La información no financiera relacionada con políticas de Responsabilidad Social es hoy fundamental en la toma de decisiones de los inversionistas de alto nivel.
El gerente de Cambio Climático y Sustentabilidad de EY México explica que las empresas en América Latina están quedando rezagadas respecto a la participación de inversionistas institucionales debido a baja inversión en Responsabilidad Social. Los criterios para tomar decisiones han dado un vuelco en la última década hacia la evaluación de riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (indicadores ESG).
Una encuesta de EY muestra que el 97 % de los inversionistas de alto nivel tomaron una decisión de invertir o desinvertir, basados en información no financiera relacionada con políticas de Responsabilidad Social. Los únicos países que están reaccionando a esta tendencia internacional son Colombia, Chile, México y Costa Rica. El panorama dista de ser halagador, porque en la evaluación de sustentabilidad de Robecosam en la que compiten las mejores empresas del mundo, hay pocas empresas de la región que llegan a los estándares internacionales y también poco interés por someterse a la evaluación.
La evaluación de la viabilidad financiera es un paso que se da con la información pública que las empresas ofrecen para estar en las Bolsas de cada uno de sus países, en una presentación para conseguir capital de inversión solo el 10 % del tiempo se dedica al tema del retorno de inversión y las ganancias, el resto del tiempo los posibles inversionistas ponen atención en tres factores: los pasivos ambientales, la licencia social y aspectos importantes del gobierno corporativo.
Esta condición de no competitividad en los más exigentes estándares tiene que ver con criterios de comparabilidad que exigen pensar en estrategias de mediano y largo plazo, así es posible comparar los resultados de un año con otro en el tiempo.
¿Qué son los Informes Integrados?
Los ofrecen las empresas, hay un equilibrio entre la información financiera tradicional y la información basada en los indicadores ESG que reportan los riesgos ambientales, sociales y de la ética de las empresas, porque allí no se incluyen los resultados de la inversión en Responsabilidad Social como un tema anexo y relacionado sólo con el prestigio, sino como inversiones estratégicas a largo plazo.
Un ejemplo claro del impacto de estos indicadores y la gestión de las empresas es lo que se refiere al cambio climático, los inversionistas quieren saber si la empresa está previendo escenarios de largo plazo respecto a los impactos ambientales, porque eso puede llevar a cambios de legislación que los afecten o pueden poner en riesgo recursos básicos para el desarrollo de las empresas como puede ser el uso del agua que pueda verse comprometida por sequías o por su exceso. En el largo plazo pueden comprometer la viabilidad financiera de una empresa.
La participación empresarial es de bajo impacto, porque no participan las grandes empresas corporativas que podrían generar estrategias conjuntas con gobiernos locales; pero si tenemos empresas con largas cadenas de suministros que pueden incidir, por ejemplo, en el desarrollo del campo, desarrollando a los proveedores que participan en ellas
(Entrevista: Genoveva Flores)