BANCA DEL ISTMO AFRONTA SU MAYOR DESAFÍO
en 2019 la banca de centroamérica registró un crecimiento moderado con buenos resultados en las utilidades, las cuales llegaron a us $1.361,2 millones
La pandemia del coronavirus ha estremecido los cimientos de la economía real provocando un descomunal impacto que ha contagiado al sistema financiero regional. ¿Será capaz la banca de generar los anticuerpos para mantenerse saludable, tal como lo manifestaron los resultados de finales de 2019? Estrategia y Negocios presenta, en este contexto desafiante, el Ranking de Bancos y Grupos Financieros de Centroamérica 2020.
La pandemia del coronavirus ha estremecido los cimientos de la economía real provocando un descomunal impacto que ha contagiado al sistema financiero regional. ¿Será capaz la banca de generar los anticuerpos para mantenerse saludable, tal como lo manifestaron los resultados de finales de 2019? Estrategia y Negocios presenta, en este contexto desafiante, el Ranking de Bancos y Grupos Financieros de Centroamérica 2020.
La banca lucha en la primera línea del combate económico contra la pandemia del coronavirus: sus decisiones, hoy más que nunca, inciden sobre la carga financiera de las familias y empresas de Centroamérica. El confinamiento para hacer frente a la emergencia sanitaria ha paralizado a los sectores productivos a escala mundial, un contagio que ya llegó a las instituciones financieras. Que los bancos manifiesten síntomas leves o graves dependerá mucho de la evolución de la crisis en los próximos meses.
El impacto de la pandemia global marca el presente y el futuro del sector financiero. E&N presenta su Ranking Bancario de Centroamérica 2020 en un contexto inédito, que los mismos bancos centrales han calificado como la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión. Este especial toma una fotografía a los sistemas bancarios pre-crisis, al mismo tiempo que identifica los riesgos a los cuales están expuestos y analiza las oportunidades que la crisis actual ha potenciado.
En el confinamiento que vive Centroamérica, tan solo los servicios esenciales se mantuvieron operando, entre estos el sector financiero, con un fuerte componente del teletrabajo.
La crisis proviene de la economía real e impone una prueba de fuego para la banca centroamericana y la posición financiera de los bancos en la región, advierten los analistas consultados por E&N. Estos deberán afrontar, además, desafíos muy particulares dados tanto por las condiciones preexistentes en cada país como por las resoluciones en la atención del COVID -19.
“La liquidez es el nombre del juego para todos, para las familias, para las empresas, para los bancos, por supuesto, que tienen la misión de refinanciar a millones de clientes”, resume Óscar Jasaui, presidente de Pacific Credit Rating (PCR).
En términos generales, aunque el entorno económico se encuentre prácticamente detenido, la banca centroamericana posee adecuada capitalización para soportar los embates de la crisis, aunque el panorama podría complicarse si la misma se prolonga durante varios meses.
“La mayor parte de los bancos que calificamos en Centroamérica tienen niveles patrimoniales buenos, obviamente estos niveles se pueden afectar por pérdidas potenciales o por deterioro de la cartera de préstamos, también son sensibles al crecimiento o decrecimiento de los créditos”, analiza Rolando Martínez, director Senior de Instituciones Financieras de Fitch Ratings en Centroamérica.
¿En qué estado llegó el sector bancario al año 2020? El coronavirus acometió a la banca en un proceso de recuperación, tras una fuerte expansión en los años pasados. Hace una década, el crédito venía creciendo a un ritmo del 15 %, mientras que en la actualidad se ha moderado en torno al 5 %, apunta Alfredo Calvo, director y Líder de Sector Calificaciones de Instituciones Financieras de S&P Global Ratings.
CENTROAMÉRICA: DESEMPEÑO 2019
En términos generales, durante el año 2019 la banca de Centroamérica registró un crecimiento moderado, con buenos resultados en el apartado de las utilidades, las cuales llegaron a US $1.361,2 millones, un incremento anual del 10,8 % en 2019. Las cifras no incluyen a Panamá, país al que se dedica un ranking especial.
