Estrategia y Negocios

CA vista por Sergio Ramírez

El escritor nicaragüen­se, galardonad­o con el Premio Cervantes 2017, valora que los países centroamer­icanos enfrentan tres retos clave: deterioro de la institucio­nalidad democrátic­a, corrupción y crimen organizado.

- TEXTO ROBERTO FOnsECA L.

El escritor nicaragüen­se Sergio Ramírez Mercado (Masatepe, 1942), Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2017, afirmó que Centroamér­ica debe enfrentar a corto y mediano plazo tres problemas clave: el deterioro de la institucio­nalidad democrátic­a, la creciente corrupción en el sector público y privado y; el flagelo del crimen organizado.

En entrevista exclusiva concedida a E&N semanas después de haber obtenido el máximo galardón de las letras castellana­s, Ramírez –ex vicepresid­ente de Nicaragua durante el primer mandado de Daniel Ortega y miembro dirigencia­l del sandinismo, con quien rompió relaciones en 1995- señaló que ve con preocupaci­ón un deterioro en la estabilida­d democrátic­a en Centroamér­ica en general y, en particular, en Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala.

En el caso de Honduras, se mostró preocupado por la crisis política que sacudió al país centroamer­icano a raíz de los resultados de las elecciones generales celebradas el pasado 26 de noviembre, en las que Juan Orlando Hernández y Salvador Nasralla se proclamaro­n ganadores, generándos­e una violencia política que sacudió y dividió al país.

Tres semanas después, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras, declaró ganador a Juan Orlando Hernández con el 42,95%, obteniendo así la reelección presidenci­al, un hecho que se registra por primera vez en la historia política hondureña. Su contendien­te, Nasralla, quien según el TSE obtuvo el 41,42% de los votos, desconoció los resultados oficiales desde un primer momento y apoyó las protestas violentas registrada­s en dis- tintos lugares del país.

“Veo un gran deterioro en Honduras. El hecho que el Tribunal Electoral no puede brindar resultados confiables en una elección ajustada, eso es preocupant­e. Un sistema democrátic­o se prueba cuando los resultados son ajustados y todo el mundo queda conforme”, apuntó Ramírez.

“Cuando se desafían esos resultados, cuando se desconfía del Tribunal Electoral, entonces se pone en juego todo el sistema democrátic­o”, agregó.

La Misión de Observació­n Electoral de la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA) fue muy crítica con el proceso electoral y el Secretario General de esa organizaci­ón regional, Luis Almagro, abogó porque se repitieran los comicios generales en Honduras, recalcando que no podían “dar certeza de los resultados” electorale­s finales.

A través de un comunicado oficial, el Secretario General de la OEA, puntualizó que el proceso electoral hondureño estuvo caracteriz­ado por irregulari­dades y deficienci­as, por tanto podían calificarl­o como de “muy baja calidad técnica y carente de integridad. Por ende, llamaba a repetirlo ya que el pueblo hondureño merece un ejercicio electoral que le brinde calidad democrátic­a y garantías”.

No obstante, las autoridade­s del país indicaron que la Constituci­ón no contempla la repetición de un proceso electoral, por tanto, Juan Orlando Hernández llamó al diálogo nacional y tomará posesión el 27 de enero de 2018.

evidencias de deterioro

Además del deterioro de la institucio­nalidad democrátic­a en Honduras, Ramírez calificó de “democracia asistida”

a Guatemala, ya que si no fuese por el binomio que conforman la Comisión Internacio­nal Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), bajo el mandato de las Naciones Unidas, y el Ministerio Público (MP-Fiscalía) de ese país, la impunidad, la corrupción y la institucio­nalidad democrátic­a ya habrían acorralado a esa nación.

“Guatemala es una democracia asistida, porque si no fuera por la Fiscalía nombrada por las Naciones Unidas, este sistema no funcionarí­a igual. Lo vimos con el caso del General Pérez Molina, que está siendo juzgado por esta Fiscalía”, señaló Ramírez.

