“Escuchar es el desafío de nuestra época”
En estos tiempos, es necesario oir opiniones distintas, lo que requiere de energía para desplazarse al punto de vista del otro, dice la coach Alicia Pizarro
Alicia Pizarro es coach ontológica. ¿Le suena el concepto? Se trata de una disciplina que tiene sus raíces en la filosofía de una ontología emergente conocida como Ontología del Lenguaje, que plantea que los seres humanos estamos en constante devenir, y que tenemos la posibilidad de impulsar nuestra transformación individual y sistémica.
El coaching ontológico es una práctica profesional al servicio del aprendizaje. Ahora, aun cuando el aprendizaje es la materia prima del mismo, este no es una instancia educativa.
Pizarro es socia fundadora y directora de de Newfield Consulting, y directora de ECORE (Escuela de Coaching Ontológico de Rafael Echeverría), su trabajo se focaliza en el diseño de procesos de transformación, aprendizaje y consultoría. En los últimos 20 años ha formado más de 7.000 personas, liderando procesos de transformación desde la consultoría y desde la academia.
Además ha contribuído al desarrollo y difusión de esta disciplina en el mundo.
“En el coaching ontológico se exploran y trabajan las emociones, los patrones de comportamiento, las manifestaciones corporales de base del coachee, sin embargo, no es una interacción terapéutica. Las bases conceptuales del coaching ontológico no vienen de la psicología, sino de la filosofía”, explica Pizarro.
El mundo post pandemia será, y ya está siendo,
profundamente diferente al mundo que dejamos antes de iniciar esta crisis. “Eso está siendo aceptado ya por casi todas las personas. Todo cambió, y cambió de manera violenta, de un día para otro. Las competencias técnicas con las que fluíamos en el mercado del trabajo se hicieron obsoletas con la misma velocidad”. Sabidurías que eran útiles hasta el año pasado pasaron a ser innecesarias, y la presión por el aprendizaje de nuevas competencias creció exponencialmente.
A juicio de la experta, las competencias genéricas derivadas de la Ontología del Lenguaje, “y que son la base del trabajo de un coach ontológico”, son más inmunes a la obsolescencia, no se vencen todavía: “Saber escuchar, saber fundar los juicios sobre los que tomamos decisiones, saber entregar y recibir una retroalimentación, saber gestionar las emociones”, son ejemplos de estas competencias que derrotan la caducidad y que por el contrario, son hoy más relevantes que nunca.
Liderazgo solidario y focalizado
Con estas competencias Pizarro aduce que podemos soñar con un nuevo tipo de liderazgo que responda a los desafíos que la post pandemia nos impone. “Un líder que sea al mismo tiempo solidario y focalizado a los resultados. Que sepa escuchar a la gente con la que trabaja, y simultáneamente avizore el futuro para que anticipe las malas y las buenas rachas, y logre, con su equipo, aprovechar las oportunidades y avanzar en la reconstrucción, incluso más, en el crecimiento a partir de las nuevas condiciones”.
A su juicio “es ahora cuando necesitamos ejercer un liderazgo que nadie más está en condiciones de ejercer” y es necesario hacerlo poniendo el foco en los resultados, porque “son ellos los que nos permiten mantenernos en el mercado. Y al mismo tiempo, levantar la mirada para generar un camino a mediano y largo plazo que muestre a la humanidad que hay una luz al final del túnel”.
Para el coaching ontológico es básico que sepamos escucharnos unos a otros. “Escuchar es el desafío de nuestra época”, apunta Pizarro. Dada la diversidad humana en la que vivimos, lo que más nos cuesta es escuchar al diferente. “Escuchar al que es igual que nosotros, es fácil. En rigor nos estamos escuchando nosotros mismos. Nuestras propias ideas, emociones y posiciones”, comenta.
Sin embargo, para escuchar al diferente debemos hacer un cambio en nuestras estructuras. “Invertir energía para desplazarme al punto de vista
“Todo cambió de manera violenta. las competencias Técnicas con las que fluíamos en el mercado del Trabajo se hicieron obsoletas”
del otro. Es como bajarme de mi cerro de perspectiva y subirme al cerro del otro. Ello me permite comprender, ampliar mi mirada para incluir la mirada del otro. Pero ello es insuficiente. No basta con solo comprender, tenemos que estar dispuestos a cambiar”.
La empresa, red de conversaciones
Desde la Ontología del Lenguaje apuntan que las personas son agentes conversacionales. Las conversaciones son una combinación de nuestro lenguaje nuestras emociones y nuestra corporalidad. “La calidad de nuestras vidas tiene que ver directamente con la calidad de nuestras conversaciones”.
Así, una empresa sería una red de conversaciones, en conversación con su entorno. La forma como se habla en una empresa, tanto en el espacio interno, como en sus relaciones hacia afuera, es determinante en su éxito o fracaso.
“Por lo tanto, lo primero que hacemos cuando entramos en una empresa es levantar esa red de conversaciones, para determinar quiénes conversan con quiénes, cómo lo hacen, cuánto se callan, cuánto se habla y cómo y a quién. Detectar nudos conversacionales es clave. El nivel de desempeño de los equipos depende de cómo conversen”.
Hoy, en la nueva normalidad, en plena pandemia, entre cuarentenas y emergencias, las competencias conversacionales de los líderes son más importantes que nunca. “La debilidad de una empresa deriva de sus incompetencias conversacionales, al igual que podemos decir que las fortalezas se construyen sobre la base de sus competencias conversacionales. El líder tiene un rol, en el modelaje de un estilo conversacional que se permea a todo nivel en la organización y que abre o cierra posibilidades”.
Las personas debemos de responder a los cambios, pero ¿cómo debemos enfrentar los desafíos que se nos plantean en esta nueva era? “Nuevamente recurro a las competencias genéricas y conversacionales”.
Y pone un ejemplo. Un gerente de finanzas de una empresa mediana, con un equipo de seis personas a su cargo, se enfrenta al cierre de su oficina física, y a la cuarentena prolongada de todo el equipo. Primera reacción: micro management. Pierde la perspectiva de su misión, se estresa al máximo y logra los resultados esperados ¿Cuál es el cambio necesario? ¿O incluso vital?