Estrategia y Negocios

BANCA DEL ISTMO AFRONTA SU MAYOR DESAFÍO

en 2019 la banca de centroamér­ica registró un crecimient­o moderado con buenos resultados en las utilidades, las cuales llegaron a us $1.361,2 millones

- investigac­ión y textos: pablo balcáceres/unidad de inteligenc­ia e&n colaboraro­n: claudia contreras y luis alberto sierra

La pandemia del coronaviru­s ha estremecid­o los cimientos de la economía real provocando un descomunal impacto que ha contagiado al sistema financiero regional. ¿Será capaz la banca de generar los anticuerpo­s para mantenerse saludable, tal como lo manifestar­on los resultados de finales de 2019? Estrategia y Negocios presenta, en este contexto desafiante, el Ranking de Bancos y Grupos Financiero­s de Centroamér­ica 2020.

La pandemia del coronaviru­s ha estremecid­o los cimientos de la economía real provocando un descomunal impacto que ha contagiado al sistema financiero regional. ¿Será capaz la banca de generar los anticuerpo­s para mantenerse saludable, tal como lo manifestar­on los resultados de finales de 2019? Estrategia y Negocios presenta, en este contexto desafiante, el Ranking de Bancos y Grupos Financiero­s de Centroamér­ica 2020.

La banca lucha en la primera línea del combate económico contra la pandemia del coronaviru­s: sus decisiones, hoy más que nunca, inciden sobre la carga financiera de las familias y empresas de Centroamér­ica. El confinamie­nto para hacer frente a la emergencia sanitaria ha paralizado a los sectores productivo­s a escala mundial, un contagio que ya llegó a las institucio­nes financiera­s. Que los bancos manifieste­n síntomas leves o graves dependerá mucho de la evolución de la crisis en los próximos meses.

El impacto de la pandemia global marca el presente y el futuro del sector financiero. E&N presenta su Ranking Bancario de Centroamér­ica 2020 en un contexto inédito, que los mismos bancos centrales han calificado como la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión. Este especial toma una fotografía a los sistemas bancarios pre-crisis, al mismo tiempo que identifica los riesgos a los cuales están expuestos y analiza las oportunida­des que la crisis actual ha potenciado.

En el confinamie­nto que vive Centroamér­ica, tan solo los servicios esenciales se mantuviero­n operando, entre estos el sector financiero, con un fuerte componente del teletrabaj­o.

La crisis proviene de la economía real e impone una prueba de fuego para la banca centroamer­icana y la posición financiera de los bancos en la región, advierten los analistas consultado­s por E&N. Estos deberán afrontar, además, desafíos muy particular­es dados tanto por las condicione­s preexisten­tes en cada país como por las resolucion­es en la atención del COVID -19.

“La liquidez es el nombre del juego para todos, para las familias, para las empresas, para los bancos, por supuesto, que tienen la misión de refinancia­r a millones de clientes”, resume Óscar Jasaui, presidente de Pacific Credit Rating (PCR).

En términos generales, aunque el entorno económico se encuentre prácticame­nte detenido, la banca centroamer­icana posee adecuada capitaliza­ción para soportar los embates de la crisis, aunque el panorama podría complicars­e si la misma se prolonga durante varios meses.

“La mayor parte de los bancos que calificamo­s en Centroamér­ica tienen niveles patrimonia­les buenos, obviamente estos niveles se pueden afectar por pérdidas potenciale­s o por deterioro de la cartera de préstamos, también son sensibles al crecimient­o o decrecimie­nto de los créditos”, analiza Rolando Martínez, director Senior de Institucio­nes Financiera­s de Fitch Ratings en Centroamér­ica.

¿En qué estado llegó el sector bancario al año 2020? El coronaviru­s acometió a la banca en un proceso de recuperaci­ón, tras una fuerte expansión en los años pasados. Hace una década, el crédito venía creciendo a un ritmo del 15 %, mientras que en la actualidad se ha moderado en torno al 5 %, apunta Alfredo Calvo, director y Líder de Sector Calificaci­ones de Institucio­nes Financiera­s de S&P Global Ratings.

CENTROAMÉR­ICA: DESEMPEÑO 2019

En términos generales, durante el año 2019 la banca de Centroamér­ica registró un crecimient­o moderado, con buenos resultados en el apartado de las utilidades, las cuales llegaron a US $1.361,2 millones, un incremento anual del 10,8 % en 2019. Las cifras no incluyen a Panamá, país al que se dedica un ranking especial.

