Cecilia Córdoba
E&N está cumpliendo 20 años en 2019 y el próximo mes cada uno de ustedes, nuestros lectores, recibirá una edición de colección que, estamos convencidos, marcará una diferencia. Esta plataforma de comunicación que supo transformarse y lidera, también en digital, las preferencias de aquellos interesados en el ámbito empresarial centroamericano, inicia la próxima etapa de su historia.
Un nuevo ciclo también se presenta para mí. Luego de más de seis años y 73 ediciones como Directora Editorial de E&N, el aniversario me encuentra emprendiendo un nuevo camino. Cierro aquí una etapa inolvidable que me brindó la oportunidad de trabajar con grandes periodistas y el privilegio de contar la historia, parte de ella, de una región única. En adelante, este proyecto editorial será liderado por Velia Jaramillo, periodista de la casa que lleva más de 15 años haciendo un trabajo impecable y apasionado en Estrategia & Negocios.
Al pensar en este mensaje hacía memoria y recordaba que en mayo de 2013, desde este mismo espacio, me tocaba advertir que Centroamérica estaba atravesando un momento histórico -aún en la recuperación de la gran crisis de 2008-, en el que debía definir “su propio mapa de desarrollo, su matriz de valores fundamentales y sus alianzas estratégicas, para determinar su destino para las próximas décadas”.
En aquel entonces, la matriz macroeconómica y el impulso de crecimiento eran aún más sólidos y prometedores de lo que son ahora, por lo que la mayor deuda de la región estaba en esa agenda crítica que se traducía en “la construcción de una arquitectura institucional sólida, desde una cultura política y democráti
ca evolucionada” que permitiera trasladar ese crecimiento sostenido (aunque no suficiente) a resolver las demandas sociales, básicamente reducir la pobreza.
Con la ventaja del tiempo transcurrido, hoy sabemos que en gran parte de la región esa agenda no solo sigue siendo válida, sino que se ha vuelto más inalcanzable. Entonces, sigo preguntándome, ¿por qué sociedadses que han demostrado ser disciplinadas respecto del rumbo sus economías, no consiguen mitigar los desequilibrios sociales que son sus mayores riesgos?
Centroamérica necesita liderazgos que sepan construir social y políticamente entornos estables y previsibles como son mayormente sus economías. Para ello, el respeto a la institucionalidad, la transparencia y la justicia deberían ser innegociables, como también el compromiso por desterrar la corrupción, algo ineludible.
Esta es la agenda crítica de la región, la no resuelta, la que aún nos mantiene en la sombra.
Pero existe también esa historia positiva, la que nos inspira y que tantas veces he tenido el placer de descubrir de primera mano gracias a esta profesión. Es la Centroamérica que diseñan las empresas (y las personas) innovadoras que reinventan sus negocios, expanden mercados, invierten, crean empleos, sofistican sus propuestas. Ese lado, proactivo y valiente, está construido por innumerables historias. Son las que siempre nos apasionaron en la redacción, las que más nos gusta contar y las que mejor recordaré. Las que nos permiten soñar con una Centroamérica más cerca de su desarrollo