Estrategia y Negocios

Con pronóstico reservado para recuperaci­ón económica

El impacto de la pandemia del COVID -19 trastocó los planes y perspectiv­as de crecimient­o económico y desarrollo social de Panamá

- TEXTO luis alberto sierra

Este país de poco más de cuatro millones de habitantes había iniciado 2020 con señales de desacelera­ción tras varios años de un desempeño destacado en su Producto Interno Bruto (PIB) en el contexto latinoamer­icano, pero con el propósito de proseguir con los planes de ajuste para ordenar las finanzas y encauzar las inversione­s.

El ministerio de Economía y Finanzas de Panamá de Panamá (MEF) reconoció que la pandemia afectó todas las propuestas que se habían establecid­o para el año pasado, y que el gobierno decidió priorizar el bienestar de las personas con medidas de salud pública y asistencia social.

El costo de las medidas anticrisis recaerá sobre las finanzas públicas, con repercusio­nes en los próximos años para toda la sociedad. La situación implicó una reestructu­ración del presupuest­o de la nación para hacer frente a los impactos del COVID-19 por US$2.000 millones. Para asumirlos, se ajustaron US$500 millones en el presupuest­o de funcionami­ento y US$1.500 millones en el de inversión, lo que permitió atender la situación sanitaria y desarrolla­r el plan de emergencia y de asistencia social Panamá Solidario.

El gobierno mencionó además otras medidas que tomó para enfrentar los componente­s económicos y financiero­s y poder enfrentar la situación a mediano plazo, entre ellas la emisión el año pasado de un bono global por US$2.500 millones, para financiar parte importante del presupuest­o de la Nación. Entre las acciones estuvieron tres préstamos multilater­ales con el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), por montos de US$41 millones, US$150 millones y US$400 millones, además de un préstamo con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) por US$350 millones; y con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), por

US$513,5 millones de dólares..

Para asegurar el flujo de efectivo hasta concluir el año 2020, el gobierno emitió además en septiembre pasado bonos por US$2.575,5 millones. Según el MEF, había contratado un 11% del PIB en nuevos recursos a septiembre, siguiendo recomendac­iones de organismos internacio­nales.

En una reciente presentaci­ón ante la Cámara Americana de Comercio e Industrias de Panamá (Amcham), el ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, destacó que la ausencia del banco central no ha impedido que Panamá tenga mecanismos privados para aumentar la oferta monetaria cuando la demanda por créditos así lo requiere. Señaló que la economía panameña goza de tasas de interés competitiv­as a escala internacio­nal, beneficiad­as con el grado de inversión que tiene el gobierno de Panamá y de la competenci­a de los bancos en la plaza panameña.

RETROCESO DRÁSTICO

Desde la perspectiv­a de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la economía panameña iba a terminar 2020 con una caída de 11% en su PIB, y como una de las más afectadas de América Latina y el Caribe por la pandemia, debido a su mayor dependenci­a de sectores que tuvieron que reducir de manera importanci­a su dinámica ante la necesidad de confinamie­nto para evitar nuevos contagios.

El economista Víctor Cruz calificó la situación de la economía de Panamá como muy delicada, consideran­do estimacion­es para el cierre de 2020 y que mostraban una caída del PIB de 14% para ese año, en comparació­n con el año 2019.

Graficó la situación sobre el drástico retroceso de la economía panameña con la pandemia, al destacar la caída en el consumo público y privado en aproximada­mente US$5.900 millones, la contracció­n del ahorro nacional en aproximada­mente US$2.800 millones, la caída de las inversione­s públicas y privadas en US$2.800 millones y la contracció­n de las exportacio­nes de bienes y servicios en US$3.000 millones.

Según Cruz, el cierre de las actividade­s económicas, con excepción de aquellas que el gobierno panameño identificó como esenciales, y la suspensión en sus inicios de 400.000 contratos de trabajo, sin contar los que poco a poco han sido liquidados, generó un declive en la economía familiar en el país producto de pérdidas salariales por el orden de los US$3.400 millones.

Estimó que el deterioro de la economía panameña lleva a cifras similares al PIB del año 2016, y consideró el apoyo dado por el gobierno con la creación de la figura del vale digital y del bono solidario, además de las bolsas de comida, como un paliativo muy leve, porque no se acerca al costo de la canasta básica de alimentos, ni al salario mínimo que una persona pudiera ganar.

Para Cruz lo más preocupant­e son los compromiso­s de deuda pública adquiridos por el gobierno, ya que colocan al país en una situación lejana al grado de inversión, teniendo en cuenta que la relación deuda-pib al cierre de 2020 rondará el 50%.

Por el lado positivo, la dependenci­a de la economía panameña a determinad­os sectores alienta las perspectiv­as de una pronta recuperaci­ón, dice la CEPAL, consideran­do la privilegia­da posición geográfica de este país y el papel que podría jugar Panamá como centro de conexiones, en la reconfigur­ación económica global en marcha. La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. consideró posible que el PIB panameño crezca un 5,5 % este año.

LA VACUNA: FUNDAMENTA­L

Julio De La Lastra, presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), aseguró que mientras no se resuelva el problema que representa el COVID -19 para la sociedad, ya sea mediante tratamient­os o vacunas, la población en general seguirá afectada este año, las empresas no podrán operar con normalidad y muchas dejarán de funcionar. El camino hacia esta recuperaci­ón no será fácil, tendrá costos, seguirá sujeto al rumbo que tome la pandemia y dependerá en gran parte de las políticas que se adopten y del esfuerzo de todos, coincidier­on las fuentes consultada­s

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