“A las mujeres les digo…”
“Yo no quiero que me traten como a los hombres, quiero tener igualdad de oportunidades, las mujeres tenemos cosas distintas, tenemos capacidades emocionales y sociales diferentes, que son muy valiosas y aportan mucho.
La otra es no tomarse las cosas como personales, cuando te insultan o te tratan mal eso dice más de ellos que de una misma. Además, hay que atreverse, las estadísticas dicen que los hombres aplican a un trabajo si tienen el 30% de las habilidades que solicitan, mientras que las mujeres no aplican a menos que tengan más del 80%. Nos estamos sacando de carrera antes de empezar; hay que perderle el miedo a fallar”.
tendía ayudar a mujeres a empoderarse.
“En mi último año de carrera inicié mi propio emprendimiento, con el objetivo de crear tecnología para ayudar a familias que tenían autismo, pero ahí me di cuenta de que todavía no estaba lista para emprender y comencé a trabajar en el mundo corporativo, en consultorías de estrategia para Deloitte en Toronto”, comentó a E&N.
Y en 2017, la flor en el ojal fue cuando asistió al programa Singularity University, dirigido a usar la tecnología para impulsar el cambio y mejorar la vida de mil millones de personas. Allí precisamente conoció a su actual socio.
Singularity University marcó un antes y un después en su vida, que le permitió pensar de manera distinta sobre su carrera y dejar de lado las cajas en las que ella misma se había encasillado por años.
“Lo primero que aprendí fue a creer en mí misma y atreverme. Participé en un programa de tres meses, en los que se incorporaron 90 participantes de todo el mundo, como el caso de mi socio, que es especialista en genética; expertos en inteligencia artificial, en carros eléctricos, observación de aguas, agricultura y conservación en medio ambiente, entre muchos otros. Nos pusieron al todos juntos y establecieron la meta de hacer una propuesta concreta para crear un impacto positivo en mil millones de personas”, contó Sáenz.
Su iniciativa fue tan bien acogida que se quedó dos meses más validando la idea y para determinar si tenía el potencial suficiente para poner en marcha el emprendimiento. En octubre de ese año renunció a su trabajo y para diciembre ya tenían su primer cheque.
Una latina en Silicon Valley
“Lo que he visto es que no hay suficientes mujeres, ni suficientes latinas creando impacto en Silicon Valley y creo que es porque es un poco complicado llegar hasta allá, lejos de la familia. Pero considero que hoy existe mucho más apoyo para las mujeres y las que estamos adentro buscamos crear un ecosistema para que el espacio sea saludable y atraer nuevas emprendedoras”, dijo Maricel Sáenz.
Para ella cada día es diferente. Establecen objetivos semanales, revisan lo trabajado y planean las acciones estratégicas; su proyecto se financia con el levantamiento de capital y a la fecha han conseguido una ronda de capital de una aceleradora y de inversionistas privados.
Según explicó el levantamiento de capitales en Silicon Valley es tanto una ciencia como un arte, encontrar a los inversionistas que se interesen en el área de acción y quieran invertir en un tema determinado, ya sea por afinidad o porque el tema les importa.
Su tarea es precisamente conectar con ellos, introducirlos, plantearles la propuesta y llevar a cabo todo un proceso de diligencia, de manera que, si aprueban invertir capital, lo hacen a cambio de acciones en la empresa.
“Mi socio Jorge y yo somos jóvenes, latinos. Hemos demostrado con mucho esfuerzo que sí lo vamos a lograr y estamos verdaderamente comprometidos. Definitivamente ha sido un reto probarnos a nosotros mismos dentro del ecosistema de San Francisco, pero también hemos tenido que construir una red desde cero”.
En este ecosistema sí siente que hay un trato diferenciado, pues las preguntas o retos que se les plantean son muy distintos a los que les presentan a equipos conformados únicamente por hombres.
