ROBERTO FONSECA Y DANIEL ZUERAS
DISEÑO: MIGUEL BUESO COLABORÓ: LUIS ALBERTO SIERRA IMAGENES
A
Los estragos sociales y económicos que está causando la pandemia del coronavirus (COVID -19) en las familias, en las empresas, en las comunidades y en los países de Centroamérica, obligan a replantearse el enfoque de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ante la “nueva realidad” que se está imponiendo, así como el ritmo del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), coinciden líderes de las organizaciones locales y regionales de RSE consultados por E&N.
“La crisis sanitaria no pone en riesgo la Responsabilidad Social Empresarial, puede poner en riesgo las prácticas que tenían algunas empresas, que pensaban que estaban haciendo RSE, pero en realidad lo que estaban haciendo eran iniciativas muy puntuales y de muy poco impacto. La nueva realidad nos está haciendo un llamado a ser empresas responsables, no a hacer proyectos de responsabilidad social, que son dos cosas muy diferentes”, afirma Olga Sauma, directora ejecutiva de la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED).
“La empresa responsable empieza por casa, y parte de ello es asumir una conducta responsable de negocios. La COVID-19 nos está poniendo a recapacitar en cómo vemos los riesgos, las oportunidades de negocios, la gestión de lo que estamos haciendo. Y, lo que es importante, es poner a la gente al centro de todo lo que hacemos”, agregó la Directora ejecutiva de AED, organización sin fines de lucro que reúne a unos 120 asociados en Costa Rica.
Poner a la gente al centro significa no sólo asegurar las condiciones laborales y de bioseguridad de los colaboradores, sino ver más allá: estar al tanto de cómo se transportan, de que tengan agua potable, velar por por la educación de los hijos de sus trabajadores, de la red de cuido de esos hijos, etcétera.
El post COVID-19 “Es un punto de inflexión, y las empresas que empiecen a pensar de otra forma y tomar medidas diferentes, verán oportunidad de gestio
políticos, sociales y muchas empresas se están cuestionando y preguntando su verdadero rol como ciudadanos corporativos. Es un cambio de 180 grados, no en el 100% de las empresas, pero sí un buen número está asumiendo el golpe que provocó el coronavirus, con resiliencia, desde una nueva perspectiva del modelo de negocio y me parece que vamos a empezar a ver resultados muy interesantes”, agregó Morataya.
sistemas de salud frágiles
En la sub región SICA, integrada por ocho países -incluida Centroamérica- los casos confirmados de coronavirus aumentaron exponencialmente, de 30.155 a 109.069 entre el 18 de mayo y el 29 de junio (261,6%). Y, el número de fallecidos se incrementó de 956 a 2.781 en el mismo periodo (190,8%).
“La infraestructura de salud en nuestra región es insuficiente”, alertó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de CEPAL, el pasado 3 de abril, al brindar el primer informe especial relacionado a la COVID -19 y su impacto en la región. Indicó que el número de camas entre los países europeos en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), corresponde a 6,2 por cada 1.000 habitantes. Sin embargo, en América Latina el promedio es 2,2 camas y en el Caribe 2,8 camas por 1.000 habitantes.
En términos de personal médico, señaló que América Latina tiene un promedio de 1,9 médicos por 1.000 habitantes, ubicándose debajo de esa tasa Honduras, Nicaragua, Belice, Costa Rica y Panamá.
“Nuestros sistemas de salud están muy fragmentados, con servicios de salud muy diferenciados. Se requiere de más y mejor gasto público. La OPS recomienda una inversión del 6% del PIB en el sistema de salud pública, sin embargo el gasto público del gobierno central en salud, en América Latina y el Caribe corresponde al 2,2%.
Tenemos una brecha muy grande entre lo que se está invirtiendo y lo que se debería invertir”, aseguró Bárcena.
los ods se resposicionan”
Claudia Díaz, directora de Desarrollo Institucional y Comunicaciones de Fundahrse Honduras, sostiene que en la etapa post COVID-19 deberá enfocarse la RSE en los colaboradores, en los proveedores de la cadena de valor, en las comunidades inmediatas a la empresa y en los centros hospitalarios de atención a la emergencia.
“Es importante soportar urgentemente, el ODS 3 Salud y Bienestar por los impactos que ha generado la pandemia, asimismo, el ODS 8 referido al Trabajo decente y crecimiento económico, ya que se ha visto gravemente afectado por las implicaciones económicas”, dijo Díaz.
