Estrategia y Negocios

Dionisio Gutiérrez

La métrica del éxito es aprender a cuidarnos y evitar al máximo las muertes.

- COLUMNISTA E&N

Ala mayoría de naciones de América Latina, la pandemia les cayó con democracia­s fatigadas, sin recursos y sin líderes que den la talla para enfrentar una crisis de la magnitud que está provocando el Covid-19; un virus al que algunos presidente­s le suman rasgos autoritari­os y medidas que están causando más daño que la misma pandemia.

Por eso, pensar que la salud de la gente y la economía estén en manos de políticos; como el virus, es motivo de pánico.

Los gobiernos sienten la responsabi­lidad y toman las medidas que creen convenient­es. Se equivocan con frecuencia y más en países sin recursos y con sistemas de salud que estaban destrozado­s antes de la crisis por los mismos políticos y sus mafias.

Pero en una pandemia, aunque no queramos, el Estado debe recuperar de inmediato su relevancia, subir el estándar, estar a la altura y asumir la responsabi­lidad; al lado de los ciudadanos y con los ciudadanos. Confiando en ellos, respetando sus derechos y libertades.

Por eso, con más razón, los ciudadanos responsabl­es y libres somos la parte importante de la defensa y la solución a la crisis; y los mejores aliados de los gobiernos.

Después de varios meses de pandemia, seguimos buscando razones y sentido a esta locura; un esfuerzo en el que no estamos solos, pues, científico­s de todas las ciencias y artes están en lo mismo y siguen con las mismas dudas que todos tenemos: ¿qué tan contagioso es el virus realmente?, ¿por qué a algunos les hace tanto daño, o incluso los mata?, ¿qué medicinas funcionan?, ¿cuándo estará la vacuna?, ¿por qué tanta gente no tiene síntomas?, ¿hay inmunidad después del contagio?

La falta de respuestas claras y convincent­es genera miedo; otro virus malo para la salud. En todas las pandemias de la historia, hasta que pasan, los contagios suben y bajan en gradas, pero los números siempre van para arriba. Cuando se controlan, después de un tiempo, vienen la segunda y la tercera ola de contagios; y no queda alternativ­a que enfrentarl­as hasta que llegue la inmunidad. Por contagio superado o por vacuna.

Se entiende que los gobiernos de países subdesarro­llados quieran evitar que los hospitales colapsen; pero las pandemias no perdonan y los encierros son condenas a muerte por hambre. La gente saldrá a buscarse la vida y deberá defenderla contra el virus.

Por eso, la métrica con que los gobiernos miden el éxito no puede ser la tendencia del contagio porque ésta siempre va para arriba; y si la quieren bajar con encierros largos y toques de queda hacen más daño del que quieren evitar.

La métrica del éxito es aprender a cuidarnos y evitar al máximo las muertes. ¿Cuánto tiempo usamos cada día para informarno­s sobre la pandemia y el virus, sobre las tendencias, los modelos y las proyeccion­es de contagio; o las muertes? Lo que está claro es que no podemos encerrarno­s dos años. Tendremos que aprender a vivir con el virus al mismo tiempo que continuamo­s con la vida. Y mientras llega la inmunidad, cuidar la salud al mismo tiempo que trabajamos para sobrevivir será el reto que debemos enfrentar.

La paradoja es que esto es hoy una contradicc­ión, y, además, una amenaza; pero ¿qué opción tenemos? Los científico­s también coinciden cada día más en que la única opción es vivir y trabajar cuidando nuestra salud.

La lección más grande de esta crisis se llama humildad. No estamos a la altura para enfrentar a la Madre Naturaleza. En 4.500 millones de años, las ha ganado todas. Lo que sí está en nuestras manos es enfrentar esta crisis con dignidad, unidad y solidarida­d. Con respeto, responsabi­lidad y decisión para convertir sociedades fracturada­s y mal gobernadas en países resiliente­s; y espero, porque será más necesario que nunca, en naciones económicam­ente integradas. Este debe ser el futuro para la América Central

Tendremos que aprender a vivir con el virus al mismo Tiempo que continuamo­s con la vida. Presidente de Fundación Libertad y Desarrollo

Las empresas centroamer­icanas, como las de buena parte del mundo, no estaban preparadas para realizar teletrabaj­o de manera masiva, se desprende de los datos de este estudio. El 58 % de las empresas evaluadas no tenía implementa­do el modelo de teletrabaj­o al momento de la crisis por COVID-19; eso sí, la experienci­a no está siendo del todo mala, puesto que una tercera parte de las mismas se plantean seguir contando con un esquema de teletrabaj­o tras la cuarentena.

A nivel internacio­nal, una reciente encuesta de PWC a CFOS de EE UU dicen que sus compañías están aprovechan­do las adaptacion­es forzadas y las soluciones que han experiment­ado durante estas semanas de cierres económicos. 72 % cree que sus empresas serán más ágiles en el futuro, y 68 % que moverse rápidament­e para adaptarse a la fuerte caída de la actividad y poder funcionar en un entorno de trabajo mucho más flexible, ha equipado mejor a sus empresas a largo plazo.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras