EL HOMBRE DETRÁS DE LA CAMARA
En una ciudad competitiva y demandante, Diego Cadavid se ha abierto camino como un talentoso y reconocido fotógrafo, director y productor audiovisual.
ADiego Cadavid el arte le corre por las venas. Lo tiene alojado en el corazón y lo exterioriza cada vez que tira el disparador de su cámara. Su pasión por los medios visuales empezó desde niño. Sufría dislexia y la época escolar fue muy difícil, “la fotografía y las artes siempre fueron mi escape a la educación tradicional y fue la mejor decisión de mi vida”, relata Diego, quien nació en Colombia, estudió cine en Bogotá y posteriormente vivió 13 años en Ecuador. El espíritu de superación lo llevó a Miami, donde al frente de Cadavid Studio y detrás de cámaras, disfruta lo que más ama. “Me encanta conocer personas e interactuar un poco con ellas para que se refleje esa buena energía en cada fotografía. Es un reto que una persona a quien acabas de conocer quite sus barreras hacia ti y refleje su esencia en una imagen y que ésta sea lo más auténtica posible”. Si navegas en sus redes descubrirás imágenes comerciales de firmas relevantes y más de una celebridad que ha posado para su lente, “he trabajado con artistas muy reconocidos y marcas muy grandes, pero amo aquellas fotos que me hacen recordar momentos felices que han marcado mi vida. Puede ser por la persona que fotografié o por el buen momento, pero esos recuerdos unidos a una imagen son los que me generan felicidad. trabajar con Juanes fue una experiencia increíble, es un artista y ser humano que admiro”. Cada día son más las puertas que se le abren a este joven artista con el que conectas fácilmente por su empatía y profesionalismo. Él fue el autor del photoshoot de nuestra portada de este mes, un trabajo que disfrutó de principio a fin,”fue increíble el equipo de trabajo que tuvimos. Una estilista y una maquilladora increíbles y Jamalat Larach, un ser que deja luz en su camino, llena de humildad. Quisimos destacar a una mujer fuerte y la líder que en este tiempo que tenemos como amigos sé que es, y creo que lo logramos”. Aunque aún no ha tenido la fortuna de visitarnos, Diego nos cuenta que en Miami tiene dos grandes amigas hondureñas, “amo su acento y cómo recuerdan muy positivamente su país con orgullo. Me cuentan frecuentemente sobre platos típicos y sobre la belleza de su país. Casualmente hay muy buenos restaurantes hondureños cerca de mi casa, donde preparan deliciosas baleadas”, dice. Como todos, enfrentó la pandemia con resiliencia, sacando lo mejor de sí mismo para continuar adelante, “ha sido un reto diario. Los seis primeros meses influenciaron directamente a la industria fotográfica. Cambiamos el enfoque de los clientes que teníamos, movilizándonos a crear publicidad a artículos de primera necesidad que no se han visto afectados con la pandemia. He tenido uno de los tiempos más duros en ámbitos laborales. Sin embargo, desde que comencé, mi secreto ha sido tomar cada oportunidad como si fuera la última, trabajando con extrema gratitud y respeto. Considero que lo que nos caracteriza y nos forja como personas y profesionales es nuestra capacidad de adaptarnos rápidamente a cualquier situación. El peor perdedor es aquel que nunca supera sus logros o sus derrotas. Hay que pasar página siempre aprendiendo para un futuro”.