¿EL COMANDANTE SE QUEDA?
Con 21 votos a favor, el Consejo Permanente de la OEA reiteró su condena enérgica a los abusos cometidos por su régimen, y lo exhortó a retomar el diálogo nacional y definir un calendario electoral en el seno del mismo.
Ortega rechazó la demanda nacional e internacional sobre su salida del poder: “Nuestras decisiones no están en Washington, ¡están en Managua!”
El 1 de mayo de 1979, en conmemoración del Día Internacional del Trabajo, el dictador Anastasio Somoza Debayle aseguró a miles de sus correligionarios reunidos en una plaza de la capital, que no abandonaría el poder y que concluiría su mandato presidencial, correspondiente a 1981. “No te vas, te quedas”, respondió la multitud, la mayoría empleados del gobierno y simpatizantes del Partido Liberal Nacionalista (PLN).
Sin embargo, el 17 de julio de ese año, Somoza Debayle, acompañado de su familia y de sus colaboradores más cercanos, abandonó el país ante la ofensiva militar guerrillera, la falta de apoyo popular, el aislamiento y la presión de la comunidad internacional, especialmente, del presidente estadounidense Jimmy Carter.
Treinta y nueve años después, en la conmemoración del derrocamiento de la dictadura de Somoza, miles de seguidores de Daniel Ortega cantaban y gritaban consignas, patentizando que “El Comandante se queda”, en respuesta a la demanda popular, de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y de la comunidad internacional, que propugna por elecciones anticipadas en Nicaragua, como salida pacífica a la crisis política y social que atraviesa el país desde hace más de 100 días.
Ortega, por su parte, rechazó tajantemente esa demanda nacional y de la comunidad internacional. “Nuestras decisiones no están en Washington, ¡están en Managua! Nuestras decisiones no están en Washington, ¡están en Nicaragua! Y somos nosotros los que tenemos que defender nuestras propias decisiones para seguir defendiendo este modelo, que siga propi-
ciando la paz, la reconciliación”, señaló en su discurso de las celebraciones del 19 de julio.
A esa fecha, de acuerdo a estimaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), se contabilizaban alrededor de 295 muertos desde el 18 de abril, cuando inició la lucha cívica en el país.
“Pareciera que el Orteguismo ha optado por enterrar al FSLN con ellos. Los muertos no nacieron en un adoquín, tenían familias, amigos, vecinos, vínculos sociales que no van a olvidar (ni perdonar) nunca que el Ortega/murillismo mató a sus seres queridos, y que es capaz de hacerlo con cualquier otro en cualquier momento. Igualmente tampoco van a olvidar al partido del FSLN que no sólo le permitió a la pareja presidencial cometer tanta barbarie, sino que incluso lo celebró”, afirmó Pedro Xavier Molina, el principal exponente del humor político en Nicaragua.
La salida de La Oea
En la sesión del Consejo Permanente de la OEA, del 22 de junio, Gerardo de Icaza, Secretario interino para el Fortalecimiento de la Democracia en la OEA, explicó el Proyecto de Fortalecimiento de las Instituciones Democráticas en Nicaragua, a través de la implementación de las recomendaciones de la Misión de Observación Electoral (MOE), que el organismo regional desplegó en los comicios municipales nicaragüenses en noviembre de 2017.
Icaza indicó que la MOE, presentó el 20 de diciembre de 2017 su Informe Final ante el Consejo Permanente de la OEA, en el que instó a fortalecer los ámbitos legales, técnicos, procesales, tecnológicos y humanos de los procesos electorales en Nicaragua.
Además, la MOE resaltó la necesidad de una Reforma Electoral integral que dé mayor confianza y seguridad a las fuerzas políticas y sobre todo a la ciudadanía. En dicha sesión, recordó Icaza, el Canciller de Nicaragua, Denis Moncada, expresó su disposición de tomar en cuenta aquellas recomendaciones y sugerencias, que contribuirían al fortalecimiento de los procesos electorales en Nicaragua.
El Secretario General, Luis Almagro, consideró de “fundamental importancia” la implementación de dichas recomendaciones y designó a una Comisión de Seguimiento, que ha sostenido dos reuniones técnicas en Nicaragua, llegando a la formulación del mencionado Proyecto, expuesto en esa sesión del 22 de junio.
Icaza indicó que dicho proyecto está integrados en tres grandes rubros: 1) Propuesta de Reforma Electoral, 2) Aplicaciones y soluciones tecnológicas y 3) Guía que defina protocolos y criterios técnicos para la autoridad electoral.
“Este proyecto y sus actividades se debe iniciar a más tardar en el mes de julio”, dijo, y así, “Nicaragua estaría en condiciones de tener nuevas elecciones en el primer trimestre de 2019”.
Semanas después, durante una nueva sesión del Consejo Permanente de la OEA sobre la situación en Nicaragua, el propio Secretario General de la OEA, Luis Almagro, insistió en esa salida democrática y pacífica.
“La Secretaría General sigue considerando que la realización de elecciones es el mejor instrumento para resolver la polarización y la violencia que sufre el país. La sana competencia democrática debe darse en un marco de elecciones justas y transparentes, en las cuales lo importante son los votos. No las muertes, ni los encarcelamientos arbitrarios, ni las armas, ni la violencia”, señaló Almagro en esa sesión del pasado 11 de julio.
Y agregó: “Es hora de recibir respuestas por parte del Gobierno y de los actores nicaragüenses… Sin respuestas urgentes no habrá soluciones democráticas ni en materia de derechos humanos. Sin estas respuestas que permitan soluciones nos enfrentamos a una única certeza: se verá correr más sangre en el país”.