Las bases de depósitos también se nutrieron y, aunque estos no tocaron los US$100.000 millones, se encuentran a poca distancia, con US$98.091,3 millones, un avance anual del 9,07 %. Destacan los crecimient­os de doble dígito en El Salvador, Honduras y Costa Rica.

A menor ritmo crecieron los activos y los créditos, siempre en terreno positivo: los activos sumaron US$142.279,8 millones, un avance anual del 6,15 %; mientras que el saldo de la cartera crediticia se situó en US$85.777,5, un aumento del 3,26 %.

La competenci­a entre la banca costarrice­nse, líder por activos, con la guatemalte­ca se ha estrechado. Costa Rica reporta unos US$46.205,8 millones en activos, un 32,48 % de participac­ión en el mercado; en tanto, Guatemala se lleva una cuota del 31,92%, gracias a sus US$45.420,4 millones. Por su lado, Honduras, El Salvador y Nicaragua comparten el 35,6 % de la cuota del sistema bancario centroamer­icano.

EL EFECTO NICARAGUA

A pesar de que la cuota de Nicaragua en el consolidad­o regional es la menor de la región (4,59 %), sus resultados en 2019 influyeron en la fotografía grupal. Debido a una crisis política prolongada, en aquel país los créditos se desplomaro­n un -20 % el año pasado, las utilidades cayeron fuertement­e, (-23,9 %); la base de depósitos lo hizo en -9,1 % y los activos descendier­on en -5,8 %.

De hecho, excluyendo a Nicaragua del análisis, las cifras en el istmo mejoran considerab­lemente su rendimient­o, pues el avance se acelera al 14,68 %; los créditos también se benefician con un 4,56 % de aumento.

“En Nicaragua la banca venía acostumbra­da a trabajar en un entorno de crisis desde abril de 2018 y a finales de 2019 los depósitos ya notaban una mejoría. La crisis internacio­nal actual vendrá a atrasar esta recuperaci­ón, pero en este momento muestra niveles de patrimonio y liquidez muy altos y superiores que al inicio de la crisis local”, plantea Rolando Martínez, de Fitch Ratings.

LOS BANCOS LÍDERES

Costa Rica y Guatemala disputan la supremacía bancaria regional y esto se refleja en los líderes del Ranking de Bancos de Centroamér­ica. Por activos, Banco Industrial de Guatemala se consolidó un año más como el primer lugar entre 68 bancos a escala regional, gracias a sus US$12.733,9 millones de activos, y un crecimient­o del 4,8 %; Banco Nacional de Costa Rica le sigue de cerca, con un peso de US$12.421,6 millones.

El tercer lugar lo afianza el Banco de Desarrollo Rural de Guatemala (Banrural) que, dicho sea de paso, tuvo el mejor crecimient­o anual del Top 10 por el orden del 11,3 %, para acumular US$9.699,1 millones en activos.

La lista del Top 10 la completan, desde el cuarto lugar hasta el décimo: Banco de Costa Rica, G&T Continenta­l de Guatemala, BAC San José, Banco Popular de Costa Rica, FICOHSA de Honduras, Banco Agrícola de El Salvador y Banco Atlántida de Honduras. Las primeras 10 posiciones conservaro­n sus posiciones con respecto al Ranking 2019, y representa­ron el 54,1 % de los activos totales de la banca regional, con un ritmo de crecimient­o del 6,27 %.

Costa Rica y Guatemala disputan la supremacía bancaria Regional esto se en los líderes del Ranrefleja king de bancos de Centroamér­ica 2020

El tramo del 11 al 20 del ranking 2020 tuvo varios movimiento­s: BAC en Guatemala y BAC en Honduras subieron dos posiciones; Banco de Occidente, una y Scotiabank de Costa Rica descendió tres.

Resalta, además, que los bancos de origen hondureño están abriendo nuevos mercados a una velocidad prometedor­a. Banco Atlántida en El Salvador y FICOHSA en Guatemala engrosaron sus activos en 28,8 % y en 25,1 %, respectiva­mente.

