Brave and free
“Para mi el éxito es la libertad de tomar nuestras propias decisiones y armar una vida que nos inspire y que nos llene”.
El pez siamés es una criatura espléndida, cuya belleza y carácter luchador inspiraron a Gabriela Gil (Tegucigalpa, 1990) a plasmar en el espacio y el color la belleza y movimientos ondulantes y delicados de esa especie. Así surgió Siamese, una vibrante serie presentada en una pop-up exhibition en San Francisco, ciudad donde reside. La serie consta de cuadros amplios, generosos, que permiten a la artista explorar con los movimientos de su propio cuerpo la danza de los peces en el agua, combinando la riqueza infinita de matices que brotan de sus pinceles. Cada lienzo de Siamese refleja una paleta diferente en la que Gabriela va creando sus propios colores, su interpretación cromática de vivencias a lo largo de los tres años que ha durado la experiencia de crear estas obras. Los cuerpos de los peces están hechos de miles de tachuelas metálicas incrustadas en el lienzo, proyectando una extrema fortaleza, con aletas largas como cabellos que evocan a la vez delicadeza y feminidad.
“La serie Siamese es súper importante porque no solo representa poder perseguir mi pasión principal de visualizar ideas”, expresa la artista. Representa su plataforma de lanzamiento al arte contemporáneo, arena profesional altamente competitiva, especialmente en la bahía de San Francisco, mítica, inclusiva, perfecta para crear. “San Francisco es una ciudad que aprecia mucho la autenticidad, y deja a todo mundo ser quien es. Esa atmósfera ha sido muy importante para conocerme mejor a mi misma y ha sido parte de ese proceso saber escuchar esa vocecita que me repetía y me repetía y me venía repitiendo desde hace ratos de que mi pasión realmente es el arte”.
Desde pequeña estuvo rodeada de creatividad, aprendiendo del ejemplo de su madre, Venny Ponce. Gabriela creció viajando por toda América Latina (La Paz, Guatemala, Panamá y Brasilia) absorbiendo la inmensa riqueza cultural de estas ciudades y países. A sus 18 años se lanza a conquistar el mundo desde San Francisco, California. “Me vine aquí a trabajar en empresas de alta tecnología, una experiencia que me ha abierto los ojos en cuanto a las posibilidades que esta tiene para cambiar cualquier industria”. A la vez, Gabriela iba abriendo su mente y corazón al aprendizaje en aquello que le apasionaba, el arte: “decidí aprender lo más que pude; yendo a a ferias de arte, galerías, conectando con artistas y mentores (Maria Porges, Hung Liu, Rupert García), recibiendo clases de arte - no solo de técnica - sino de historia. Aprender, aprender, aprender: empaparme de conocimiento, y dedicar horas de horas en el estudio”. Hace tres años tomé la decisión: “voy a construir este puente para transicionar de industria, de una vez”. Y el puente es precisamente la serie Siamese. La artista cautiva con su voz, su trabajo, su propuesta e incluso con su presencia. Ella lo sabe bien, y lo comparte generosamente en sus redes sociales, donde expone en imágenes los pasos que ha ido dando para lograr el resultado final de Siamese. Con voz pausada, tranquila y cálida esta mujer joven de semblante sereno y discurso pausado y culto, rebosa madurez. Su presencia evoca el equilibrio, suavidad y gracia replicada en sus creaciones, delicadas y sinuosas, a la vez que fuertes, desafiantes.