Almagro lamentó en esa sesión que el gobierno de Ortega, tras la ofensiva militar que ejecutó en varias ciudades del país y que restableció la libre movilización de personas y de mercancías en todo el país, se sentía victorioso y por ende, desinteresado en retomar la salida democrática de las elecciones anticipadas.
“Los trabajos de la Secretaría General de la OEA para reformar el sistema electoral e institucional en Nicaragua tiene que tener un propósito político. Darle la voz a la ciudadanía para que expresándose en las urnas pueda salir de esta crisis por si misma”, agregó Almagro.
Una semana después, el 18 de julio, un día antes del discurso de Ortega, el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), aprobó por 21 votos a favor la Resolución CP/RES.1108 (2172/18), en la que exhortan al Gobierno de Nicaragua a que participe activamente y de buena fe en el Diálogo Nacional y que considere todas las opciones para generar soluciones pacíficas y sostenibles, entre éstas la implementación de las recomendaciones de la MOE y desarrollar un calendario electoral acordado en el Diálogo Nacional.
La salida ELECTORAL del diálogo
En la tercera sesión plenaria del Diálogo Nacional, celebrada el pasado 23 de mayo, la Conferencia Epis-
La secretaría general sigue considerando que La realización de Las elecciones es el mejor instrumento para resolver La polarización y La violencia que sufre el país”, dijo Luis almagro, el pasado 11 de julio, refiriéndose a La crisis en nicaragua.
copal de Nicaragua (CEN), testigo y mediadora, presentó la agenda de Democratización, para su discusión y aprobación de las dos partes: Gobierno y Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
La agenda aborda los Mecanismos Constitucionales para la celebración de un proceso electoral y transparente en Nicaragua. Entre éstos: reforma parcial de la Constitución Política en el presente año, a fin de adelantar las elecciones presidenciales, municipales, legislativas y de las regiones autónomas, al 31 de marzo de 2019.
Entre las acciones propuestas también están: Reducción del periodo de las autoridades de los Poderes del Estado: Consejo Supremo Electoral, Corte Suprema de Justicia y de la Controlaría General de la República, Ministerio Público, Procuraduría General para la Defensa de los Derechos Humanos.
Además, reforma que suprima la diputación al expresidente y el ex vicepresidente, así como prohibición de la reelección presidencial y de cargos públicos sujetos a elección popular, que fue abolida por Ortega y el poder legislativo para reelegirse indefinidamente.
¿HASTA CUÁNDO?
Manuel Orozco, Senior Fellow del Diálogo Interamericano en Washington DC., aseguró a E&N que esta lucha cívica se encuentra en la tercera etapa del conflicto, que corresponde al desgaste prolongado y valoró que éste puede extenderse desde tres meses hasta un año.
“En un país como Nicaragua, bajo las circunstancias en que se encuentra, este desgaste tiene una caducidad más pronta, que lo que ocurre en Venezuela, o en Siria por ejemplo, porque el régimen es mucho más débil (no cuentan con un padrino fuerte), la economía no resiste (ni le está reportando muchos ingresos al régimen), y el Estado no puede resistir tanta presión”, apuntó en entrevista.
Agregó que en el caso Nicaragua, la resiliencia es bastante sostenible, y proviene de diferentes sectores: de la Alianza Cívica, de la Iglesia Católica, de la comunidad internacional, de los ciudadanos y de la empresa privada, e incluso de otros sectores sociales y políticos que no simpatizan con el régimen de Ortega.
En cambio, de parte del gobierno, la resiliencia señaló que proviene básicamente de dos círculos pequeños. Primero, del círculo que acompaña a Daniel Ortega y Rosario Murillo, el que han venido construyendo en los últimos 10 años, y que en algunos casos no incluye al llamado ¨sandinismo histórico¨ que fue apartado por la pareja presidencial. El segundo círculo que conforma el capital político de Ortega, valoró el experto, proviene de una Policía dividida y de un Ejército que todavía no se ubica en esta situación de conflicto. Orozco consideró que las fuerzas llamadas paramilitares o parapoliciales, que en realidad han operado como tropas de choque y se han constituido básicamente en la guardia presidencial, son grupos cuya lealtad es limitada por su naturaleza rentista.
El investigador, especialista en Desarrollo, Migración y Remesas, afirmó que una visión superficial diría que la estrategia de represión estatal de Ortega va ‘ganando’ por la desarticulación de los tranques, y porque en algunos casos, la presencia de la gente protestando en las calles se ha disminuido.
Sin embargo, una lectura más a fondo indicaría que no es así ya que la continuidad de la protesta es real, que la Alianza Cívica más bien sigue más fortalecida que debilitada, que la comunidad internacional sigue movilizándose y llamando en pro del cambio político en Nicaragua y que el sector privado también se resiste a las presiones de Ortega.
“El punto clave en este mismo momento es cómo se aprovechan, o cómo se apalancan de estos logros para presionar un poco más a Daniel Ortega, hasta que llegue un punto en que tenga que aceptar su salida negociada”, indicó.
En ese sentido, concluyó que la crisis está entrando en la siguiente etapa, que correspondería a la resolución del conflicto, donde surgirá una solución política a la situación, ya que Ortega “se quitó el disfraz de oveja y mostró su verdadero rostro autoritario”
para manuel orozco (diálogo interamericano), la resiliencia de quienes buscan la salida de ortega es “bastante sostenible” y multisectorial, mientras la del gobierno proviene de “círculos reducidos”