Las bases de depósitos también se nutrieron y, aunque estos no tocaron los US$100.000 millones, se encuentran a poca distancia, con US$98.091,3 millones, un avance anual del 9,07 %. Destacan los crecimientos de doble dígito en El Salvador, Honduras y Costa Rica.
A menor ritmo crecieron los activos y los créditos, siempre en terreno positivo: los activos sumaron US$142.279,8 millones, un avance anual del 6,15 %; mientras que el saldo de la cartera crediticia se situó en US$85.777,5, un aumento del 3,26 %.
La competencia entre la banca costarricense, líder por activos, con la guatemalteca se ha estrechado. Costa Rica reporta unos US$46.205,8 millones en activos, un 32,48 % de participación en el mercado; en tanto, Guatemala se lleva una cuota del 31,92%, gracias a sus US$45.420,4 millones. Por su lado, Honduras, El Salvador y Nicaragua comparten el 35,6 % de la cuota del sistema bancario centroamericano.
EL EFECTO NICARAGUA
A pesar de que la cuota de Nicaragua en el consolidado regional es la menor de la región (4,59 %), sus resultados en 2019 influyeron en la fotografía grupal. Debido a una crisis política prolongada, en aquel país los créditos se desplomaron un -20 % el año pasado, las utilidades cayeron fuertemente, (-23,9 %); la base de depósitos lo hizo en -9,1 % y los activos descendieron en -5,8 %.
De hecho, excluyendo a Nicaragua del análisis, las cifras en el istmo mejoran considerablemente su rendimiento, pues el avance se acelera al 14,68 %; los créditos también se benefician con un 4,56 % de aumento.
“En Nicaragua la banca venía acostumbrada a trabajar en un entorno de crisis desde abril de 2018 y a finales de 2019 los depósitos ya notaban una mejoría. La crisis internacional actual vendrá a atrasar esta recuperación, pero en este momento muestra niveles de patrimonio y liquidez muy altos y superiores que al inicio de la crisis local”, plantea Rolando Martínez, de Fitch Ratings.
LOS BANCOS LÍDERES
Costa Rica y Guatemala disputan la supremacía bancaria regional y esto se refleja en los líderes del Ranking de Bancos de Centroamérica. Por activos, Banco Industrial de Guatemala se consolidó un año más como el primer lugar entre 68 bancos a escala regional, gracias a sus US$12.733,9 millones de activos, y un crecimiento del 4,8 %; Banco Nacional de Costa Rica le sigue de cerca, con un peso de US$12.421,6 millones.
El tercer lugar lo afianza el Banco de Desarrollo Rural de Guatemala (Banrural) que, dicho sea de paso, tuvo el mejor crecimiento anual del Top 10 por el orden del 11,3 %, para acumular US$9.699,1 millones en activos.
La lista del Top 10 la completan, desde el cuarto lugar hasta el décimo: Banco de Costa Rica, G&T Continental de Guatemala, BAC San José, Banco Popular de Costa Rica, FICOHSA de Honduras, Banco Agrícola de El Salvador y Banco Atlántida de Honduras. Las primeras 10 posiciones conservaron sus posiciones con respecto al Ranking 2019, y representaron el 54,1 % de los activos totales de la banca regional, con un ritmo de crecimiento del 6,27 %.
Costa Rica y Guatemala disputan la supremacía bancaria Regional esto se en los líderes del Ranrefleja king de bancos de Centroamérica 2020
El tramo del 11 al 20 del ranking 2020 tuvo varios movimientos: BAC en Guatemala y BAC en Honduras subieron dos posiciones; Banco de Occidente, una y Scotiabank de Costa Rica descendió tres.
Resalta, además, que los bancos de origen hondureño están abriendo nuevos mercados a una velocidad prometedora. Banco Atlántida en El Salvador y FICOHSA en Guatemala engrosaron sus activos en 28,8 % y en 25,1 %, respectivamente.