Iván Velásquez, abogado colombiano, está al frente de la CICIG desde 2014. La institució­n fue creada en el año 2006 a partir de un acuerdo entre la Organizaci­ón de Naciones Unidas (ONU) y el gobierno de Guatemala. A partir del año 2015, la CICIG y el Ministerio Público, este último encabezado por Thelma Aldana, emprendier­on una cruzada contra la corrupción y han desarticul­ado más de una docena de casos que involucran a altos exfunciona­rios del Ejecutivo, entre otros actores.

La investigac­ión de mayor impacto fue la conocida como “La Línea”, que reveló una estructura de defraudaci­ón aduanera dirigida, según el MP y la CICIG, por el expresiden­te Otto Pérez Molina y la exvicepres­identa Roxana Baldetti, ambos en prisión preventiva acusados de cohecho pasivo, asociación ilícita y caso especial de defraudaci­ón aduanera.

A partir de ese entonces, las dos entidades han dado a luz a varios casos que implican a unas 300 personas, entre exfunciona­rios, empresario­s, políticos, diputados, alcaldes y particular­es, entre otros. La movilizaci­ón popular, y el apoyo del sector privado, han acompañado esas batallas contra la impunidad y la corrupción.

“En Guatemala, sin embargo, hay una ventaja, hay una movilizaci­ón social activa”, dijo Ramírez.

En el caso de Nicaragua, el pasado 21 de diciembre de 2017, el Departamen­to del Tesoro de los Estados Unidos dio a conocer los nombres de 13 personajes sancionado­s bajo la Ley Global Magnitsky, acusados como violadores de los derechos humanos y corruptos. Entre los señalados está Roberto Rivas, presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua.

“Es una gran tristeza que alguien que cuenta los votos en Nicaragua, aparezca en esa lista conspicua. Yo no voy a juzgarlo, pero ha sido colocado en una lista negra, que está fuera de la ley internacio­nal, eso le quita créditos al Tribunal Electoral nicaragüen­se y a las elecciones que ha certificad­o como validación”, afirmó.

Un mes antes, el CSE aseguró que el gobernante Frente Sandinista, liderado por el mandatario nicaragüen­se Daniel Ortega, había ganado presuntame­nte 135 de las 153 alcaldías del país, en los comi-

El dEsarrollo sostEnido lo vEo congElado por otra razón: la pobrEza dEl sistEma Educativo En nuEstros paísEs. tEnEmos

dÉFicit. El Futuro Está En la Educación ligada a la Educación tEcnológic­a ’’

cios municipale­s celebrados el 5 de noviembre de 2017. El Poder Electoral, precedido por Rivas, no dio lugar a los recursos de revisión interpuest­os por partidos de oposición en siete municipios del país, donde aseguraban que el partido gobernante alteró las actas y cometió fraude.

La Misión de Observació­n Electoral de la OEA, por su parte, en el informe final divulgado en la capital estadounid­ense, apuntó que en general no se afectó la voluntad de los votantes, aunque existen señalamien­tos “razonables” en los resultados de algunos municipios, los cuales deberían ser revisados. Sin embargo, las autoridade­s electorale­s hicieron caso omiso a dicho señalamien­to.

“En Nicaragua el problema es institucio­nal. Yo nunca he creído en la tesis de que el autoritari­smo genera más desarrollo económico, al contrario, atrasa el desarrollo económico porque es fuente de corrupción”, indicó Ramírez.

“Cuando no hay control transparen­te, cuando no hay equilibrio de poderes, cuando los jueces obedecen al poder político, cuando la Contralorí­a de Cuentas no funciona y el poder está en una sola mano o en pocas manos, entonces se presta más a la corrupción”, agregó.

el flagelo de la corrupción

Ramírez, quien recibirá oficialmen­te el Premio Cervantes 2017 el próximo 23 de abril en Alcalá de Henares (España), calificó de “alarmante” el hecho de que los últimos presidente­s de El Salvador estén presos, siendo juzgados o hayan fallecido enfrentand­o procesos judiciales, acusados por delitos graves de corrupción y de malversaci­ón.

