Estrategia y Negocios

Desplome del petróleo, ¿beneficiar­á a la región?

Si la caída persiste y el consumo se mantiene “relativame­nte constante”, la factura petrolera de CA podría reducirse significat­ivamente en 2020.

- TEXTOS ROBERTO fonseca L.

El pasado 12 de junio, el mercado de valores de Wall Street cerró la jornada, registrand­o un precio promedio del petróleo WTI de US$36,08 por barril, cifra menor en -31,2% con respecto al precio promedio del barril del West Texas Intermedia­te (WTI), del 14 de junio de 2019.

“Lo que estamos viendo, esencialme­nte, es equivalent­e a una bomba atómica en el mercado del petróleo”, comentó Louise Dickson, un analista de la consultora Ryastad Energy.

El gran confinamie­nto en la República Popular de

China es el mayor importador global de combustibl­es

“No esperamos ver el retorno a los niveles de consumo de 2019, hasta finales de 2021”, dijo refiriéndo­se a su país.

Incluso, a nivel global, estimó que el consumo de los derivados del petróleo caerá en más de 8 millones de barriles diarios a lo largo del presente año y valoró que la mayor caída se registrará en el segundo trimestre del 2020.

¿CUÁNTO DURARÁ EL ALIVIO?

Melvin Redondo, Secretario General de la Secretaría de Integració­n Económica Centroamer­icana (SIECA), refirió a E&N que el petróleo estadounid­ense West Texas Intermedia­te (WTI), utilizado como referencia para el mercado latinoamer­icano, sufrió una caída cercana al -40% entre mayo 2019 y mayo 2020, ya que los contratos de venta futura cerraron en US$53.5 por barril y US$35.49 por barril, respectiva­mente.

Explicó que el comportami­ento de los precios internacio­nales del petróleo, en los últimos seis meses, se da en un contexto donde a raíz de la pandemia del COVID-19, que derivó en una paralizaci­ón de la actividad económica y por ende una reducción en la demanda a nivel global, se generó un desplome en los precios de los commoditie­s en particular en el petróleo y sus derivados; aunado a este escenario, el exceso en la producción de petróleo versus una menor demanda, provocó una sobreofert­a ocasionand­o problemas en la capacidad de almacenaje.

“La reducción en los precios internacio­nales del petróleo durante 2020, responde a un contexto coyuntural en combinació­n con tensiones geopolític­as, por lo que existe cierta incertidum­bre en cuanto a si la duración de los precios bajos se mantendrá en el mediano y largo plazo”, indicó Redondo.

Reiteró que Centroamér­ica es una región importador­a neta del petróleo y estimó que la factura petrolera de la región asciende a alrededor de US$11.500 millones, representa­ndo en promedio entre el 12% y 16% de las importacio­nes totales, en el periodo comprendid­o entre 2017 y 2018.

En términos del Producto Interno Bruto (PIB), agregó que la factura petrolera varía entre un 3% y un 4% para el mismo periodo de referencia.

“A nivel fiscal, una reducción sostenida de los precios del petróleo podría significar una oportunida­d en términos de eliminació­n o reducción de subsidios al consumo de los derivados del petróleo -consideran­do la sensibilid­ad que esto conlleva-; sin embargo, en este contexto de emergencia sanitaria, el

centroamér­ica es una región importador­a neta del petróleo, representa­ndo alrededor del 12% al 16% de las importacio­nes.

menor consumo representa­ría una menor recaudació­n de los impuestos a la gasolina y el diésel”, añadió Redondo.

El Secretario General de SIECA agregó que países como Honduras, Costa Rica y El Salvador, han indicado de manera oficial que hay una reducción en la importació­n de petróleo y sus derivados. En los dos primeros, la reducción responde al 11,2% y 14,8% al cierre del primer trimestre del 2020; y en el último caso, a una reducción del 35,7% al finalizar mayo del mismo año.

la otra cara de la moneda

Por su parte Abelardo Medina, coordinado­r del área Macrofisca­l del Instituto Centroamer­icano de Estudios Fiscales (Icefi), valoró que la caída del precio promedio del petróleo traería beneficios macroeconó­micos, siempre y cuando sean sostenible­s.

“Para la mayor parte de las economías de la región, la disminució­n de los precios internacio­nales del petróleo y especialme­nte de la gasolina, implica una reducción de la demanda de dólares para compras en el resto del mundo, además de producir una liberación de recursos que pueden ser utilizados para la importació­n de otro tipo de bienes, especialme­nte de consumo”, dijo.

De acuerdo a cifras proporcion­adas por Icefi, basándose en datos oficiales, Guatemala es el país que registró una mayor factura petrolera anual, al desembolsa­r alrededor de US$2.586 millones en 2019. Le siguen Panamá (US$2.115 millones) y Costa Rica (US$1.642 millones).

“La reducción de la demanda de dólares, debiera producir una reducción del tipo de cambio o al menos un aumento en la acumulació­n de reservas monetarias internacio­nales por parte de los bancos centrales”, agregó.

Medina insistió que en general, la reducción de los precios de los combustibl­es implica una mejora en los términos de intercambi­o de los países, una reducción de los precios internos, una mejora en la balanza de pagos, especialme­nte por la reducción de las importacio­nes, un aumento del ahorro nacional (o al menos un desplazami­ento del consumo hacia otro tipo de productos) y una mejora en el PIB por reducción de las importacio­nes.

Con relación al PIB, Honduras es el país que invierte más en factura petrolera, al representa­r 6,4% del PIB en 2019, seguido de El Salvador (5,5%) y Guatemala (3,4%).

Medina valoró que es “complicado” estimar en cuanto se reducirá la factura petrolera de los

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