Siempre están pidiéndoles detectar dónde está el riesgo. “En vez de decirnos qué tan grande será tu empresa, piensan por cuáles cosas podría fracasar; o buscan razones por las cuales no podrían abarcar un mercado. Piensan en qué va a salir mal, en lugar de dejarnos soñar y creer que sí va a salir bien”.
sáenz explicó que el levantamiento de capitales para nuevas empresas es tanto una ciencia como un arte.
el proyecto que desarrolla la costarricense, junto a su equipo, podría cambiar los tratamientos contra las bacterias
una gran solución
Maricel desarrolló esta iniciativa junto a su actual socio, quien siempre estuvo curioso por investigar sobre la resistencia a los antibióticos, pues en Perú -su país natal- hay mucha resistencia al tratamiento para tuberculosis y otras enfermedades que ya han sido erradicadas en los países desarrollados, pero que siguen matando gente en otras naciones.
Veían como la desigualdad tiene un peso enorme y el problema crece con el tiempo. De ahí tomaron la decisión de impulsar una propuesta, pues es un área en la que no hay mucha investigación y la inversión de recursos estatales es cada vez menor.
“Teníamos una solución que creemos puede brindar una alternativa viable para tratar el problema. Lo primero que hicimos fue perderle el miedo a fallar, y entender que, si fallamos, al menos lo intentamos en algo importante, y si somos exitosos, el impacto será gigantesco”, analizó.
El proyecto que impulsa desde Nexbiotics establece el uso de organismos vivos, denominados bacteriófagos, que son enemigos naturales de las bacterias y que se encuentran en todos lados, para contrarrestar la resistencia que han desarrollado ciertos virus.
Usan la biología sintética para superar las limitaciones naturales de estos bacteriófagos y las optimizan para mejorar el organismo y así matar el virus. Para ello recolectan muestras, aíslan el virus, determinan qué tan rápido detectan la bacteria y utilizan la tecnología.
Ya cuentan con un producto beta contra la salmonela, el cual podría ser aplicado para matar las bacterias, y como el 80% de los antibióticos del mercado son utilizados en la producción de alimentos, en proteína animal y en el mercado agrícola, ahí empezarán a romper el ciclo de la resistencia.
“Nuestro objetivo es crear una plataforma, que nos permita analizar el patógeno y desarrollar nuevos productos, que respondan a distintos problemas. Comenzamos con la producción de alimentos, esto nos permite llegar al mercado primero, impulsar la tecnología y seguir creciendo con aplicaciones que incluyan a seres humanos”, argumentó.
talento latinoamericano
Desde su perspectiva es totalmente viable que las empresas latinoamericanas e incluso costarricenses sean potenciadoras del cambio en soluciones para la salud pública. Para lograrlo, considera que es urgente un cambio de mentalidad, de pensar a escala global o nacional, en lugar de plantearse retos pequeños. De esta forma, será posible crear proyectos con mayor impacto.
También, recordó Sáenz, es necesario contar con un mayor apoyo de sectores como el educativo, los gobiernos y la empresa privada para crear infraestructura y establecer redes de apoyo.
Su paso por Silicon Valley ha sido una oportunidad para darse cuenta de que en algún momento quiere volver a Latinoamérica, específicamente a su país, Costa Rica. Su meta es usar lo aprendido y crear un ecosistema que genere oportunidades para otros.
Desde la perspectiva de Sáenz, hay cinco factores esenciales para el éxito de un emprendedor: primero que tenga Resiliencia; que se preocupe por su salud mental; enfocarse en resolver problemas que realmente le apasionen, porque habrá días que se levanten sólo porque quieren crear una solución.
El cuarto factor es buscar un buen equipo de trabajo, personas con las que se pueda trabajar bien, pero que no piensen igual, porque en la diversidad hay soluciones. Y por último, siempre ser valientes, porque en el emprendimiento un día eres un genio y al siguiente terrible, entonces hay que entender que el trabajo se está haciendo por las razones correctas.
“A mí me ha tocado abrir puertas, casi a patadas, ahora es mi labor sostener la puerta para los que vienen atrás. Es un rol que me corresponde y que me parece esencial para lograr ese ecosistema de emprendimiento en la región, cruzar el puente y poner en práctica todas las cosas buenas y malas que nos han pasado”, concluyó la empresaria