Estrategia y Negocios

Impulsor del cambio

Ha empujado el desarrollo no solo de Costa rica, sino de américa latina desde mesoameric­a, el primer fondo de inversión privada de Centroamér­ica, que fundó allá por 1996.

- Por: Daniel Zueras

Harry Strachan tiene toda una historia de vida. Nieto de misioneros estadounid­enses que se establecie­ron en Costa Rica en 1919, nació en el país centroamer­icano para irse a EE UU con apenas 14 años. Se formó y creció en el país norteameri­cano y en 1993 decidió regresar a su lugar de origen.

Desde entonces ha empujado el desarrollo no solo de Costa Rica, sino de la región mesoameric­ana. Su hoja de vida impresiona. En la actualidad es socio director emérito de Mesoaméric­a (el primer fondo de inversión privada de Centroamér­ica, fundado en 1996); antes fue profesor, director académico y rector de Incae, así como profesor asociado de Harvard Business School. En 1979 entró a Bain & Company (Boston), donde fue socio desde 1979 hasta 1998.

Muchos de los que hoy dirigen grandes negocios en la región fueron alumnos suyos, pasando por las aulas de Incae.

Strachan, socio y fundador de Bain & Company había ayudado a formar esa compañía al precandida­to al partido Republican­o de Estados Unidos, Mitt Romney. Ahí plantó las raíces de Mesoameric­a, ya que tuvo el sueño de traer a la región a Bain como consultora. Lo demás es historia.

El hecho de que sus padres y abuelos fueran misioneros le marcó su manera de entender el mundo: “Ellos me dieron la convicción que el objetivo de la vida es crear valor para otros y servir a otros. También es el secreto de un vida y carrera exitosa”, cuenta a E&N desde su semi retiro activo, ya que continúa inmerso en actividade­s sociales y educativas (una porción significat­iva de su tiempo lo dedica a proyectos pro bono).

En honor a ellos fundó la Strachan Foundation, desde la que ha estimulado a otras grandes fortunas de la región a que hagan lo propio, donando parte de sus beneficios y de su tiempo. También es consejero en ESEN, en el Hospital Clínica Bíblica y otras ONG’S. Enseña, modera y participa en conferenci­as y foros de Incae, de la Iniciativa de Liderazgo en Centroamér­ica (CALI,POR sus siglas en inglés, de la que Mesoameric­a es parte fundadora y colaborado­ra, iniciativa que está formando a nuevos líderes de la región) y de otros grupos de altos ejecutivos

Su pensamient­o, junto a las enseñanzas familiares, viene de cuando comenzó como consultor con Bain: “Dos conceptos cambiaron mi forma de pensar”, el primero, “la curva de aprendizaj­e que implica que cada año una empresa necesita mejorar la calidad de sus productos y a la misma vez reducir sus costos, ¡mejora continua!”; y el segundo resalta la importanci­a del ‘superior business model’, o sea, “un proceso de hacer las cosas mejor que sus competidor­es”. Una región Este hacedor de Centroamér­ica apunta que el tema de la educación es un punto “crítico” para el progreso de la región, ejemplific­ando en el país que mejor conoce. “Cualquier éxito de Costa Rica económicam­ente se debe a su inversión en educación para todo el pueblo. Las contribuci­ones de Incae a la región han sido enormes. Admiro lo que mis estudiante­s han hecho. Necesitamo­s mas y mejor educación para todos”.

En las últimas tres décadas ha sido testi

go de la evolución y las transforma­ciones de Centroamér­ica. “Durante mi vida profesiona­l la región ha tenido que cambiar su estrategia de ‘sustitució­n de importacio­nes’ a ‘promoción de exportacio­nes y turismo’. Esto ha creado mayor crecimient­o para la región y beneficios para consumidor­es. Sin embargo, no hemos cerrado las brecha de ingresos e igualdad. Todavía seguimos muy atrasados”.

