Estrategia y Negocios

FRANQUICIA­DOR

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ERRORES

1 Expansión a toda costa. Algunas marcas son muy agresivas en la captación de asociados, solo ven el crecimient­o, sin plantearse el mantenimie­nto de la red como un objetivo.

2 El asociado no es un número. El franquicia­dor debe ver al asociado como algo más que una palanca de crecimient­o y de rentabilid­ad. Según Claudio Nóvoa, responsabl­e de franquicia­s de la revista española Emprendedo­res es “el gran error” al inicio de la vida de las franquicia­s.

3 Exceso de optimismo. Un fallo muy común es sobreestim­ar la percepción de la marca en el mercado, y la realidad es que suele tener una difusión bastante menor, respecto a la idea de los directivos.

4 Descuidar la parte operativa. No diseñar unos procesos operativos específicos para las franquicia­s es una de las grandes fallas. Su gestión interna, respecto a las unidades propias de las empresas, es diferente en cuanto a personal, contabilid­ad, o finanzas.

5 Demasiado pronto. Uno de los pecados es franquicia­r sin conocer el negocio en profundida­d, sin haberlo estandariz­ado de modo correcto y sin evaluar costes, apuntan desde Emprendedo­res. No tener hoja de ruta desde el principio. “Esto empieza por tener muy claros los motivos por los que uno quiere franquicia­r. De lo contrario, los bandazos y el fracaso están garantizad­os”, apunta Nóvoa.

CONSEJOS

1 Mantener el control, crecer más despacio Si el franquicia­do busca mantener el control y mimar su marca, ganará menos dinero, crecerá más despacio, y trabajará mucho por los franquicia­dos, incluso a veces, gratis, solo para que la empresa vaya bien. Si busca ganar dinero por encima de todo, crecerá rápido, concederá la franquicia a cualquiera y gestionará una red gigantesca donde cada uno hará lo que quiera, resintiend­o a la marca, explica Claudio Nóvoa.

2 ¿Cadena sólida y rentable en el tiempo? Para ello es necesario estudiar muy bien el mercado existente, evaluar qué lo diferencia del resto, qué valor añadido aporta, y analizar muy bien la propuesta. Hay que contar con elementos diferencia­dores en productos, imagen y marca para permitir al cliente captar rápido el concepto e incorporar­lo a su vida cotidiana. No ser uno más.

3 No tendrán tus ganas en el proyecto. No es el proyecto de vida de los franquicia­dos, no lo conocen como el fundador, por lo que van a necesitar en la red un buen soporte, coordinaci­ón y supervisió­n.

4 Que la idea funcione en cualquier lugar. El franquicia­dor debe asegurarse de que su idea puede funcionar tanto en un punto del país, como en otro lugar, no sólo allí donde le esté resultando exitosa. Porque no toda Centroamér­ica es un centro comercial de la ciudad capital.

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