Migrantes, víctimas directas de la pandemia
El COVID 19 ha detonado otra crisis: la de migrantes centroamericanos muriendo silenciosamente en EE. UU., epicentro de la pandemia. En Centroamérica, las deportaciones de Migrantes disparan las alertas
En su mensaje a los guatemaltecos por cadena nacional del pasado 28 de abril, el Presidente Alejandro Giammattei, confirmó que se registraban 81 ciudadanos de su país infectados por coronavirus y 49 muertos por la pandemia en el mundo. De ellos, 48 en Estados Unidos.
“No me quiero morir en un país que no sea mi casa”, tituló dramáticamente el diario digital Nómada días antes, publicando el testimonio de decenas de ciudadanos guatemaltecos varados en el exterior, que luchaban por regresar a su patria.
El diario The New York Times expuso la tragedia que viven migrantes de distintas nacionalidades en Nueva York, el epicentro del COVID-19 en Estados Unidos. En un amplio reportaje, enfocado sobre todo en el centro de Queens, confirmó que la pandemia ha afectado de manera desproporcionada a los trabajadores latinos, a los empleados de restaurantes y a las personas de limpieza, llegando a constituir el 34% de los fallecidos en Nueva York, el porcentaje más alto de cualquier grupo racial o étnico en esa zona.
Por su parte, el organismo Centers for Disease Control and Prevention (CDC), rector de la salud en Estados Unidos, confirmó en su reporte del pasado 29 de abril que -a esa fecha- la cifra de casos positivos de coronavirus superó el millón de personas en ese país, y de estos, alrededor de 96.681 son de origen hispano/latino.
“Los principales países de la migración salvadoreña son Italia, España, Canadá y Estados Unidos, precisamente los más afectados por la pandemia. Y, al revisar Estados Unidos, donde hay alrededor de 2 millones de salvadoreños, también podemos observar que las principales ciudades donde residen, han sido las más afectadas: New York, Maryland, Washington DC., California, Los Ángeles y Houston”, indicó César Ríos, director ejecutivo del organismo no gubernamental Instituto Salvadoreño del Migrante (Insami).
Valoró que los migrantes centroamericanos son un sector muy vulnerable a la pandemia del COVID-19, ya que la mayoría permanece en Estados Unidos en una situación migratoria irregular, no tienen contratos de trabajo, no gozan de seguro médico, no asisten a los centros médicos por temor a ser deportados y no son beneficiados con programas de subsidio por desempleo.
Además, señaló que estudios han confirmado que el 60% de los salvadoreños viven en Estados Unidos con un presupuesto anual de US$25.000, cifra que en ese país los ubica en pobreza extrema.
“Para poder sobrevivir en Estados Unidos, ellos
“los principales países de la
salvadoreña, son los
tados por la pandemia”, apunta
director de insami.
mismos han creado estrategias de sobrevivencia, por ejemplo, compartir el pago del alquiler de un apartamento entre 12 o 13 personas, viviendo hacinados”, dijo Ríos. Por tanto, han estado viviendo en niveles altos de vulnerabilidad.
deportados: otra tragedia
El centro de pensamiento Center for Economic and Policy Research denunció que la administración de Donald Trump ha estado -de hecho- exportando el COVID-19 al seguir enviando vuelos con migrantes deportados a 11 países de América Latina y el Caribe, lo que representa un grave riesgo para la salud pública de esas naciones, ya que se ha comprobado que muchos de ellos llegan infectados.
La investigación del centro asegura que entre marzo y abril, ICE Air ha realizado al menos 21 vuelos con deportados a Guatemala, 18 a Honduras, 12 a El Salvador, 6 a Brasil, 3 a Nicaragua, Ecuador, Haití y República Dominicana; y 1 vuelo a Colombia y Jamaica.
La mayoría de los vuelos salen de dos aeropuertos: en Brownsville, Texas y en Alexandria, Louisiana. Esta última aseguran que ha sido severamente golpeada por COVID -19, ya que al menos 11 empleados han resultado positivos en pruebas del coronavirus. De esas instalaciones, precisamente, aseguran que salieron los deportados guatemaltecos (40), que arribaron a su país y dieron positivo.
De acuerdo a un medio local guatemalteco, el Ministro de Salud, Hugo Monroy, aseguró que en un solo vuelo se detectó que el 75% de los deportados estaban infectados con el nuevo coronavirus.