En efecto, el expresiden­te Francisco Flores, quien gobernó ese país de 1999-2004, murió mientras enfrentaba la justicia, acusado de malversar US$15 millones donados por Taiwán para programas sociales. Posteriorm­ente, su sucesor, Elías Antonio Saca, fue detenido el pasado 30 de octubre de 2016 junto a varios colaborado­res y afronta un proceso por peculado, integrar agrupacion­es ilícitas y lavado de dinero, por el desvío de US$246 millones.

Asimismo, Mauricio Funes, gobernante salvadoreñ­o en el periodo 2009-2014, es acusado de al menos cinco delitos, entre ellos peculado, malversaci­ón de fondos, enriquecim­iento ilícito, etc. Se encuentra refugiado en Nicaragua, luego que el gobierno de Daniel Ortega le otorgara asilo político.

“Pero, este problema de la corrupción lo vemos reflejado en toda América Latina, y me preocupa que una compañía como Odebrecht, la constructo­ra más grande de América Latina y una de las más fuertes a nivel mundial, haya sido capaz de meter sus manos por todas partes, contaminad­o a todo el mundo”, dijo y mencionó Brasil, Ecuador, Perú, El Salvador, México, Panamá y República Dominicana, entre otros países.

“Lo que esto refleja es que el concepto del servicio público todavía no es moderno, prevalece todavía una visión del Estado botín. Es decir, llegan y apenas entran a Casa de Gobierno, lo que ven son oportunida­des de hacer negocios oscuros porque tienen ventaja sobre el que está compitiend­o con ellos”, añadió Ramírez.

A su juicio, la corrupción que estamos viendo está más ligada a “hacer cosas a la sombra”, como en el caso de Odebrecht, que sobrefactu­raba los proyectos de infraestru­ctura para repartir sobornos a todos los niveles.

“¿Qué demuestra eso?”, se preguntó el escritor nicaragüen­se, “que pueden duplicar los costos de una obra porque los sistemas de licitación pública no funcionan, porque los controles estatales no funcionan tampoco, y porque hay grandes oportunida­des de hacer cosas a la sombra, porque quien vigila vuelve la cabeza hacia otro lado, o no tiene el poder de vigilar. Ahí está el problema, en la gran debilidad institucio­nal”, insistió.

Ramírez valoró que los problemas que enfrenta Centroamér­ica son reflejo de un atraso político y de falta de acuerdos políticos fundamenta­les, de largo plazo.

“Creo que seguimos todavía en un atraso político más parecido al siglo XIX que al sigo XXI. Es decir, las banderas políticas se sostienen de una manera feroz, con enfrentami­entos, como hemos visto en Honduras. Entonces, me parece que faltan acuerdos a largo plazo que tengan que ver con el respeto al régimen democrátic­o y el compromiso de todo el mundo de someterse a la institucio­nalidad democrátic­a”, opinó Ramírez.

“Creo que tenemos agendas muy cortas, o agendas que no sobreviven al año siguiente, y todavía el vicio de que no hay continuida­d política en los programas de gobierno. Si un gobierno levantó un muro, el siguiente lo derriba. En Centroamér­ica, la casa del desarrollo no la vamos a construir sino a plazos de 20 o 30 años, y esto tiene que ver con acuerdos de largo plazo para una transforma­ción estructura­l, que nos lleve a niveles de desarrollo más altos. Crecer a 2,5%, 3% o 4,5% no es suficiente, esos números no nos llevarán a la transforma­ción verdadera; tenemos que duplicar las cifras para poder acumular crecimient­o”, concluyó el escritor nicaragüen­se Premio Cervantes 2017

“en estos tiempos, es muy provincian­o el concepto de la soberanía nacional. por ejemplo, siempre se habla del golfo de fonseca como zona de integració­n, pero no se da un paso en esa dirección por reclamar la soberanía en una isla u otra”.

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