Este robustecimiento los vitaminó para que escalaran un puesto en los rankings por activos de las plazas financieras mencionadas. Con US$628,6 millones de activos, Banco Atlántida desplazó a G&T Continental de la octava posición en la banca salvadoreña; y FICOHSA (US$345,5 millones en activos) hizo lo suyo con Citibank en Guatemala, al quitarla de la décima posición.
De 68 bancos en la región centroamericana, 31 de ellos reportaron activos por más de US$1.000 millones, es decir el 45,5 % de los jugadores del sistema bancario regional. Además, 19 gozaron de crecimientos de doble dígito, es decir, superior al 10 %.
En cuanto al Ranking por Créditos, el Banco Nacional de Costa Rica triunfó en el primer lugar, con US$7.311,4 millones de saldo de cartera crediticia y Banco Industrial de Guatemala fue segundo, con US $6.777,8 millones. Los bancos costarricenses colman el resto de las primeras cinco posiciones, mostrando su fortaleza como proveedores crediticios: Banco de Costa Rica, BAC San José y Banco Popular.
En el Ranking por Depósitos, el Banco Nacional de Costa Rica destronó a Banco Industrial de la primera posición. Por otra parte, los bancos guatemaltecos se adueñaron de posiciones claves en el Ranking por Utilidades: Banco Industrial, Banrural, Bantrab y BAC en Guatemala ocupan cuatro de los primeros cinco lugares, junto a Banco Agrícola en El Salvador.
ranking de GRUPOS Financieros
Las firmas colombianas se erigen como las más dinámicas en Centroamérica y Panamá. El Ranking de Grupos Financieros en Centroamérica y Panamá 2020 lo encabezan Grupo Aval y Grupo Bancolombia, en el primer y segundo lugar, respectivamente; el panameño Grupo Financiero BG, del Banco General, queda en el tercer puesto.
El recuento de activos de Grupo Aval asciende a US$31.707,7 millones, que incluyen la presencia regional de sus marcas Banco de América Central, Banco de Bogotá y Banco de Occidente, las dos últimas con operaciones en Panamá únicamente.
Por su lado, Grupo Bancolombia finalizó
De 68 bancos en la región centroamericana, 31 De ellos reportaron activos por más De Us$1.000 millones
con US$24.424,3 millones, en la sumatoria de sus operaciones bancarias en Panamá, El Salvador y Guatemala.
Por ritmo de desempeño, ha sido el hondureño Grupo Financiero Atlántida el más veloz gracias a su incremento del 11,5 % en activos regionales (US$4.965,4 millones), acompañado de Grupo Financiero Banrural, de Guatemala (+10,1 %, US$10.603,8 millones) y Grupo Aval (+10 %).
Rolando Martínez, de Fitch Ratings, piensa que los grupos financieros colombianos están dando su aporte al desarrollo del mercado centroamericano. “Entendieron a los mercados locales y adaptaron sus estrategias, también les han ayudado a fortalecer sus marcos de gestión de riesgo”, analiza.
Para el Ranking de Grupos Financieros, E&N seleccionó a instituciones con presencia bancaria en dos o más países de Centroamérica y Panamá, sin contar otro tipo de activos financieros o comerciales. Atendiendo a este criterio se encontraron 16 participantes, 10 de capital centroamericano y 6 de origen internacional.
LOS BANQUEROS Y SUS ESTRATEGIAS
Banco Agrícola, de Grupo Bancolombia, es líder en el Ranking Bancario de El Salvador por activos, gracias a sus US$4.932,2 millones a diciembre de 2019, y un crecimiento anual del 8,1 %; en créditos también se agenció el liderazgo país, acumulando una cartera de US$3.391,6 millones. “Alcanzamos cifras e indicadores de desempeño récord y sobresalientes en el sistema, con lo cual mantenemos una posición robusta tanto a nivel de liquidez como de capital que nos permiten afrontar la crisis de mejor manera”, reflexiona Álex Pinilla, Vicepresidente de Finanzas de Banco Agrícola.
