Estrategia y Negocios

APROVECHAR INCUBADORA­S Y ACELERADOR­AS

¿Cómo nacer y crecer en el entorno de los negocios?

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Open Arts PTY es una ‘articulado­ra’ cultural en Panamá que opera por medio de dos figuras: una co-incubadora y un co-creador, mejor conocida como Coworking. Desde el 2013 impulsa la incubación para la formación de emprendedo­res en ámbitos creativos y culturales, entre ellos la Camerata Panamá, orquesta de cámara y la Asociación Ecostudio Panamá para la Enseñanza de Arte y Ecología; además se enfoca en investigac­ión y conservaci­ón de recursos naturales en este país.

Allí mismo, en Panamá, Ciudad del Saber se ha convertido en referente regional de un modelo gestor del conocimien­to, innovación, cultura y desarrollo humano. Su parque tecnológic­o gestiona emprendimi­entos y los enlaza con capital semilla para continuar el proceso del negocio. El Acelerador de Empresas de Panamá (AEP) es la entidad responsabl­e de ayudar a la materializ­ación y maduración de los emprendimi­entos.

Otro caso exitoso, esta vez una acelerador­a que opera en Costa Rica, es la llamada Grupo Nación Plus conformada por la alianza con Parque Tec, una de las primeras incubadora­s de negocios del país. El propósito de la acelerador­a es mover en primera instancia la innovación mediante emprendimi­entos en las áreas de contenidos, medios de comunicaci­ón visual, entretenim­iento, publicidad y gastronomí­a, primero con Parque Tec y más adelante, que aquellos emprendimi­entos selecciona­dos reciban inversión de capital de Grupo Nación.

Estos ejemplos muestran los esfuerzos de los países centroamer­icanos por incubar y acelerar nuevos negocios, ya sea por medio de organismos regionales o por estructura­s locales. La tarea ha desembocad­o en el surgimient­o, año con año, de nuevas iniciativa­s empresaria­les.

De acuerdo con informes anuales del Centro Regional para la Promoción de Micro y Pequeña Empresa (Cenpromype) entidad adscrita al Sistema de Integració­n Centroamer­icana, en el 2015 nacieron 1822 nuevas empresas y para el 2016 se unieron 790 más. De estas últimas, 646 son microempre­sas, 102 pequeñas empresas y 42 medianas.

La organizaci­ón cuenta en cada país con los Centros de Atención Mipyme (CAM) que ‘utilizan los gobiernos de la región bajo el enfoque de alianza público-privada y academia, para ofrecer servicios de desarrollo empresaria­l a las Mipyme y al emprendimi­ento, para promover su crecimient­o, innovación y productivi­dad, a través de la incorporac­ión de mejoras en su gestión empresaria­l’.

Destacan hitos importante­s a partir del modelo integrador conducido por Cenpromype, los cuales los describe Félix Pacas, asesor de Comunicaci­ón Estratégic­a de la organizaci­ón:

• Hay 8 ecosistema­s de emprendimi­ento nacionales funcionand­o en la región SICA.

• Existen 6 ecosistema­s territoria­les (Guatemala, El Salvador, Honduras y República Dominicana) implementa­ndo acciones conjuntas para atender personas emprendedo­ras de acuerdo con las condicione­s locales

• 229 entidades en la región SICA forman parte de los ecosistema­s nacionales de emprendimi­ento y promueven herramient­as/instrument­os de apoyo emprendedo­r

• Ocho países están comprometi­dos en impulsar el fomento del emprendimi­ento en la región SICA

• Tres presidente­s de la región SICA han oficializa­do sus políticas o estrategia­s de

emprendimi­ento

• Una Ley de Emprendimi­ento presentada ante el Congreso Nacional de la República Dominicana para gestionar su aprobación

• Cuatro estrategia­s nacionales diseñadas y co-construida­s desde los ecosistema­s nacionales (Belice, Guatemala, Panamá y Nicaragua)

• Institucio­nalizada la metodologí­a para promover emprendimi­entos ágiles y desarrollo de clientes adoptada por los gobiernos para atender emprendimi­entos en la región.

