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FIGHT FOR YOUR LIFE

¡No te desanimes! Recibir un diagnóstic­o de cáncer de seno significa el comienzo de una batalla que puedes ganar. Aquí algunas armas para lograrlo.

- fotos iStock, Shuttersto­ck producción & textos Brenda Ortez

Asimple vista es difícil creer que es una sobrevivie­nte de cáncer de mama. Su figura menuda y aparenteme­nte frágil contrasta con sus ojos vivarachos y su energía. Isabel siempre está activa, camina de aquí hacia allá en nuestra redacción, optimista, servicial, haciendo planes futuros pero viviendo intensamen­te el presente. No podía ser de otra manera para alguien que hace unos años se convirtió en una de esas ocho mujeres que son diagnostic­adas con cáncer de mama. Lo supo así, de repente, como una ola gigante que te atrapa y te deja sin respiració­n, te arrastra y golpea, y luego te arroja a la orilla desvalida. “No sabía que algo estaba mal. Cada período menstrual me dolían los senos y lo asociaba con la fibrosis que me habían detectado cuando tenía 30 años”. El destino la llevó a la Fundación Hondureña Contra el Cáncer de Mama, Funhocam, a donde llegó a entregar unos documentos, “la doctora me revisó por cortesía y de inmediato detectó que algo estaba mal”. Isabel se practicó una mamografía convencion­al y posteriorm­ente un ultrasonid­o, en los que no aparecía nada. Siguiendo recomendac­iones médicas se realizó una mamografía 3D y el resultado fue un hallazgo sospechoso en la mama izquierda. Su ginecólogo le indicó una biopsia y no tardó en explicarle los resultados, “tiene un carcinoma in situ, lo que significa que está focalizado...” Isabel no recuerda muy bien el resto de la conversaci­ón, su reacción ante ese diagnóstic­o fue más que predecible, “yo fui sola al médico y al escucharlo comencé a derrumbarm­e, llamé a mi familia cercana y me puse a llorar. Entonces tenía 46 años, mi primer pensamient­o fue que iba a morir, que no iba sobrevivir”. Pero no podía paralizars­e, era el momento de empezar la lucha, la que tuvo como punto de partida el quirófano donde fue sometida a una cuadrantec­tomía, una operación para extirpar el cáncer y un poco del tejido que lo rodea, pero no la mama en sí. “Fui hasta cierto punto bendecida”, dice Isabel, que salió de la sala con una mezcla de alivio, ansiedad e incertidum­bre. Esto era apenas el comienzo. El siguiente paso requería mucha fuerza de voluntad, pero luego de enjuagarse las lágrimas encontró las fuerzas en Dios y la inspiració­n en sus dos hijas para someterse pacienteme­nte a 32 sesiones de radioterap­ia. “No es fácil, lloré a solas largas noches en las que no podía dormir”. Navegando entre un mar de emociones, visitas al médico, estrés y efectos secundario­s del tratamient­o que incluye desde náuseas y cambios en la piel, hasta depresión y constante fatiga, Isabel logró cumplir al pie de la letra todas sus sesiones. Hoy puede decir con alegría que superó la enfermedad, y aunque contarlo podría sonar fácil, fue todo lo contrario. Pero como en toda etapa, hubo un aprendizaj­e, un efecto positivo, “mi vida cambió después del cáncer, me volví más humana, con más fortaleza y al mismo tiempo más sensible. Aprendí muchas cosas, renuncié a ser materialis­ta y dejé de preocuparm­e por situacione­s a las que antes les daba demasiada importanci­a”. Ahora es una mujer diferente, que cumple al pie de la letra con sus cuidados post cáncer, come sano y busca siempre vivir en armonía, haciendo que valga la pena cada minuto. Ninguna mujer está sola en una lucha como esta, a continuaci­ón compartimo­s algunas claves para hacerle frente a un diagnóstic­o de cáncer de seno y ganar la batalla.

 ??  ?? “Hay momentos en los que querrás rendirte, pero no cometas el error de darte por vencida teniendo la posibilida­d de sobrevivir. No se puede perder la esperanza, todas tenemos la capacidad de ganar la batalla. ¡Cambia de actitud, te sorprender­á de lo que eres capaz!”, dice Isabel García, sobrevivie­nte de cáncer de mama, quien agrega un consejo, “a mí me ayudó mucho estar al lado de mi familia, las personas que amas te dan fuerza y aliento”.
“Hay momentos en los que querrás rendirte, pero no cometas el error de darte por vencida teniendo la posibilida­d de sobrevivir. No se puede perder la esperanza, todas tenemos la capacidad de ganar la batalla. ¡Cambia de actitud, te sorprender­á de lo que eres capaz!”, dice Isabel García, sobrevivie­nte de cáncer de mama, quien agrega un consejo, “a mí me ayudó mucho estar al lado de mi familia, las personas que amas te dan fuerza y aliento”.

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