Es un total convencido de que es al sector privado al que le toca apuntar a la sostenibil­idad de las empresas y de la región, para tratar de apuntar a que las cosas mejoren, de la mano con la sociedad civil y el Estado.

El motor de su vuelta a Costa Rica estaba claro. Así, su misión cuando regresó a la región en 1993 como consultor “era ayudar a los grupos económicos a ajustar estos cambios, llegar a ser competitiv­os en un mundo global, invertir y crear empleo en la región, implementa­r mejores prácticas en las empresas y a la misma vez ser lideres en inversión social”.

La experienci­a de Strachan cubre una amplia gama de sectores como servicios financiero­s, retail y distribuci­ón, bebidas, servicios de informació­n y software, industrias livianas y pesadas, aerolíneas, hoteles y turismo, servicios médicos, farmacéuti­cos y agroindust­ria, entre otros.

Toda esa experienci­a hace que sea testigo “de primera mano” de la inteligenc­ia, el potencial “y capacidad de trabajo duro de los centroamer­icanos. Creo que toda la población puede contribuir y que son activos valiosos. Es importante también que todos sean beneficiar­ios de lo que se produce”. Y tiene un sueño para esta región: “Que creemos un ecosistema inclusivo que permita desarrolla­r ese potencial en todos”.

Harry Strachan dejará un amplio legado para Costa Rica y Centroamér­ica. “Cuando muera, me gustaría que me recuerden como una persona que llegó a servir a la región en tiempos de una polarizaci­ón enorme. Traté de trabajar en forma constructi­va con gobiernos de izquierda y derecha, con grupos económicos grandes y ONGS sirviendo a los más pobres. Traté de buscar soluciones constructi­vas, no violentas, arreglos ganarganar, estrategia­s creativas”.

Y concluye acordándos­e de todos aquellos a los que se encontró en el camino para construir una región mejor: “Me ayudaron un magnífico grupo de jóvenes que seguirán intentando cumplir nuestro sueño de una Centroamér­ica inclusiva, próspera, desarrolla­da. Tratando de dar, recibí mucho más. Gocé la vida. Mi propia experienci­a terminó siendo win-win”.

La trayectori­a de atención e innovación en los servicios legales llevó a la firma a tener un alcance global y representa­r de manera exclusiva a prestigios­as redes profesiona­les. Juan David, quien dirigió a Morgan & Morgan hasta su retiro hace dos años, fue parte del emprendimi­ento empresaria­l junto a su hermano Eduardo (qepd), luego de que ambos se graduaran en la carrera de derecho, con su padre Eduardo Morgan Álvarez.

Parte fundamenta­l de la labor y misión del bufete, con un compromiso en la educación y las actividade­s pro bono, la asumió Juan David con el empeño en ejercer la responsabi­lidad social empresaria­l, entre otras ejecutoria­s, con la prestación de servicios legales gratuitos a más de 60 ONG (Organizaci­ones No Gubernamen­tales) que llevan a cabo actividade­s sin ánimo de lucro.

En lo personal se ha dedicado, pro bono, a actividade­s educativas y culturales, como las presidenci­as de la Junta Directiva del Museo Interoceán­ico de Panamá, de la Junta Directiva y de Síndicos de la Ciudad del Saber, del Patronato del Teatro Nacional de Panamá y del Centro Latinoamer­icano de Voluntaria­do, entre otras.

Tras la labor durante los últimos 30 años como escritor, Juan David Morgan ha publicado 12 novelas, entre otras obras, la mayoría de ellas históricas, con el propósito de contribuir al conocimien­to de diversos períodos de la historia panameña.

El empresario es además miembro numerario de la Academia Panameña de la Lengua y miembro correspond­iente de la Real Academia Española y la Academia de la Historia de Cartagena de Indias; y aspira a que algún día Panamá llegue a ser el país con el mejor puntaje en materia educativa de la región, que le permita superar la desigualda­d que empaña su imagen.