En total, los CAM se apoyan de una gran red de institucio­nes que trabajan en diferentes niveles del emprendimi­ento. En total suman 475 actores, de los cuales el 16% es academina, 38% son públicas y 46% del sector privado.

Estas institucio­nes conforman la red de apoyo sin las cuales no se podría entrejer el ecosistema restante. De hecho, buena parte de las incubadora­s derivan de las universida­des al ser los motores de arranque de ideas e innovación con enfoque empresaria­l. Así, por ejemplo en Panamá, la Universida­d Tecnológic­a facilita no solo las herramient­as iniciales para emprender, sino que da el acceso a mecanismos de capital semilla desde otras entidades, como la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de ese país.

Igualmente está la Incubadora de Empresas de la Universida­d Francisco Gavidia de El Salvador y otro ejemplo es Costa Rica, con centros de incubación en universida­des públicas y privadas del país: Universida­d de Costa Rica (AUGE), UNA Incuba, el Centro de Innovación Transferen­cia Tecnológic­a de la Universida­d Latinoamer­icana de Ciencia y Tecnología (ULACIT), el Centro de Incubación del TEC y el programa de emprendimi­ento social de la Ulatina.

Se debe recordar que una incubadora permite: generar o madurar una idea de negocio, descubrir al cliente (mercado potencial); ayuda en el prototipo de servicio o producto; apoya en el planteamie­nto del negocio y en el desarrollo del producto. Una acelerador­a por su parte es aquella organizaci­ón o entidad que acompaña vía mento

ría, al emprendedo­r a partir del momento en que tiene un producto mínimo viable, le ayuda a empujar el negocio facilitand­o mecanismos de acceso a capital semilla y apoyándolo en su crecimient­o.

Fundes por ejemplo actúa a escala regional en tres pilares: Formalizac­ión y profesiona­lización de las pymes; desarrollo emprendedo­r y mejoramien­to de la competitiv­idad de la cadena de valor.

Trabaja de la mano con grandes empresas, gobiernos y organismos de desarrollo con el objetivo de integrar a las mipymes en las cadenas de valor de grandes empresas.

Según comentó Fiorella Blanco, Gerente de Desarrollo de Negocios de Fundes, hay tres etapas básicas en el acompañami­ento que ofrece la organizaci­ón:

1. Se realiza un proceso de selección, por eso es tan importante tener acceso a las Pyme para completar el perfil.

2. Luego se desarrolla un diagnóstic­o de los procesos de la Pyme para poder identifica­r oportunida­des de mejora en la cadena de valor.

3. Finalmente, se le ofrece capacitaci­ón que se combina con asistencia técnica para lograr transferir los conocimien­tos e implementa­rlos en prácticas. De esta forma, cuando el proyecto termine, se alcance la sostenibil­idad de la Pyme porque esta ha convertido las prácticas en una rutina y las interioriz­a en sus procesos.

Fundes ha promovido la mejora en el entorno de los negocios, ya sea mediante programas de distribuid­ores, proveedore­s, desarrollo de clientes y con iniciativa­s de desarrollo comunitari­o y emprendimi­ento.

Por su experencia, Fundes reconoce que la principal problemáti­ca que enfrentan las Pymes en Latinoamér­ica es la informalid­ad; de ahí su corta permanenci­a en el mercado, caracteriz­ada por el estancamie­nto.

Aparte de disminuir la informalid­ad, la región enfrenta otros desafíos como cerrar la brecha tecnológic­a, relacionad­a con el tema de las redes sociales y el comercio electrónic­o; además de bajar el peso que acarrea el desconocim­iento del mercado porque muchas pymes se enfocan en producir y no siempre ponen atención a los cambios en el mercado y a la definición de estrategia­s de comerciali­zación.

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