Ursula Roldán, directora del Instituto de Investigación y Procesos Dinámicos Globales y Territoriales de la Universidad Rafael Landívar, y miembro de la Red Jesuita de Migrantes para México, Centroamérica y Estados Unidos, se pronunció a favor de detener las deportaciones desde Estados Unidos, ya que representan un grave riesgo para la salud pública, al no tener certeza de su condición sanitaria.
Agregó que al llegar al país, las autoridades sanitarias ubican en centros de cuarentena a los que dan resultado positivo de COVID -19. A otros los remiten a cuarentena domiciliar, en sus propias comunidades, pero ello ha detonado conflictividad porque algunas los rechazan.
“Nosotros también criticamos esa decisión porque en las comunidades rurales prevalece el hacinamiento. En cambio, propusimos que se establezcan centros de cuarentena por 21 días, que sirvan de
albergues, y luego trasladarlos a sus comunidades. Seguimos insistiendo con el gobierno”, dijo Roldán.
Por su parte Ríos, del Insami de El Salvador, confirmó que al momento de hacer la entrevista con E&N, se registraban alrededor de 1.000 salvadoreños deportados desde Estados Unidos, en medio de la crisis sanitaria, a quienes han trasladado a centros de cuarentena por un periodo de 30 días.
remesas en picada
Manuel Orozco, especialista en temas de Migración y Remesas del centro de pensamiento Diálogo Interamericano, se mostró preocupado por la situación de corto plazo de los migrantes en Estados Unidos, ya que por efecto de la pandemia del COVID-19 se proyecta que se perderán entre 10% y 20% de los empleos, lo que implica de 1.0 a 2.5 millones, fenómeno que impactará a la población migrante.
“Los migrantes son vulnerables, en términos financieros y de salud. El efecto del desempleo sobre ellos será severo, ya que la pérdida de empleos en algunos sectores será enorme, en un rango del 30% al 80%, y sus activos líquidos son limitados, a lo sumo para mantenerse seis meses. Lamentablemente los sectores más afectados serán servicios e industria, donde se desempeña la mayoría”, dijo.
Por efecto dominó, Orozco estima que el flujo de remesas familiares a los países de América Latina y el Caribe caerá en un 20%, lo que implicaría una reducción de unos US$17.000 millones. El impacto sobre 4-5 millones de hogares de la región será devastador, así como para las economías de los países de la región.
En Centroamérica, de acuerdo a sus estimaciones, Nicaragua podría dejar de percibir más de US$300 millones en remesas, El Salvador más de US$920 millones, Guatemala más de US$1.700 millones y Honduras más de US$890 millones. Orozco indicó que eso afectará directamente el consumo de millones de hogares centroamericanos, que están en la línea de la pobreza y que usan esos recursos para mejorar su dieta alimenticia y sus condiciones de vida.
Por su parte, el Banco Mundial proyecta una reducción del 20% en el flujo de remesas familiares a nivel global durante el presente año, indicando que es la caída más grave en la reciente historia, como efecto de la pandemia del COVID-19 y el impacto en los países anfitriones de los migrantes.
El experto de Diálogo Interamericano exhortó a acelerar el proceso de bancarización entre los beneficiarios de remesas, promover el ahorro y aumentar el crédito y los servicios financieros a ellos.
En esa línea, Banco G&T Continental de Guatemala anunció el lanzamiento del plan “Cobra tu remesa sin salir de casa”. Consiste en facilitar dos formas de cobro digital, que aplica a personas con una cuenta en la entidad financiera. Promueven la cuenta “Remesa Activa”, que le permitirá ahorrar al destinatario.
canales electrónicos en auge
Jorge Godinez, gerente de Worlremit para Centroamérica, empresa creada una década atrás y con su casa matriz en Londres, refirió que la transferencia electrónica de remesas ronda según los expertos entre el 10% y 20% del flujo total, sin embargo valoró que este canal está creciendo aceleradamente, especialmente en medio de la crisis sanitaria.
Aseguró que las transferencias hacia la región han venido creciendo a doble dígito, muy por encima del
PROYECCIÓN DE LA CAÍDA DE LAS REMESAS EN CA EN 2020 POR IMPACTO COVID-19