También se pronunció por priorizar el ODS 17, relacionado a Alianzas para lograr los objetivos, ya que esto permitirá una recuperación más rápida de todos los sectores. “Es necesario el desarrollo de nuevas alianzas públicas y privadas, más allá de la competencia. Las alianzas entre empresas privadas, sobre todo en tiempos de crisis, permitirán fortalecer las operaciones y la continuidad de los negocios”, agregó.
Bruno Basile, director ejecutivo del organismo SUMARSE, de Panamá, valoró que la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 ha redefinido las prioridades de algunos ODS. En ese sentido, expuso, hoy toma mayor relevancia el ODS 8 relacionado a Trabajo decente y crecimiento económico, ya que la pandemia ha profundizado el desempleo juvenil.
“El ODS que definitivamente va a tomar la batuta va a ser el ODS 3, que antes quizás no estaba tan arriba en la lista de prioridades, pero ahora entendemos que sin salud y bienestar no podemos tener una economía productiva”, apuntó.
“Y sin duda, el ODS 17 continúa teniendo una grandísimo valor, porque para poder salir de esta crisis, necesitamos una colaboración de todos los actores de la sociedad, incluido el sector público, la academia y las ONG. Las alianzas van a ser vitales para salir adelante”, agregó Basile.
guía para “nueva realidad”
Ariel Granera, presidente de UNIRSE en Nicaragua y a su vez presidente de la red Integración Centroamericana por la Responsabilidad Social Empresarial (INTEGRARSE), destacó que han acompañado a las empresas a nivel local y regional, para proveerlas de una serie de instrumentos que las ayuden a reiniciar operaciones de la mejor manera posible.
En ese sentido, agregó que la idea principal es proporcionarles: 1)Fundamentos empresariales para una toma de decisión responsable durante la reactivación de operaciones; 2)Continuidad del negocio y protocolos empresariales; y 3) Comunicación estratégica.
“Para lograr esto, estaremos facilitando a nuestros miembros la Guía: Medidas responsables para la reactivación empresarial en la región centroamericana y El Caribe, la que se complementa con un Manual de Buenas Prácticas que permitirá conocer las experiencias de otras empresas, las que podrían ser adaptadas a cada contexto”, señaló.
En la introducción de la Guía regional, un documento de 72 páginas, los presidentes de las organizaciones de RSE plantean que para avanzar en el proceso de recuperación, será necesario ser transparentes y evaluar todas las vulnerabilidades sistémicas desde cada una de las perspectivas, poniendo a la empresa en el centro como un actor indispensable para la reactivación, para la creación de puentes y el fortalecimiento de alianzas que generen sinergias de colaboración.
“Las empresas deberán siempre operar bajos principios éticos que incorporan la rendición de cuentas, el respeto a los derechos humanos y el tomar en cuenta las expectativas de los diferentes grupos de interés”, señaló refiriéndose a la etapa post COVID -19.
“Siempre habrá aspectos que puedan
mejorarse, en los que habrá que insistir para potenciar resultados positivos. La Responsabilidad Social es un camino para alcanzar la sostenibilidad, no es un concepto estático, es un modelo de negocios que permite ser más competitivo y estar mejor preparado ante situaciones como las que se están viviendo actualmente”, añadió Granera.
Solidaridad y empatía
A nivel regional, entre las campañas de RSE orientadas a la solidaridad y empatía con los más vulnerables, destacan en Costa Rica la de Testing Proactivo, que se lanzó en alianza con Amcham y Fundación CRUSA y cuya meta inicial era recaudar alrededor de US$750.00 para la compra de equipos y kits de testeo rápido, en coordinación con el Ministerio de Salud y con la Caja de Seguridad Social. Se recaudaron más de US$1 millón, complementando el esfuerzo del Estado para impulsar la iniciativa de testeos masivos.
Por su parte Basile, de SUMARSE, informó que impulsan la campaña “Recupera Panamá”, que inició semanas atrás y es impulsada por una coalición de una veintena de ONG con presencia en lugares remotos, donde hay poca incidencia estatal. En esta iniciativa está involucrado el organismo rector de RSE, United Way, Amcham y la Cámara Panameña de Desarrollo Social.
“Esta pandemia está poniendo a prueba todos los sistemas, se está comprobando esa deuda que teníamos con el sistema de salud y la institucionalidad tan débil que hemos construido, porque al final uno no puede negar la parte de responsabilidad que nos toca. Esta debilidad que tenían nuestros países a la luz de esta crisis se ha hecho mucho más evidente. Ojalá que aprendamos la lección de que tenemos que fortalecer la institucionalidad, de que debemos tener sistemas sociales, políticos, de salud y económicos más fuertes, porque esta no va a ser la primera ni la última crisis”, concluyó Morataya
roberto.fonseca@estrategiaynegocios.net