Un 70% de las empresas hondureñas paralizadas
Solo trabajan los sectores que tienen que ver con la producción alimenticia e insumos médicos. Es hora de reinventarse para reducir el impacto
Honduras es el país más golpeado por el coronavirus en el Triángulo Norte de Centroamérica. Las medidas de confinamiento adoptadas por el Gobierno para frenar el número de contagios también son de las más duras en la región. Poblaciones completas fueron aisladas por disposiciones drásticas como el toque de queda.
De acuerdo con el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), la economía se ha visto paralizada en un 70%. “Las empresas en diversos sectores han suspendido operaciones y no podemos estar seguros de cuánto tiempo más estaremos bajo la actual condición. Lo que sí sabemos es que, si esto sigue por uno o dos meses más, sería insostenible para muchas empresas”, indicó el presidente de la gremial, Juan Carlos Sikaffy.
En Honduras, sectores como agricultura, ganadería y agroindustria operaron casi al 80% en el primer mes y medio de la emergencia sanitaria, mientras que energía y telecomunicaciones lo hicieron al 100%. Sin embargo, otros como construcción, manufactura -exceptuando droguerías y
DE UN VISTAZO fabricación de insumos médicos- y turismo prácticamente están paralizados.
Los subsectores que operan parcialmente, como supermercados, farmacias, gasolineras y tiendas de conveniencia, están con horarios restringidos y con restricciones de entre un 60% y 70% de su capacidad.
Luego de las primeras tres semanas de confinamiento, el Cohep levantó una encuesta, en la que 1.000 empresas participaron; un 70% de los encuestados respondió “que en la última semana no había vendido nada” mientras que un 21% estimó que sus ventas cayeron. “Estamos seguros que los
resultados pueden ser aún más alarmantes (al terminar el confinamiento)”, proyecta Sikaffy.
IMPACTOS EN CRECIMIENTO
Algunos de los sectores más afectados eran claves para llevar al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) hasta el 3% previsto para 2020, comenta el economista hondureño Guillermo Peña Panting, director Ejecutivo de Fundación Eleutera.
“La economía de Honduras venía en crecimiento, nada espectacular, pero esperábamos crecer alrededor del 3% del PIB. El crecimiento venía principalmente empujado por remesas, manufactura y con exportaciones. También por la construcción privada, comercial e industrial”, valora el experto.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que Honduras entrará en recesión y se espera una caída del PIB de hasta -2,3% al cierre del año.
“Las consecuencias económicas dependen de factores que interactúan de formas difíciles de predecir, como el recorrido de la pandemia, la intensidad y la eficacia de los esfuerzos de contención, el impacto de las interrupciones del suministro, las repercusiones del ajuste drástico en las condiciones del mercado financiero mundial, los cambios en los patrones de gasto y los cambios de comportamiento”, valora el FMI en su análisis presentado a mediados de abril.
El organismo advierte: “Un desafío observado en esta crisis sanitaria es evitar una cadena de protestas debido a la lenta distribución de alimentos. Honduras es un país con un poco más del 80% bajo informalidad combinado con un subempleo del 60%, lo cual se vincula con una elevada desigualdad y pobreza”. Estas condiciones sociales crean un ambiente propicio a reclamos sociales ante el confinamiento de hogares para aplanar la curva por COVID-19. Desde finales de marzo, ocurrieron .manifestaciones de pobladores de distintas colonias, exigiendo abastecimiento de alimentos y distribución del servicio de agua potable.
DESPUÉS DE LA PANDEMIA
Peña cree que el impacto económico se atenuará si el Estado se moderniza y aprovecha al máximo las herramientas tecnológicas, tanto en la economía como en la educación. “Lo mejor es la digitalización del Gobierno, hasta el Congreso está sesionando de manera remota, los contratos se están firmando de manera remota. El avance del Gobierno electrónico ayudará al cambio en el sector comercial, el e-commerce debería quedarse, estos avances permiten modernizar la economía y se borran las brechas. Eso es lo que vemos venir post-covid”, agregó en entrevista con Estrategia &Negocios.
En esta misma línea responde Sikaffy: “El 2021, cuando los mercados y las empresas retomen el ritmo, será una fase de reinvención de los negocios, en la cual deberemos adoptar nuevas prácticas de bioseguridad, racionalización de costos, considerar el teletrabajo, las ventas a domicilio y el aprovechamiento de nuevas tecnologías. Para eso se requerirá de mayor inversión e incentivos. Ese es el reto y más que el reto, es un nuevo desafío”.
El economista Nelson Ávila cree que “dentro de la reconstrucción económica hay que ver la creación de un fondo nacional para el apoyo de la micro, pequeña y mediana empresa, que significa no solo dar acceso a crédito, sino a inteligencia de mercado. Tenemos que entender que todos los sectores productivos como agua, energía saneamiento, puertos y aeropuertos, telecomunicaciones, por mencionar algunos, no tienen que estar a favor de servicios mercantiles, sino a favor de intereses estratégicos de la nación”.
Sostiene: “En la post-pandemia es imperativa la reformulación del modelo y del sistema económico y político en Honduras, es el momento, sino vendrá un caos mayor que tendrá costos económicos y costos sociales superiores”.
“El escenario postpandemia es delicado, se debe dar una apertura limitada, con mecanismos de bioseguridad, que nos tocará más a las empresas que al Gobierno. Implementar pruebas rápidas de Covid-19, las cuales deberán hacerse antes del periodo de apertura, luego hacerlas cada 15 días y luego al mes”, previó Guillermo Peña, director Ejecutivo de Fundación Eleutera
Medidas de alivio