Prevenir es la consigna
Quizá pienses que ya sabes lo necesario o que eres muy joven para preocuparte, déjanos recordarte que en el cáncer de seno no hay nada escrito y que la prevención es
casi un mandamiento que no puedes romper.
No hay ninguna otra manera. La prevención es el camino más efectivo para combatir el cáncer de mama. No importa cuántas veces lo hayas escuchado, vale la pena recordarlo. A veces el cáncer de seno es detectado después de que surgen síntomas, pero muchas mujeres no llegan a manifestarlos. De ahí que hacer las pruebas de detección periódicas es tan importante.
¿CUÁNDO HACERLAS?
Según la American Cancer Society, las mujeres con un riesgo promedio, o sea que no presentan antecedentes familiares de cáncer de seno o una mutación genética como gen BRCA y no han recibido radioterapia dirigida al tórax antes de los 30 años de edad, pueden seguir las siguientes recomendaciones para la detección temprana:
•Las mujeres de 40 a 44 años de edad tienen la opción de iniciar la detección con un mamograma (mamografía) cada año. •Las mujeres de 45 a 54 años deben someterse a un mamograma cada año.
•Las mujeres de 55 años y mayores pueden cambiar a un mamograma cada dos años, o pueden optar por continuar con sus mamogramas anualmente. Los exámenes de detección deben continuar siempre y cuando la mujer se encuentre en buen estado de salud y se espera que viva 10 años o más.
Por otro lado, las mujeres que presentan alto riesgo de cáncer de seno, basándose en ciertos factores deben someterse a una imagen de resonancia magnética (MRI), y a un mamograma anual, por lo general a partir de los
30 años.
Esto incluye a mujeres que:
•Tienen un riesgo de padecer cáncer de seno durante su vida de aproximadamente 20 a 25 por ciento o mayor, de acuerdo con los recursos de evaluación del riesgo que se basan principalmente en el antecedente familiar.
•Tienen una mutación conocida del gen BRCA1 o del BRCA2 (basándose en pruebas genéticas) o lo tienen sus parientes en primer grado.
•Han sido sometidas a radioterapia en el área del tórax (pecho) cuando tenían entre 10 y 30 años.
•Tienen el síndrome de Li-Fraumeni, de Cowden o de Bannayan-Riley-Ruvalcaba, o parientes de primer grado con uno de estos síndromes.
Las pruebas de detección pueden incluir además tests de laboratorio para evaluar la sangre y otros fluídos y exámenes genéticas que buscan marcadores heredados asociados a la enfermedad. Es muy importante que evalúes con tu ginecólogo tus factores de riesgo y te asesores cómo comenzar o continuar con tus exámenes de detección temprana. Agéndalo, tómalo en serio, podría salvar tu vida.