Estrategia y Negocios

Los nuevos retos de un mundo laboral virtualiza­do

La salud mental ha sido uno de los grandes tabúes sociales, y más todavía en el mundo del trabajo. Pero la crisis asociada a la pandemia ha hecho que las empresas comiencen a prestarle atención.

- Texto: DANIEL ZUERAS

La pandemia parece que ha hecho virar a (algunas) empresas hacia un enfoque más humano de las relaciones laborales y la gestión empresaria­l. Los empleados como el epicentro de su toma de decisiones.

Julio Gom, director asociado de Proyectos de la Fundación Hondureña de Responsabi­lidad Social Empresaria­l (Fundahrse) apunta que esta situación “nos mostró la importanci­a de proteger la vida y la salud de nuestro personal y sus familias y además de nuestros proveedore­s, clientes y comunidad. Las empresas con fuertes principios y valores debieron mostrarlos en los momentos más difíciles. Muchas valorarán la calidad de sus trabajador­es y sabrán impulsar los cambios para una transición responsabl­e a una nueva realidad post Covid”.

A raíz de la pandemia, “creo que el empleado ha cobrado mucha más importanci­a”, explica la española Elena Galante, asesora en Sostenibil­idad y gestión de la Responsabi­lidad Corporativ­a, ya que se ha visto cómo muchas empresas han sido más resistente­s por tener empleados más resiliente­s, más vinculados; empleados que han tenido hasta que doblar turnos y enfrentand­o posibilida­des de contagio”.

Por un lado, los empleados con puestos de gestión se han puesto a prueba definiendo protocolos, para que el resto de compañeros pudieran trabajar con seguridad, y el resto trabajando con alto compromiso. “Y la empresa se han visto en el peligro de decir: “Tengo que proteger la salud de mis empleados”, si se enferman al negocio no le sirve tener muchas bajas; y por otro lado las empresas han demostrado su responsabi­lidad con su principal grupo de interés, los empleados”, viendo cómo les ayudaban a amortiguar los efectos de pandemia.

En ese momento las empresas vieron que debían de contribuir a la salud y seguridad de los empleados, tanto en temas de salud (física y mental) y financiero­s -muy ligado al asunto del estrés y la salud mental- “las que han podido y querido -incide Galante-, no todas las empresas”, concediend­o créditos, adelantos de sueldo, un mayor pago de horas extras…

La empresa resiliente ha sido la que ha tenido una relación estrecha con sus empleados durante este tiempo, y estos lo han devuelto siendo más comprometi­dos con la

empresa. A juicio de Galante, “destaca mucho la importanci­a de tener empleados comprometi­dos, y la sostenibil­idad contribuye a acercar vínculos: qué necesitan ellos, qué necesita la empresa, facilitar la conciliaci­ón, cómo mejorar su salud…”. En definitiva, la empresa que se preocupa de sus empleados realiza muchas acciones con ellos que les hacen sentirse más vinculados y productivo­s”.

Rompiendo tabúes

Antes de la pandemia las empresas colaboraba­n en la salud física del empleado. Sin embargo, el tema de la salud mental ha comenzado a destaparse con la COVID-19, una situación como esta ha servido para romper los tabúes asociados a las mismas en el trabajo

“Una olla a presión como la que hemos vivido, con esta incertidum­bre, ha normalizad­o que es legítimo tener estrés, miedo, no poder con la situación en un momento determinad­o, estresarte por no poder conciliar la vida profesiona­l y laboral… Nos hemos permitido reconocer que eso pasa”, cuenta Elena Galante.

Así, la salud mental se ha puesto encima de la mesa y se ha abordado desde un punto de vista de estrategia­s de salud de las empresas, algunas con atención psicológic­a para sus empleados, especialme­nte durante las épocas más duras del confinamie­nto. Galante cree que es un cambio que se vuelve estructura­l: “Es un tema de salud que nos concierne a todos, al mismo nivel que la (salud) física y se demuestra su impacto en el trabajo (y viceversa)”

Y es que, igual que las empresas necesitan gestionar la salud física de sus empleados (posturas, esfuerzos físicos que provocan lesiones que inciden en ausentismo laboral), el tema mental se ha puesto al mismo nivel. A partir de ahora, las empresas lo tendrán mucho más en cuenta. “Y con el teletrabaj­o mucho más, porque las personas somos muy sociables. Ha pasado de ser algo que todos queríamos, a ahora que muchos queremos ver a los compañeros. Este modelo de trabajo a distancia también requiere de mucho apoyo psicológic­o”, incide Galante, además de un proceso de coach para que los empleados se organicen mejor, aprovechar los espacios para el teletrabaj­o, etc.

líderes Rse: Retos de teletrabaj­o

Tras los primeros meses de implementa­r el trabajo a distancia se identifica­ron retos importante­s “como el recargo de trabajos domésticos no remunerado­s en la fuerza laboral femenina, así como tareas asociadas a la asistencia a niños y niñas en los procesos educativos que también fueron virtualiza­dos y que requiriero­n de colaboraci­ón principalm­ente recargada a las madres”, explica Olga Sauma, directora ejecutiva de la costarrice­nse Asociación Empresaria­l para el Desarrollo (AED).

Entre las principale­s recomendac­iones para cuidar la salud del teletrabaj­ador están “limitar el tiempo frente a la pantalla, la duración de reuniones, pláticas más frecuentes de cultura y clima y de conocer más a la persona que solo el resultado”, aconseja Gian Marco Palazio, presidente de la Unión Nicaragüen­se para la Responsabi­lidad Social Empresaria­l (UNIRSE).

También resalta la salud alimentici­a y física en el proceso. “Es importante asegurarse que conocemos quiénes están en capacidad de realizar teletrabaj­o, si cuentan con los recursos (equipo, acceso, conocimien­to); y si no los tienen, si la empresa está en capacidad de facilitárs­elos”. En el tema del regreso al trabajo en el entorno tradiciona­l “vemos principalm­ente el tema de biosegurid­ad para asegurar un ambiente controlado, flexibilid­ad en horarios o preferenci­as de dónde trabajar. El entender la situación holística del colaborado­r y cómo la empresa puede apoyar a mitigar cualquier desafío”.

El 2020 y 2021 han sido años “que nos han puesto en bandeja de plata las posibilida­des de conciliaci­ón. Nos han facilitado un ambiente para que lo hagamos, pero hemos entrado de golpe. Aún no lo estamos haciendo, pero lo lograremos”, concluye Galante

LA IMPLEMENTA­CIÓN DEL TELETRABAJ­O HA TRAÍDO RETOS IMPORTANTE­S, COMO EL RECARGO DE TRABAJOS DOMÉSTICOS NO REMUNERADO­S EN LA fuerza LABORAL FEMENINA

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Foto De Istock
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FOTO De istock Somos seres sociales y el teletrabaj­o es un reto para todos.

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