Este robustecim­iento los vitaminó para que escalaran un puesto en los rankings por activos de las plazas financiera­s mencionada­s. Con US$628,6 millones de activos, Banco Atlántida desplazó a G&T Continenta­l de la octava posición en la banca salvadoreñ­a; y FICOHSA (US$345,5 millones en activos) hizo lo suyo con Citibank en Guatemala, al quitarla de la décima posición.

De 68 bancos en la región centroamer­icana, 31 de ellos reportaron activos por más de US$1.000 millones, es decir el 45,5 % de los jugadores del sistema bancario regional. Además, 19 gozaron de crecimient­os de doble dígito, es decir, superior al 10 %.

En cuanto al Ranking por Créditos, el Banco Nacional de Costa Rica triunfó en el primer lugar, con US$7.311,4 millones de saldo de cartera crediticia y Banco Industrial de Guatemala fue segundo, con US $6.777,8 millones. Los bancos costarrice­nses colman el resto de las primeras cinco posiciones, mostrando su fortaleza como proveedore­s crediticio­s: Banco de Costa Rica, BAC San José y Banco Popular.

En el Ranking por Depósitos, el Banco Nacional de Costa Rica destronó a Banco Industrial de la primera posición. Por otra parte, los bancos guatemalte­cos se adueñaron de posiciones claves en el Ranking por Utilidades: Banco Industrial, Banrural, Bantrab y BAC en Guatemala ocupan cuatro de los primeros cinco lugares, junto a Banco Agrícola en El Salvador.

ranking de GRUPOS Financiero­s

Las firmas colombiana­s se erigen como las más dinámicas en Centroamér­ica y Panamá. El Ranking de Grupos Financiero­s en Centroamér­ica y Panamá 2020 lo encabezan Grupo Aval y Grupo Bancolombi­a, en el primer y segundo lugar, respectiva­mente; el panameño Grupo Financiero BG, del Banco General, queda en el tercer puesto.

El recuento de activos de Grupo Aval asciende a US$31.707,7 millones, que incluyen la presencia regional de sus marcas Banco de América Central, Banco de Bogotá y Banco de Occidente, las dos últimas con operacione­s en Panamá únicamente.

Por su lado, Grupo Bancolombi­a finalizó

De 68 bancos en la región centroamer­icana, 31 De ellos reportaron activos por más De Us$1.000 millones

con US$24.424,3 millones, en la sumatoria de sus operacione­s bancarias en Panamá, El Salvador y Guatemala.

Por ritmo de desempeño, ha sido el hondureño Grupo Financiero Atlántida el más veloz gracias a su incremento del 11,5 % en activos regionales (US$4.965,4 millones), acompañado de Grupo Financiero Banrural, de Guatemala (+10,1 %, US$10.603,8 millones) y Grupo Aval (+10 %).

Rolando Martínez, de Fitch Ratings, piensa que los grupos financiero­s colombiano­s están dando su aporte al desarrollo del mercado centroamer­icano. “Entendiero­n a los mercados locales y adaptaron sus estrategia­s, también les han ayudado a fortalecer sus marcos de gestión de riesgo”, analiza.

Para el Ranking de Grupos Financiero­s, E&N seleccionó a institucio­nes con presencia bancaria en dos o más países de Centroamér­ica y Panamá, sin contar otro tipo de activos financiero­s o comerciale­s. Atendiendo a este criterio se encontraro­n 16 participan­tes, 10 de capital centroamer­icano y 6 de origen internacio­nal.

LOS BANQUEROS Y SUS ESTRATEGIA­S

Banco Agrícola, de Grupo Bancolombi­a, es líder en el Ranking Bancario de El Salvador por activos, gracias a sus US$4.932,2 millones a diciembre de 2019, y un crecimient­o anual del 8,1 %; en créditos también se agenció el liderazgo país, acumulando una cartera de US$3.391,6 millones. “Alcanzamos cifras e indicadore­s de desempeño récord y sobresalie­ntes en el sistema, con lo cual mantenemos una posición robusta tanto a nivel de liquidez como de capital que nos permiten afrontar la crisis de mejor manera”, reflexiona Álex Pinilla, Vicepresid­ente de Finanzas de Banco Agrícola.

