necesitan talentos con una voluntad firme y objetivos claros, buenas historias, un elenco de primera, directores visionarios y productores e inversionistas que crean en este rubro. Esto último resulta particularmente difícil en un país como el nuestro donde la cinematografía es un arte emergente. Pero por fortuna hay jóvenes que creen firmemente en este género y que lo apoyan con la convicción que esta realidad puede cambiar.
Monique Asfura es una de ellas. Con una fe ilimitada en lo “hecho en Honduras”, no dudó ni un momento en unirse a la aventura de apoyar el cine nacional como productora ejecutiva y qué mejor aún cuando se trata de impulsar los proyectos de alguien tan querido para ella como Jurek Jablonicky, “somos amigos desde pequeños, cuando estábamos en la escuela. Realmente creo mucho en él. Lo apoyo en primer lugar porque tiene el talento, pasión y la dedicación para llegar lejos. Hemos visto su potencial”, afirma.
Todavía tiene latentes las emociones que ambos compartieron en el Festival de Cannes en 2016, cuando Todos Bailaban, el corto de Jablonicky, participó en la selección oficial Short Film Corner, “fue una experiencia muy impresionante, ahí la gente respira cine... y dinero”.
Ese es precisamente el factor que mueve la industria y Monique lo sabe muy bien, “la gente todavía no entiende que en estos tiempos se necesitan de inversiones millonarias para sobresalir en las producciones. Se necesita mucho dinero y el interés de todos para impulsar la actividad cinematográfica. También son importantes temas adicionales como la Ley de Cine, una iniciativa muy positiva para todos los involucrados en este arte y que además dictará la pauta para que la gente venga a Honduras a realizar películas a costos más accesibles. ¡Jurassic Park se iba a filmar aquí pero no teníamos lista la ley y se fueron!”
A pesar de las dificultades que puedan existir no podemos negar que el cine hondureño vive un momento muy positivo. El país produce más películas que nunca en su historia y como reitera Monique, “sabemos de nuestras limitantes en cuanto a producción se refiere, pero paulatinamente el público le está dando el espacio que se merece”, dice con seguridad.
Para que esto siga sucediendo piensa que se debe trabajar en producciones únicas. Esas que te dejan marcado, que son extraídas de una realidad y que de alguna u otra manera pueden hacer un cambio positivo, “lo más interesante del cine es que encontrar la manera idónea de contar las historias que ves. Los temas sociales son sin duda una buena fuente y muy inspiradores para llevarlos a la pantalla grande. Negra Soy, por ejemplo, es una historia hermosa, las mujeres garífunas son como las abejas, ellas son las encargadas de todo, son las que mantienen la casa... ese documental de Laura Bermúdez es increíble y lo ves desde tres perspectivas diferentes: la niña, adulta y la mayor”.
La realización cinematográfica abre grandes oportunidades para sensibilizar y llegar realmente a las personas. Es una forma de comunicación muy poderosa, despierta emociones, refleja realidades que muchas veces podemos pasar por alto. Y ahí radica su magia, la misma que se puede palpar al ver Negra Soy, un trabajo impecable en el que se percibe como las mujeres garífunas son el pilar de sus familias, el motor de la economía y la inspiración de sus comunidades.
Esas mujeres garífunas nos recuerdan como el rol femenino ha cambiado con el tiempo, especialmente ahora que cobran relevancia iniciativas como el Time’s Up o la Women’s March Global que llevan a la mujer a empoderarse. Las hondureñas no son la excepción y la lucha por la igualdad ya es un tema sobre la mesa, “a veces pienso que no estamos listos como sociedad, ya sea por miedo y falta de comunicación, pero tenemos que comprender que dos cerebros funcionan mejor que uno. Lógicamente es más complicado por cuestiones de carácter, por la diversidad de opiniones, porque otro piense diferente, pero se puede lograr. Creo que uno se tiene que dar su lugar como mujer en todo momento. Aunque vivimos en un país machista, eso es una realidad, el latino tiende a serlo, no podemos olvidar quiénes somos”. Intensa en sus palabras como en sus acciones, Monique dice con vehemencia que, “definitivamente esta va a ser la década de las mujeres y no solo en Honduras. Estamos viendo movimientos internacionales precisamente por los abusos que se han dado contra nosotras en términos generales. Es increíble como por ejemplo, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se expresó sobre las mujeres en el World Economic Forum en Davos. Él sabe que tenemos un gran potencial por eso dijo que los hombres tienen que reconocer que tenemos los mismos derechos y que ellos mismos forman parte de este movimiento por la igualdad”.
Su fe en el futuro y en el mundo nos revela mucho sobre el carácter de Monique, quien se involucró en el cine por amistad, por casualidad. Ella en realidad estudió Comunicaciones y Relaciones Públicas en Newbury College de Boston y luego de graduarse regresó a su país y pronto se vio colaborando con Jurek en la producción de anuncios en Honduras This Week, “después quise entender lógicamente los negocios de mi papá para brindarle apoyo. Tuve el reto de comprender el campo de la construcción y leer planos; trabajo que no tenía nada que ver con lo que había estudiado, pero fui acoplándome y ahora ya pasaron tres años. Me encanta porque he crecido mucho personalmente”.
Establecerse en Honduras fue algo que nunca dudó, y es que si hay algo que ella refleja a lo largo de la plática es un enorme sentimiento de hondureñidad, “mi papá me ha enseñado el verdadero significado de ser patriótica ya que al amar a tu país vas a tomar decisiones positivas para las mayorías. Y por eso voy a estar eternamente agradecida con él, por haberme enseñado a valorar y amar a mi país”.
Sin duda que Tito y Lissette Asfura han sido la mayor influencia en su vida, “agradezco a Dios todos los días por haberme bendecido con unos padres ejemplares. Les agradezco por su ejemplo y bondad. Mi mamá es una mujer incomparable y mi papá un hombre increíble, las obras que él hace, las hace para no ser aplaudido”.
Como hija de un alcalde resulta casi natural preguntarle si piensa que ella podría dedicarse algún día a la política, minutos después responde con franqueza, “vivo con un político, y si la mayoría de los políticos fueran como él, el mundo sería diferente. Lo que significa ser político, eso me gusta”. Mientras el futuro llega ella vive su presente un día a la vez, sin hacer muchos planes a largo plazo. “Aprendí a manejar mis metas en cosas reales. Tengo muchas cosas que quisiera hacer en diferentes áreas, pero a su debido momento”.
Pero si hay algo de lo que está segura es que le encantaría producir un documental sobre el arrecife de coral en Roatán. “Definitivamente le tenemos que poner más atención al medio ambiente, porque solo sabemos que contamos con el segundo arrecife coralino más grande del mundo, pero no hacemos nada para que conserve el brillo de su belleza. El mar es lo más artístico que hay. El mundo que hay en el fondo del mar es más bello que el espacio mismo”. No dudamos que en un tiempo, ese sueño se haga realidad y nos sumerjamos en la nueva aventura de Monique.