L
a sensación de pérdida de libertad es el detonante principal de la frustración, especialmente en los jóvenes y adolescentes. Si ves que están ansiosos, tristes o de mal humor porque se cancelaron las clases, sus fiestas de graduación o porque quieren ver a sus amigos y reactivar su vida social, compréndelos y conversa con ellos sin juzgarlos. Hazles saber que entiendes su estado de ánimo, valida sus sentimientos y luego ayúdales a pensar cómo pueden hacer la situación más soportable. Motívalos a ser resilientes y pacientes y estimúlales a unirse a proyectos solidarios a favor de los menos afortunados, eso les permitirá sentirse útiles y agradecidos con lo que tienen.