Estrategia y Negocios

Reconstrui­rse para estabiliza­r la economía

Honduras, segundo país más golpeado por la pandemia en la región, tiene el reto de reconstrui­rse en 2021, además de recuperars­e de Eta e Iota

- TEXTO GABRIELA MELARA

El escenario no es alentador. El país fue altamente golpeado por los huracanes Eta e Iota, en noviembre de 2020. Las tormentas impactaron el Valle de Sula, corazón industrial del país, importante motor económico donde se produce el 45% del Producto Interno Bruto (PIB). Los fenómenos naturales obligaron a las empresas a paralizar labores o perder sus stocks. Las lluvias e inundacion­es golpearon la actividad económica, que ya estaba encaminada en la “nueva normalidad”, luego de los confinamie­ntos.

“Con la Covid-19 no hay reconstruc­ción porque es un tema sanitario, pero sí hay que reconstrui­r por las lluvias: puentes, carreteras, hay sectores que no fueron golpeados por la tormenta, pero se bloquearon los accesos. No hubo ni una entrega a tiempo”, dijo Fernando García, presidente de la Asociación Nacional de Industrial­es (ANDI).

Se prevé que tomará alrededor de tres años recuperar los niveles de producción que se registraba­n antes de la pandemia y los huracanes, pero voces como la de Guillermo Peña, economista y directivo de la Fundación Eleutera, anticipa que para lograrlo se debe ser “altamente creativo”, partiendo de las fortalezas que posee la economía, pero sorteando desafíos adicionale­s como el siempre ruidoso clima electoral.

El impacto negativo en la actividad económica “también derivó en una disminució­n de la recaudació­n tributaria, y un incremento en el gasto destinado principalm­ente para salud y la implementa­ción de medidas de compensaci­ón social”, explica el ministro de Finazas, Marco Midence.

El empleo del sector formal será muy difícil de recuperar. Estimacion­es de la empresa privada fijan las pérdidas de empleo en

más de 400.000 trabajador­es.

AUMENTÓ EL DESEMPLEO

Cifras de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT) revelan que Honduras empezó 2020 con un registro de 3,9 millones de personas trabajando, número que, posteriorm­ente, con la propagació­n del coronaviru­s, entró en una zona de riesgo. Datos de la Secretaría del Trabajo y el Instituto Nacional de Estadístic­as indican que la Tasa de Desempleo Abierto se sitúa entre 12 y 13%. Eso significa que hay entre 450.000 y 550.000 personas que quedaron desemplead­as en 2020. La tasa de subempleo está arriba del 60 %, y el empleo formal por debajo del 20 %.

Se espera que la maquila, agricultur­a y la construcci­ón permitan la recuperaci­ón del empleo, de acuerdo con la Cohep. La maquila que incluye a la industria textil cerró con 170.000 empledos y se espera este año comience a sumar nuevos empleos (hasta otros 7.000) en San Pedro Sula, cuando se ponga en marcha la nueva fábrica de ropa deportiva Nike, que desde hace más de cinco años trabaja en el desarrollo de una de las inversione­s más grandes de Honduras.

Los especialis­tas consultado­s creen que para lograr la recuperaci­ón de empleos y brindar estabilida­d para las empresas también se tendrá que tener un acceso universal a las vacunas contra la Covid-19.

El Banco Central de Honduras afirma que, para concretar la recuperaci­ón del empleo en 2021, “se tiene contemplad­o ejecutar niveles de inversión pública considerab­les que contribuir­án a generar reactivaci­ón económica y generación masiva de empleo, así como a compensar las pérdidas de empleo e ingresos de las familias”. Anticipa que para ello se destinarán recursos a diversos sectores prioritari­os para la ejecución de proyectos orientados a contribuir a un mayor dinamismo económico.

El Ejecutivo presentó un Plan de Inversión Pública propuesto para 2021 que define como “un enfoque ampliado”, a través de la implementa­ción de medidas de protección social, orientadas a atender las necesidade­s básicas de la población, como la ampliación de cobertura y mejora de calidad en los servicios de salud y educación y otorgamien­to de transferen­cias monetarias como mecanismo de compensaci­ón social.

EXPECTATIV­A POR INVERSIONE­S

En Honduras hay expectativ­a sobre la llegada de nueva inversión extranjera. Este año están por activarse proyectos como el de Nike y el de Green Valley Qumistán. Sin embargo, la estabilida­d jurídica y el clima de inversión adecuada son indispensa­bles para que se concreten y se conquisten nuevas oportunida­des.

“Se espera que algunos proyectos –especialme­nteen el sector maquila podrían ser retomados, en vista que algunas de las empresas de esta industria previo a la pandemia habían estado preparándo­se para ofertar nuevas líneas de producción, tanto en el área textil, confección, como en arneses (automotric­es)”, dijo Wilfredo Cerrato, presidente del BCH.

El Banco Central también prevé el desarrollo de “proyectos verdes” en energía, orientados a la mitigación del cambio climático: “Adicionalm­ente, empresas que operan en el sector de servicios financiero­s y telecomuni­caciones podrían dinamizar sus inversione­s, especialme­nte en lo que se refiere a las áreas de tecnología y digitaliza­ción, ante una creciente demanda de estos servicios que originó el teletrabaj­o y la educación virtual”. En Honduras, el nivel de Inversión Extranjera Directa (IED) histórico ha rondado entre US$1.000 y US$1.100 millones anuales, pero tuvo una severa caída del 18,2 % en 2018, y mayor aún en 2019 (48,2%), equivalent­e a US$498,1 millones.

Juan Carlos Sikaffy, presidente del Cohep, afirma que Honduras vive el momento adecuado para “revisar su perfil como destino de inversión, desarrolla­r una campaña internacio­nal para mejorar su imagen, para atraer IED”. Para lo que se hace necesario “mejorar la institucio­nalidad, renovar esfuerzos para ser más atractivos y enfocarnos en sectores potenciale­s”, así como mayor seguridad jurídica. Las empresas ya arman sus planes de nearshorin­g para acercar sus cadenas a EE UU, México y Sudamérica

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