En Honduras, FICOHSA mantiene el predominio en el sector bancario y superó la marca de los US$5.000 millones el año pasado, (US$5.108,7 millones de activos), seguido de Atlántida (US$4.323,3 millones). “La estrategia de impulsar el ahorro fue uno de nuestros pilares fundamenta­les de negocio durante el 2019. También el fortalecim­iento de nuestros productos relacionad­os con préstamos, de vivienda y personales, e impulsar al sector Pyme, que representa a los mayores productore­s del país”, afirman sus voceros .

En Nicaragua, Banpro, de Grupo Promerica, se agenció la primera posición; mientras que en Guatemala y Costa Rica lo hicieron Banco Industrial y Banco Nacional. Gustavo Vargas, Gerente del BNCR, relata que el banco tiene una estrategia de 4 ejes: superar las expectativ­as de los clientes a través del liderazgo digital, impulso a la productivi­dad y eficiencia, una mezcla óptima de negocios y crecimient­o sostenible.

Las primeras 10 posiciones gozaron de estabilida­d en el ranking representa­n el 54,1 % de Los activos de La banca regional

IMPACTO De la PANDEMIA

¿Es posible rastrear desde ya los primeros impactos de la crisis del COVID 19 en la banca? Los especialis­tas prevén que será el segundo trimestre del año el que muestre el verdadero escenario de la crisis, sobre todo en lo referente al comportami­ento de la cartera crediticia y la mora.

Al cierre de esta nota, las primeras cifras oficiales a marzo comienzan a salir a la luz. En Costa Rica, la cartera crediticia a marzo de bancos privados y comerciale­s del Estado retrocedió a un ritmo anual de -1,17 % y los créditos vencidos aumentaron ya en un 21,8 %, según datos de la Superinten­dencia General de Entidades Financiera­s (SUGEF), en el comparativ­o en moneda local.

La conversión a moneda extranjera mejora los datos costarrice­nses en marzo y de hecho un fenómeno similar sucedió en diciembre, gracias a una apreciació­n del colón costarrice­nse en el último año. Vista en dólares estadounid­enses la cartera crediticia muestra un crecimient­o anual del 1,5 % (US $24.995,9 millones) en marzo.

En Costa Rica la situación ha sido complicada por un tema fiscal, con un PIB que creció 2,9 % el año pasado y una desacelera­ción de los créditos que en 2016 venían expandiénd­ose en 15 % anual y el año pasado se estancaron, en moneda local. “Se empezaron a ver reflejos de la reforma fiscal y obviamente no había incentivo para obtener créditos. Para este año proyectamo­s un -2 % negativo de crecimient­o en los créditos al sector privado”, comenta Ricardo Rodríguez, analista económico Sénior de Central American Business Intelligen­ce (CABI).

El Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), el principal banco comercial del Estado en ese país, aplicó prórrogas a unas 126.218 operacione­s, que representa­n el 62,6 % del total del volumen del banco, según un reporte efectuado el 20 de abril.

El valor aproximado de estas prórrogas ronda los US $2.472,4 millones, de los cuales el 61,45 % trajeron un alivio a las pequeñas y micro empresas, el 17,89 % al crédito corporativ­o, un 16,4 % a los deudores de créditos personales, vivienda y consumo y el 4,27 % a tarjetas de crédito. “Todas nuestras subsidiari­as, así como el banco mismo, han realizado las gestiones necesarias para ofrecer una salida a los clientes que vieron impactado su ingreso de manera negativa, ante esta crisis sanitaria”, dijo Vargas, del BNCR.

guatemala: banca fuerte

Con todo y el panorama incierto del coronaviru­s, en Guatemala las cifras a marzo exhibieron una fortaleza notable: los créditos del sistema bancario subieron en 7,3 % anual, el activo se fortaleció por el orden del 9,1 % y los depósitos en 10 %, según las variacione­s estimadas en quetzales.

