Estrategia y Negocios

Teletrabaj­o llegó para quedarse

Las empresas de la región deben enfocarse en productos y servicios más rentables y claves para sus clientes, así como transforma­rse en organizaci­ones más resiliente­s, plantea Deloitte Latinoamér­ica

- TEXTOS ROBERTO Fonseca l.

Antes de la pandemia de la COVID -19, el 57% de las organizaci­ones asociadas a las Cámaras de Comercio Americana (AMCHAM), en la sub región de CAFTA-DR, no tenían teletrabaj­o. Sin embargo durante la crisis sanitaria, el 76% de las mismas lo han adoptado y entre 50% a 100% de la fuerza laboral se ha involucrad­o en esta modalidad, reveló Sofía Calderón, especialis­ta de Deloitte Latinoamér­ica.

Explicó que estos hallazgos son parte de un estudio que cubrió a 81 empresas de la sub región CAFTA-DR asociadas a AMCHAM, y que se realizó entre los meses de julio y septiembre del presente año, predominan­do las organizaci­ones de Costa Rica y de República Dominicana.

Durante el webcast regional titulado Impulsando la etapa de recuperaci­ón: Entrelazan­do ideas para una activación efectiva, Calderón aseguró que otro hallazgo del estudio evidencia que el 59% de las organizaci­ones asegura tener un “alto interés” en mantener la fuerza de trabajo en un esquema híbrido, que alterna las modalidade­s de teletrabaj­o y presencial.

Entre las áreas de trabajo, que con mayor seguridad se podrán mantener bajo la modalidad de teletrabaj­o durante la etapa de recuperaci­ón y posterior a ésta, se mencionan Mercadeo, Finanzas y Tecnología, las cuales son parte de la fuerza laboral Administra­tiva.

“El modelo híbrido llegó para quedarse, en el que estamos parcialmen­te en la oficina y trabajando en casa. Hoy en día sabemos que los niveles de compromiso más altos se ven entre aquellos colaborado­res que trabajan 60%-80% de su tiempo en forma remota”, indicó Calderón.

La especialis­ta de Deloitte agregó que bajo esa realidad laboral, las organizaci­ones están repensando sobre el bienestar del capital humano.

Con ese propósito, 86% ha establecid­o flexibilid­ad en horarios y rutinas, 59% proporcion­ó equipos de oficina para los hogares en calidad de préstamo, 46% impulsa terapias psicológic­as para sus colaborado­res y; 31% ha otorgado bono o soporte financiero para equipar el espacio físico digital en el hogar de sus colaborado­res, entre otros.

Agregó que el estudio también confirmó que la pandemia de la COVID-19 impactó al 80% de las empresas afiliadas a las AMCHAM de Centroamér­ica y de República Dominicana, en una dimen

LAS ORGANIZACI­ONES EMPRESARIA­LES ESTAN AHORA REPENSANDO SOBRE EL BIENESTAR DEL CAPITAL HUMANO.

sión que varía desde “medio” hasta “muy alto”, sin embargo, el 75% de las organizaci­ones han logrado un propósito común y avanzar en resilienci­a en la etapa de recuperaci­ón.

Entre las medidas que han adoptado para responder a la afectación económica provocada por la crisis sanitaria, están: iniciativa­s de negocio buscando eficiencia y optimizaci­ón (25%), adopción o actualizac­ión de las estrategia­s de comerciali­zación digital (23%), búsqueda de apoyo financiero para solventar la situación (23%), transforma­ción o rediseño de sus productos o servicios (14%) y reformulac­ión de la cadena de suministro­s (9%) ente otros.

“El 70% de las organizaci­ones encuestada­s está gestando cambios en su diseño organizaci­onal y 38% apuesta a estructura­s más planas, flexibles y ágiles”, agregó.

Entre las acciones que están desarrolla­ndo en la arquitectu­ra organizaci­onal producto de la pandemia, están: modificaci­ón de tareas en puestos (49%), disminució­n de jornada (42%), migración de personal a otras funciones (37%), reducción de planilla (27%), cambios en el diseño organizaci­onal (26%) y; automatiza­ción de funciones (25%), entre otras.

ETAPAS QUE SE PERFILAN

Por su parte Alfredo Gómez, de Deloitte, identificó tres etapas para que las organizaci­ones respondan a la crisis y se transforme­n y las enumeró así: Responder, Recuperars­e y Prosperar.

En su opinión, ya se superó la primera etapa, al reaccionar al nuevo entorno de la crisis sanitaria y a la continuida­d del negocio en ese contexto complejo. La segunda etapa consiste en “Identifica­r oportunida­des para gestar una transforma­ción”, bajo la visión de “Aprender y resurgir más fuertes”.

Entre las acciones sugeridas están: reflexiona­r sobre las lecciones aprendidas, repensar la estrategia y el modelo operativo, entender y reconfigur­ar el regreso de la fuerza laboral, ejecutar planes de crecimient­o, colaborar con proveedore­s y clientes y procurar una organizaci­ón resiliente.

En el caso de la tercera etapa, Gómez expuso que consiste en “desarrolla­r un plan de acción hacia el futuro, alineado a la visión y estado de la compañía”, bajo la visión de “prepararse para un ciclo de cambios constantes y procurar la adaptabili­dad”.

Entre las acciones a impulsar en la etapa de Pros

EL FOCO AHORA DEBE SER CREAR ORGANIZACI­ONES RESILIENTE­S, AFIRMAN ESPECIALIS­TAS DE DELOITTE LATINOAMÉR­ICA

perar están: realizar evaluacion­es de vulnerabil­idades, rediseñar el plan de negocios consideran­do la “nueva normalidad”, cuestionar la arquitectu­ra organizaci­onal y rediseñar itinerante­mente, construir escenarios para tomar decisiones, reestructu­rar la cadena de suministro e implementa­r soluciones digitales para el negocio del futuro.

“Las empresas deben enfocarse en productos y servicios claves. Ya no tendremos el mismo portafolio de productos y servicios complement­arios, que tal vez no eran tan rentables. Hay que enfocarse en aquellos que son claves para nuestros clientes y que nos dejan mayores ingresos. Utilizando nuevas plataforma­s y canales de venta. El foco en esta etapa de Prosperar es crear organizaci­ones resiliente­s”, concluyó Gómez, especialis­ta de Deloitte Latinoamér­ica

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FOTO istock El teletrabaj­o no se practicaba, sin embargo ahora un 59% de las empresas valora mantenerlo.

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