En Honduras, FICOHSA mantiene el predominio en el sector bancario y superó la marca de los US$5.000 millones el año pasado, (US$5.108,7 millones de activos), seguido de Atlántida (US$4.323,3 millones). “La estrategia de impulsar el ahorro fue uno de nuestros pilares fundamentales de negocio durante el 2019. También el fortalecimiento de nuestros productos relacionados con préstamos, de vivienda y personales, e impulsar al sector Pyme, que representa a los mayores productores del país”, afirman sus voceros .
En Nicaragua, Banpro, de Grupo Promerica, se agenció la primera posición; mientras que en Guatemala y Costa Rica lo hicieron Banco Industrial y Banco Nacional. Gustavo Vargas, Gerente del BNCR, relata que el banco tiene una estrategia de 4 ejes: superar las expectativas de los clientes a través del liderazgo digital, impulso a la productividad y eficiencia, una mezcla óptima de negocios y crecimiento sostenible.
Las primeras 10 posiciones gozaron de estabilidad en el ranking representan el 54,1 % de Los activos de La banca regional
IMPACTO De la PANDEMIA
¿Es posible rastrear desde ya los primeros impactos de la crisis del COVID 19 en la banca? Los especialistas prevén que será el segundo trimestre del año el que muestre el verdadero escenario de la crisis, sobre todo en lo referente al comportamiento de la cartera crediticia y la mora.
Al cierre de esta nota, las primeras cifras oficiales a marzo comienzan a salir a la luz. En Costa Rica, la cartera crediticia a marzo de bancos privados y comerciales del Estado retrocedió a un ritmo anual de -1,17 % y los créditos vencidos aumentaron ya en un 21,8 %, según datos de la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF), en el comparativo en moneda local.
La conversión a moneda extranjera mejora los datos costarricenses en marzo y de hecho un fenómeno similar sucedió en diciembre, gracias a una apreciación del colón costarricense en el último año. Vista en dólares estadounidenses la cartera crediticia muestra un crecimiento anual del 1,5 % (US $24.995,9 millones) en marzo.
En Costa Rica la situación ha sido complicada por un tema fiscal, con un PIB que creció 2,9 % el año pasado y una desaceleración de los créditos que en 2016 venían expandiéndose en 15 % anual y el año pasado se estancaron, en moneda local. “Se empezaron a ver reflejos de la reforma fiscal y obviamente no había incentivo para obtener créditos. Para este año proyectamos un -2 % negativo de crecimiento en los créditos al sector privado”, comenta Ricardo Rodríguez, analista económico Sénior de Central American Business Intelligence (CABI).
El Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), el principal banco comercial del Estado en ese país, aplicó prórrogas a unas 126.218 operaciones, que representan el 62,6 % del total del volumen del banco, según un reporte efectuado el 20 de abril.
El valor aproximado de estas prórrogas ronda los US $2.472,4 millones, de los cuales el 61,45 % trajeron un alivio a las pequeñas y micro empresas, el 17,89 % al crédito corporativo, un 16,4 % a los deudores de créditos personales, vivienda y consumo y el 4,27 % a tarjetas de crédito. “Todas nuestras subsidiarias, así como el banco mismo, han realizado las gestiones necesarias para ofrecer una salida a los clientes que vieron impactado su ingreso de manera negativa, ante esta crisis sanitaria”, dijo Vargas, del BNCR.
guatemala: banca fuerte
Con todo y el panorama incierto del coronavirus, en Guatemala las cifras a marzo exhibieron una fortaleza notable: los créditos del sistema bancario subieron en 7,3 % anual, el activo se fortaleció por el orden del 9,1 % y los depósitos en 10 %, según las variaciones estimadas en quetzales.
