TALENTO JOVEN
La palabra rendirse no existe en el diccionario de vida de Angélica Rivera, una joven de 25 años que está decidida a ganar la batalla contra el cáncer de mama. Lucha por ella, por los que ama y por todas aquellas mujeres hondureñas, a las que como imagen
MI TRABAJO ES CREER
Angélica Rivera
Estudiante de pedagogía e imagen de la campaña 2018 de la Fundación Hondureña Contra el Cáncer de Mama, Funhocam. Cuando tienes 24 años, estás a punto de graduarte en la universidad y tienes toda la energía del mundo, lo que menos se cruza por tu mente es la posibilidad de padecer una enfermedad como el cáncer de mama. Eso le sucedió a Angélica Rivera, una joven fuerte, alegre y espontánea, cuyo mundo se vino abajo hace justo un año, cuando recibió el peor diagnóstico de su vida.“Presentaba una inflamación en mi seno izquierdo y el pezón se invirtió. Me indicaron un tratamiento, me hicieron ultrasonidos, me hospitalizaron y no lograban detectarme nada. Consulté con un amigo que me refirió con el doctor Marcio Pinto, me hicieron una biopsia y resultó ser un cáncer de mama inflamatorio”, dice. Su primera impresión es fácil de adivinar, “no esperaba ese diagnóstico, pensé que estaba equivocado. Me quedé impresionada, muda, no podía creer lo que me estaba pasando”.
Fueron muchas preguntas sin respuestas, pero la única solución que encontró fue luchar, “me dije a mí misma, ‘tú decides si te quedas a llorar o das la batalla’ y opté por pelear. Ha sido un año difícil, pero estoy viéndole el lado positivo a todo el proceso y no me enfoco en lo negativo, disfruto el día de principio a fin”, asevera con una madurez envidiable. La primera quimioterapia fue la más difícil,
“no sabes a lo que vas, cómo serán los efectos y las sensaciones que provoca, pero ya después es parte de tu rutina”, confiesa Angélica, quien a pesar de continuar inmersa en su batalla, se siente optimista. Entendió que esta es una enfermedad que no discrimina edad, pero también que una de las claves para enfrentarla está en la actitud que asumas. “A las mujeres que como yo se encuentran en esta lucha, solo puedo decirles que confíen en Dios, es el único que nos da fuerza para sobrellevar todo este proceso; que sigan las indicaciones de los médicos al pie de la letra y que lo vean como una lección de vida para ser mejor día a día”.