Aeroman, un titán que nació en medio de la guerra
Puede que los servicios de Internet on Demand que ve en su vuelo, ese asiento con espacio más grande, o el mantenimiento total del fuselaje y motores del avión en el que se transportó desde su país hacia Estados Unidos se hayan realizado en El Salvador. Varias de las principales aerolíneas de Estados Unidos son clientes de Aeroman, y en Suramérica, Copa Airlines, Azul, Gol, aviones privados y empresas confían en esta reparadora.
Pese al empuje de la operación actual -y la proyectada para 2019-, el 25 de octubre de 1983, el contexto era distinto. Cuando Aeroman nació, El Salvador vivía una guerra civil que se prolongaría hasta 1992. Inició como el centro de mantenimiento de la extinta TACA Airlines. Entonces, la aviación en Latinoamérica y sus centros de mantenimiento aeronáu-
ticos eran considerados de muy bajo nivel, pero necesarios para bajar costos operativos.
Las líneas aéreas realizaban sus servicios mayores en estaciones en Europa o Estados Unidos. “Se pagaban altos costos por reparación”, recuerda Ernesto Ruiz, quien fungió como CEO de Aeroman hasta 2014. En El Salvador, el plan era aprovechar la ubicación estratégica del Aeropuerto Internacional que recién había comenzado a operar (1980) a menos de tres horas de Miami. Ruiz dice que casi dos décadas después de iniciar el vuelo, Aeroman alcanzó su primer gran hito: conquistar a una aerolínea estadounidense. Para lograrlo, fue clave la participación activa del MRO en la feria más grande del continente en materia mantenimiento aeronáutico, el MRO Conference North America.
“Iniciamos logrando ser ponentes todos los años, hasta que logramos transmitir el caso de éxito de Aeroman a través de los excelentes resultados de Dispatch Reliability (Confiabilidad de Despacho) de TACA, los cuales estaban consistentemente entre las mejores de la red mundial de los operadores del avión A320”, recuerda.
El esfuerzo rindió frutos hasta 2004, cuando America West envió dos aeronaves para servicio mayor, a modo de prueba, y como resultado se firmó el primer contrato de una línea de producción continua. Ese sería el inicio de un nuevo negocio al que se sumaría Jetblue con cuatro aeronaves. Superaron expectativas y firmaron un nuevo contrato de mantenimiento de su flota por varios años. Ruiz insistió: “¡Se había vencido el estigma latinoamericano!, de que todo lo que se hace al sur de la frontera no puede ser bueno”