Se trata de un movimiento que causa “un poco de sorpresa”, apunta Rodríguez, puesto que el crecimiento de la cartera crediticia antes del coronavirus, en febrero, rondaba el 5,5 %. “Ahí deberíamos empezar a ver un primer efecto de COVID-19, y eso lo hemos podido constatar en encuestas a empresarios, que han recurrido al sector financiero para hacerse cargo de planilla, proveedores, servicios, etc. Lo que vemos como primer efecto es que la mayoría de empresas está recurriendo al sector financiero para obtener recursos”, explica el experto de CABI.
políticas flexibles
La gravedad económica del COVID-19 ha sido irrefutable. Ha llegado a cambiar incluso el mismo concepto de “crisis”, que en el pasado podría significar reducciones del 10% o superiores en los ingresos, por ejemplo. Mas el embate del coronavirus ha significado cero ventas para muchas compañías, expone Jasaui. “Para el sistema financiero este no es un momento para decirle a sus clientes: no me pagues en abril, pero en julio págamelo en tres cuotas, sino de dar las facilidades, porque te podrías enfrentar a un cliente que fue bueno, pero se quedó sin empleo. La recuperación puede tomar de seis meses a un año”, cree Jasaui, presidente de PCR.
Un acierto muy valioso en los últimos años ha sido la innovación del sector financiero, es un sector capaz de innovar y adaptarse rápidamente. Cabe solo ver la penetración de los sistemas electrónicos y la banca en línea en los bancos y el sistema financiero, eso ha sido muy importante para que la banca se mantenga a flote y para que a una gran parte de la población este shock no le afecte el acceso a los servicios financieros”.
RICARDO RODRÍGUEZ, Analista económico Sénior de CABI
La estrategia clave de las autoridades ha sido la de relajar las regulaciones para permitirle al sistema el acceso a la liquidez. Al menos entre dos y tres meses, según cada país, los bancos pueden mantener la calificación de riesgo de los clientes con retrasos en los pagos y de aquellos que acudan al refinanciamiento.
Esta medida técnica deriva en un impacto significativo para la liquidez de la institución financiera, puesto que en condiciones normales un crédito en mora les obliga a constituir una reserva monetaria como acción preventiva ante un impago, privándoles de recursos valiosos.
Así, se posibilita el refinanciamiento y la reestructuración de los créditos, que traen períodos de gracia, exención de pagos mínimos, extensión de plazos, disminución de intereses, reducción de comisiones, u otros, dependiendo de las políticas de la institución bancaria y el riesgo que representan los deudores.
“Existe la percepción de que esto se hace solo para los bancos, pero en realidad es para las empresas y para las familias, para que la cadena de pagos no quede interrumpida y se produzca un quebranto generalizado, es más o menos lo que han hecho todos los países del mundo”, profundiza Jasaui.
Aparte del coronavirus, S&P Global observa otros riesgos principales para el 2020: el shock en el precio del petróleo, que llegó a cotizarse en negativo en los mercados internacionales, y la volatilidad de los mercados financieros internacionales. “La preocupación que tenemos para los sistemas bancarios en la región es el riesgo de que esta pandemia se alargue y el shock sea más pronunciado”, opina Alfredo Calvo, de S&P Global Ratings. Los bancos centrales ya están modificando a la baja sus perspectivas de crecimiento para el 2020. El Banguat proyecta que la economía guatemalteca experimentaría una recesión de -1,5 % o, en el mejor de los casos, un crecimiento del 0,5 % en el PIB.
A pesar de ello, el Banco Central guatemalteco proyecta que los créditos aumentarían en 3,5 % para este año, y al 8 % para el próximo ejercicio. El BCCR también reajustó a la baja su pronóstico para Costa Rica, con un durísimo -3,6 %. La Intermediación Financiera experimentará un retroceso del -2,5 %, estima.
el salvador: cifras positivas al 1t
El Salvador también reportó cifras positivas en en la presentación de resultados interanuales a marzo 2020: un incremento del 6,14 % en los préstamos, superior al 9 % en activos y de 13,3 % en los depósitos.
Acostumbrados a un entorno de crecimiento bajo, los bancos salvadoreños han venido mejorando su calidad de cartera, rentabilidad y su liquidez, analiza Martínez, de Fitch Ratings.
En el país, otras medidas que se han implementado se relacionan con la liberación de reservas por parte del Banco Central (BCR) con el propósito de inyectar liquidez al sistema financiero, explica Pinilla, vicepresidente de Finanzas de Banco Agrícola.