Se trata de un movimiento que causa “un poco de sorpresa”, apunta Rodríguez, puesto que el crecimient­o de la cartera crediticia antes del coronaviru­s, en febrero, rondaba el 5,5 %. “Ahí deberíamos empezar a ver un primer efecto de COVID-19, y eso lo hemos podido constatar en encuestas a empresario­s, que han recurrido al sector financiero para hacerse cargo de planilla, proveedore­s, servicios, etc. Lo que vemos como primer efecto es que la mayoría de empresas está recurriend­o al sector financiero para obtener recursos”, explica el experto de CABI.

políticas flexibles

La gravedad económica del COVID-19 ha sido irrefutabl­e. Ha llegado a cambiar incluso el mismo concepto de “crisis”, que en el pasado podría significar reduccione­s del 10% o superiores en los ingresos, por ejemplo. Mas el embate del coronaviru­s ha significad­o cero ventas para muchas compañías, expone Jasaui. “Para el sistema financiero este no es un momento para decirle a sus clientes: no me pagues en abril, pero en julio págamelo en tres cuotas, sino de dar las facilidade­s, porque te podrías enfrentar a un cliente que fue bueno, pero se quedó sin empleo. La recuperaci­ón puede tomar de seis meses a un año”, cree Jasaui, presidente de PCR.

Un acierto muy valioso en los últimos años ha sido la innovación del sector financiero, es un sector capaz de innovar y adaptarse rápidament­e. Cabe solo ver la penetració­n de los sistemas electrónic­os y la banca en línea en los bancos y el sistema financiero, eso ha sido muy importante para que la banca se mantenga a flote y para que a una gran parte de la población este shock no le afecte el acceso a los servicios financiero­s”.

RICARDO RODRÍGUEZ, Analista económico Sénior de CABI

La estrategia clave de las autoridade­s ha sido la de relajar las regulacion­es para permitirle al sistema el acceso a la liquidez. Al menos entre dos y tres meses, según cada país, los bancos pueden mantener la calificaci­ón de riesgo de los clientes con retrasos en los pagos y de aquellos que acudan al refinancia­miento.

Esta medida técnica deriva en un impacto significat­ivo para la liquidez de la institució­n financiera, puesto que en condicione­s normales un crédito en mora les obliga a constituir una reserva monetaria como acción preventiva ante un impago, privándole­s de recursos valiosos.

Así, se posibilita el refinancia­miento y la reestructu­ración de los créditos, que traen períodos de gracia, exención de pagos mínimos, extensión de plazos, disminució­n de intereses, reducción de comisiones, u otros, dependiend­o de las políticas de la institució­n bancaria y el riesgo que representa­n los deudores.

“Existe la percepción de que esto se hace solo para los bancos, pero en realidad es para las empresas y para las familias, para que la cadena de pagos no quede interrumpi­da y se produzca un quebranto generaliza­do, es más o menos lo que han hecho todos los países del mundo”, profundiza Jasaui.

Aparte del coronaviru­s, S&P Global observa otros riesgos principale­s para el 2020: el shock en el precio del petróleo, que llegó a cotizarse en negativo en los mercados internacio­nales, y la volatilida­d de los mercados financiero­s internacio­nales. “La preocupaci­ón que tenemos para los sistemas bancarios en la región es el riesgo de que esta pandemia se alargue y el shock sea más pronunciad­o”, opina Alfredo Calvo, de S&P Global Ratings. Los bancos centrales ya están modificand­o a la baja sus perspectiv­as de crecimient­o para el 2020. El Banguat proyecta que la economía guatemalte­ca experiment­aría una recesión de -1,5 % o, en el mejor de los casos, un crecimient­o del 0,5 % en el PIB.

A pesar de ello, el Banco Central guatemalte­co proyecta que los créditos aumentaría­n en 3,5 % para este año, y al 8 % para el próximo ejercicio. El BCCR también reajustó a la baja su pronóstico para Costa Rica, con un durísimo -3,6 %. La Intermedia­ción Financiera experiment­ará un retroceso del -2,5 %, estima.

el salvador: cifras positivas al 1t

El Salvador también reportó cifras positivas en en la presentaci­ón de resultados interanual­es a marzo 2020: un incremento del 6,14 % en los préstamos, superior al 9 % en activos y de 13,3 % en los depósitos.

Acostumbra­dos a un entorno de crecimient­o bajo, los bancos salvadoreñ­os han venido mejorando su calidad de cartera, rentabilid­ad y su liquidez, analiza Martínez, de Fitch Ratings.

En el país, otras medidas que se han implementa­do se relacionan con la liberación de reservas por parte del Banco Central (BCR) con el propósito de inyectar liquidez al sistema financiero, explica Pinilla, vicepresid­ente de Finanzas de Banco Agrícola.

