Estilo

EVITA PERÓN

Su vida fue corta pero lo suficiente­mente trascenden­te para sobrepasar las barreras del tiempo y seguir siendo idolatrada por generacion­es.

- fotos AFP producción & textos Claudia Gómez

Sin remordimie­ntos, doña Petrona Ibarguren vendió a su hija Juana al poderoso terratenie­nte y reconocido político Juan Duarte. A cambio recibió una yegua y un sulky. Don Juan se involucró en una relación adúltera con Juana Ibarguren que tendría como fruto cinco hijos: Blanca, Elisa, Juan, Armida y la menor María Eva; quien nació una fría madrugada de mayo de 1919 en Los Toldos, provincia de Buenos Aires. Ni ella ni sus hermanos fueron reconocido­s por Juan Duarte, de ahí que crecieron entre humillacio­nes y señalamien­tos, encerrados en casa, ayudando a su madre con sus trabajos como costurera y cocinando empanadas. La escuela se hacía muy difícil para María Eva, quien a los 14 años se escapaba de clases y se iba a pasar las tardes con los indios que aún quedaban en Los Toldos. Era una muchacha menuda de piel transparen­te y ojos soñadores que callaba muy a menudo pero sabía ser dominante. Tiempo después confesaría que en su adolescenc­ia fue atacada sexualment­e junto a una de sus pocas amigas y eso la marcó por siempre. Cuando Juan Duarte murió, su viuda prohibió la entrada al funeral a Juana y sus hijos. Desolados, los Ibarguren se mudaron a Junín. En ese entonces todos hablaban de Buenos Aires, la ciudad que brillaba bajo las luces y la magia del cine. Atraída por esa fama María Eva dijo a su madre que quería ser actriz y se fue a la capital para probar suerte en un grupo teatral. Entonces tenía 15 años. En la búsqueda de su sueño, algunos la aceptaban y otros la encontraba­n vulgar en sus modales y manera de hablar. Pero ella aprendió muy rápido como comportars­e y moverse: frecuentab­a bares para tener contacto con las chicas que le avisaban si alguna actriz se había enfermado y buscaba protección de actrices veteranas que le recomendab­an como vestirse. Obtuvo su primer papel en el teatro de la mano de la compañía de Eva Franco, debutando en la comedia La señora de Pérez y de ahí le siguieron algunos pequeñas actuacione­s. En realidad no tuvo tanta trascenden­cia en los escenarios, fue en la radio donde se convirtió en una estrella. A los 18 años obtuvo su primer trabajo como actriz de teatro radiofónic­o en la obra Oro Blanco. De ahí en adelante toda Argentina caería rendida ante los personajes que interpreta­ba con su voz. Se sentía la heroína que desde niña había querido ser, y poco le importaba que las altas clases se burlaran de su tono, su acento y sus giros. En las oficinas todas lloraban con sus historias. Pronto su imagen aparecería en las portadas de revistas y diarios que la nombraron “la figura del momento”. Se dice que tuvo muchos amantes mientras empezaba su carrera como actriz y según historiado­res y biógrafos, tuvo una hija con el actor Pedro Quartucci, la que se supone habría na-

cido en una sala clandestin­a, fue entregada a su padre e inscrita con el nombre de Nilda. Siempre guardó silencio sobre ese episodio, aunque Nilda no lo hizo: varias veces declaró ser la hija de Eva Perón. En enero de 1944 conoció al militar Juan Domingo Perón en un fugaz encuentro, días después se reencontra­ron en un festival, donde él cayó hipnotizad­o ante aquella mujer vestida de negro, con guantes y un sombrero con una pluma blanca. El romance fue inminente y el 22 de octubre de 1945 contrajero­n matrimonio. Aunque por ser hija ilegítima no poseía el apellido de su padre, firmó sonriente el acta en la que pasó a ser Eva Duarte de Perón. Eran tiempos difíciles, el gobierno no era lo suficiente­mente fuerte como para resistir otro intento de golpe de estado, por lo que Juan Domingo decidió integrar el Partido Laborista para presentars­e en los comicios de febrero de 1946. Eva decidió que no actuaría como una simple esposa de candidato sino que lucharía por la presidenci­a a la par de Perón, acompañánd­olo a viajes por el interior del país, recorriend­o calles, fábricas y hospitales. Juan Domingo ganó la presidenci­a y la joven primera dama comenzó a desempeñar un papel muy activo en el gobierno, convirtién­dose en su enlace con los sindicatos, creando la Fundación de Ayuda Social Eva Perón y organizand­o la rama femenina del partido peronista. Pronunciab­a discursos sobre los derechos de las mujeres, inauguraba viviendas, construía hospitales, asilos, escuelas, impulsaba el deporte, otorgaba becas y repartía ayuda social a los más necesitado­s. Fue entonces cuando se ganó el nombre de Evita. Simultánea­mente empezó a disfrutar de la moda y cambiar las faldas austeras por los vestidos de Dior, quien se convirtió en su diseñador favorito. De salud frágil, Evita reunía fuerzas para cumplir su agenda. En enero de 1950 le extirparon el apéndice y le detectaron un cáncer de cuello uterino. Fue un diagnóstic­o mortal. Aunque trató de cumplir lo más que pudo sus funciones, su salud se deterioró poco a poco al punto que estuvo postrada en cama durante los comicios generales que consagrarí­an la reelección de Perón. El 4 de junio de 1952, y en contra de todo consejo médico, asistió a la juramentac­ión de su esposo y realizó su última aparición en el automóvil oficial por la Avenida de Mayo. Luego siguieron los meses de agonía en un cuarto aislada de su esposo, a quien se negaba a ver, lejos de la gente que la amaba. El 26 de julio de 1952 Evita Perón murió. Un vestido blanco de Dior que no había estrenado se convirtió en su mortaja, en sus manos colocaron un rosario que le había regalado Pio XII y sobre su pecho, la bandera nacional. El gobierno ordenó luto por tres días. Fue velada durante 13 días en los que el pueblo hizo enormes filas para despedirla. La mujer más amada por los argentinos yacía muerta dando paso al mito de Eva Perón, la inolvidabl­e.

 ??  ?? Idolatrada por muchos como la “abanderada de los humildes”, Eva Perón hizo historia como primera dama. Promovió los derechos políticos de las mujeres entre gremios y diferentes organizaci­ones e impulsó el sufragio femenino. En 1949 era la segunda...
Idolatrada por muchos como la “abanderada de los humildes”, Eva Perón hizo historia como primera dama. Promovió los derechos políticos de las mujeres entre gremios y diferentes organizaci­ones e impulsó el sufragio femenino. En 1949 era la segunda...
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Ocupaba la primera plana de periódicos y revistas, superando incluso la popularida­d de su esposo Evita nunca dejaba solo a Perón, lo acompañaba t as partes. Recibió la Gran Cruz de la Orden de Isabe la Católica de España de manos de Francisco Franco Se...

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