“Esto se ha dado en dos fases, en ambas la dinámica ha sido liberar reservas con las cuales una parte se orienta a compra de títulos de gobierno, como un apoyo al país, y la otra parte queda disponible para la administración de los bancos”, detalla.
impacto covid -19 en la cartera
Los bancos y los reguladores están concientes de que muchas personas y empresas tendrán dificultades para pagar por diferentes motivos, como el cierre de negocios por la cuarentena. Estas medidas van a impactar los ingresos por algunos meses, pero les permitirían retomarlos más adelante y no deteriorar la calidad crediticia, evalúa Martínez, de Fitch Ratings. Sin embargo, la flexibilidad regulatoria en la fase de emergencia podría terminar cuando ésta pase. Será entonces que se pondrá a prueba la solvencia de cada entidad, dadas sus posiciones de capital y la sanidad de su cartera crediticia resultante. “La morosidad estará disfrazada estos meses por las medidas adoptadas que permitirán refinanciar y apoyar a deudores.
Al depender de depósitos, pulverizados en un número importante de ahorradores y normalmente de bajo costo para los bancos, creemos que las presiones de liquidez de la banca podrían estar contenidas. Además, hemos visto que los bancos que calificamos en América Central tienen un manejo de liquidez adecuado”.
ALFREDO CALVO, Director y Líder de Sector,
Calificaciones de Instituciones Financieras de S&P para la región
Eso, sin embargo, no será sostenible y tarde o temprano se deberá sincerar la calidad de cartera. En ese contexto, no sorprendería ver sistemas financieros con morosidades superiores al 10 %”, opina Jasaui.
Semejante nivel de morosidad podría ser manejable siempre y cuando sea momentáneo. “Podría haber casos donde la cartera se viera tan afectada por el desempleo y, en una situación externa, alguna institución financiera podría contemplar seriamente recurrir a fusionarse como una solución”, advierte el analista de riesgo.
Por su lado, CABI plantea que si un crecimiento rápido de la economía ocurre en 2021 los indicadores de cartera con atraso regresarán a los niveles de 2019. Y esto es muy probable si la crisis toma la forma de V, es decir, una caída rápida y una recuperación igual de rápida.
Los bancos de la región se encuentran en una posición sólida para hacerle frente este nuevo reto. Esto viene dado, por un lado, debido al fondeo mediante depósitos, una fuente más barata de recursos; y, por otro lado, debido a un manejo de liquidez adecuado, aporta Alfredo Calvo, de S&P Global.
“Al depender de depósitos, pulverizados en un número importante de ahorradores y normalmente de bajo costo para los bancos, creemos que las presiones de liquidez de la banca podrían estar contenidas. Además, hemos visto que los bancos que calificamos en América Central tienen un manejo de liquidez adecuado”, plantea.
Por su lado, Martínez, de Fitch Ratings, piensa que el COVID-19 emerge como una prueba a la continuidad del servicio bancario, justamente uno de los aspectos que las calificadoras de riesgo ponen a prueba: cuáles son los planes de las instituciones financieras para sortear una interrupción de operaciones, en una diversidad de escenarios de riesgo.
En esta crisis, los bancos están probando la fortaleza de sus esquemas de riesgo operativo. “En muchas instituciones la mayor parte del personal está haciendo teletrabajo y las sucursales no están operando normalmente debido a personal reducido, horario reducido, y por eso vemos un movimiento hacia más transacciones por canales digitales”, apunta Martínez.
La regulación también se verá motivada a buscar cambios de más largo plazo, sobre todo aquellos que faciliten la inclusión financiera a través de medios electrónicos, tales como monederos electrónicos, operaciones sin contacto y transacciones financieras móviles, que no implican tener una cuenta bancaria, apunta Jasaui, de PCR.
En suma, el coronavirus representa un ‘game changer’ para la banca, pues se dará paso a una nueva normalidad, agrega el especialista. El golpe de la emergencia ha sido fuerte, pero se mantiene en pie. No obstante, también ha dejado en evidencia que hay muchas áreas de oportunidad para lograr la inclusión financiera de amplios sectores de la población, sobre todo de aquellos de menores ingresos.