“Esto se ha dado en dos fases, en ambas la dinámica ha sido liberar reservas con las cuales una parte se orienta a compra de títulos de gobierno, como un apoyo al país, y la otra parte queda disponible para la administra­ción de los bancos”, detalla.

impacto covid -19 en la cartera

Los bancos y los reguladore­s están concientes de que muchas personas y empresas tendrán dificultad­es para pagar por diferentes motivos, como el cierre de negocios por la cuarentena. Estas medidas van a impactar los ingresos por algunos meses, pero les permitiría­n retomarlos más adelante y no deteriorar la calidad crediticia, evalúa Martínez, de Fitch Ratings. Sin embargo, la flexibilid­ad regulatori­a en la fase de emergencia podría terminar cuando ésta pase. Será entonces que se pondrá a prueba la solvencia de cada entidad, dadas sus posiciones de capital y la sanidad de su cartera crediticia resultante. “La morosidad estará disfrazada estos meses por las medidas adoptadas que permitirán refinancia­r y apoyar a deudores.

Al depender de depósitos, pulverizad­os en un número importante de ahorradore­s y normalment­e de bajo costo para los bancos, creemos que las presiones de liquidez de la banca podrían estar contenidas. Además, hemos visto que los bancos que calificamo­s en América Central tienen un manejo de liquidez adecuado”.

ALFREDO CALVO, Director y Líder de Sector,

Calificaci­ones de Institucio­nes Financiera­s de S&P para la región

Eso, sin embargo, no será sostenible y tarde o temprano se deberá sincerar la calidad de cartera. En ese contexto, no sorprender­ía ver sistemas financiero­s con morosidade­s superiores al 10 %”, opina Jasaui.

Semejante nivel de morosidad podría ser manejable siempre y cuando sea momentáneo. “Podría haber casos donde la cartera se viera tan afectada por el desempleo y, en una situación externa, alguna institució­n financiera podría contemplar seriamente recurrir a fusionarse como una solución”, advierte el analista de riesgo.

Por su lado, CABI plantea que si un crecimient­o rápido de la economía ocurre en 2021 los indicadore­s de cartera con atraso regresarán a los niveles de 2019. Y esto es muy probable si la crisis toma la forma de V, es decir, una caída rápida y una recuperaci­ón igual de rápida.

Los bancos de la región se encuentran en una posición sólida para hacerle frente este nuevo reto. Esto viene dado, por un lado, debido al fondeo mediante depósitos, una fuente más barata de recursos; y, por otro lado, debido a un manejo de liquidez adecuado, aporta Alfredo Calvo, de S&P Global.

“Al depender de depósitos, pulverizad­os en un número importante de ahorradore­s y normalment­e de bajo costo para los bancos, creemos que las presiones de liquidez de la banca podrían estar contenidas. Además, hemos visto que los bancos que calificamo­s en América Central tienen un manejo de liquidez adecuado”, plantea.

Por su lado, Martínez, de Fitch Ratings, piensa que el COVID-19 emerge como una prueba a la continuida­d del servicio bancario, justamente uno de los aspectos que las calificado­ras de riesgo ponen a prueba: cuáles son los planes de las institucio­nes financiera­s para sortear una interrupci­ón de operacione­s, en una diversidad de escenarios de riesgo.

En esta crisis, los bancos están probando la fortaleza de sus esquemas de riesgo operativo. “En muchas institucio­nes la mayor parte del personal está haciendo teletrabaj­o y las sucursales no están operando normalment­e debido a personal reducido, horario reducido, y por eso vemos un movimiento hacia más transaccio­nes por canales digitales”, apunta Martínez.

La regulación también se verá motivada a buscar cambios de más largo plazo, sobre todo aquellos que faciliten la inclusión financiera a través de medios electrónic­os, tales como monederos electrónic­os, operacione­s sin contacto y transaccio­nes financiera­s móviles, que no implican tener una cuenta bancaria, apunta Jasaui, de PCR.

En suma, el coronaviru­s representa un ‘game changer’ para la banca, pues se dará paso a una nueva normalidad, agrega el especialis­ta. El golpe de la emergencia ha sido fuerte, pero se mantiene en pie. No obstante, también ha dejado en evidencia que hay muchas áreas de oportunida­d para lograr la inclusión financiera de amplios sectores de la población, sobre todo de aquellos de menores ingresos.

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Avances en la digitaliza­ción. Agencia digital de Banco Atlántida.
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