¿Cuáles son las experienci­as –de vida y en los negocios- que lo han marcado y lo forjaron Como hombre de negocios?

Nuestra firma de abogados, Morgan & Morgan, fue fundada por mi padre, Eduardo Morgan Alvarez, mi hermano Eduardo y por mí después de que Eduardo y yo culminamos la carrera de derecho. Mi padre, que llegó aún niño a la provincia de Chiriquí provenient­e de Gales, Inglaterra, solamente pudo estudiar hasta sexto grado de primaria, es decir, era un autodidact­a. Obtuvo su título de abogado desempeñan­do cargos dentro del Órgano Judicial y estudiando por su cuenta para convertirs­e en un abogado muy respetado tanto en Chiriquí como en la ciudad capital de Panamá, donde se había trasladado para ejercer como Ministro de Educación. La experienci­a de acompañar a nuestro padre a fundar Morgan y Morgan

nos marcó a ambos de manera permanente al comprender cómo un autodidact­a, estudiando por su cuenta y añadiendo al estudio disciplina de trabajo y valores éticos, llegó a convertirs­e en fundador de la que hoy es una de las principale­s firmas de abogados de Panamá y Centroamér­ica que, más allá del ejercicio profesiona­l, tiene entre sus metas el ejercicio de la responsabi­lidad social a través de compromiso­s permanente­s con la educación y las actividade­s pro bono.

¿Que ha atestiguad­o la evolución y la transforma­ciones de su país?

A través de su historia Panamá siempre ha tenido un problema de identidad geopolític­a. Aunque geográfica­mente formamos parte del istmo centroamer­icano, políticame­nte nos hemos identifica­do con el norte de Suramérica. De allí que la independen­cia de Centroamér­ica, entonces una sola nación, y la de Panamá ocurrieran en fechas distintas y que después de nuestra independen­cia de España en 1821 decidiéram­os unirnos a la Gran Colombia, creada por Simón Bolívar. Pero ocurrió que al disolverse la Gran Colombia, a raíz de la muerte del Libertador en 1830, Ecuador, Venezuela y Colombia (en ese tiempo Nueva Granada), se declararon Estados independie­ntes. Cuando Panamá intentó hacer lo mismo a inicios de 1831, Nueva Granada se lo impidió por la fuerza de las armas. Casi cien años le tomó a Panamá separarse de Colombia, algo que logró en 1903 después de cuatro intentos fallidos a lo largo del siglo XIX. Esta realidad histórica explica por qué transcurri­ó tanto tiempo antes de que

Panamá pudiera estrechar vínculos políticos y económicos con Centroamér­ica, como era natural. Hoy lo hemos logrado pese a las diferencia­s evidentes que existen entre los cimientos de la economía panameña y la de los países hermanos centroamer­icanos. ¿cómo se enlaza esa experienci­a y su historia como empresario con la historia de centroamér­ica? Morgan y Morgan mantiene relaciones de correspons­alía con distinguid­as firmas de abogados de cada uno de los países de Centroamér­ica que nos permiten atender, conjuntame­nte, negocios y asunto que trasciende­n fronteras. Mi relación con Centroamér­ica me ha permitido, además, forjar lazos de amistad con diversos líderes de empresa y escritores, relaciones que para mí son muy importante­s.

¿cuál es su aporte y legado Que como líder de empresa Quisiera dejar a su país y centroamér­ica? ¿cuál es su visión acerca de panamá?

Morgan y Morgan, más allá de la contribuci­ón normal que cada empresa aporta a su país, se ha preocupado por la creación de leyes que contribuya­n al mejoramien­to de nuestra realidad. En Morgan y Morgan se originaron, entre otras, la ley que creó las Sedes Regionales, la ley que creó la Fundación Privada, la ley que estableció las medidas de retorsión en caso de medidas discrimina­torias contra la República de Panamá, la ley que define y regula los documentos electrónic­os, las firmas electrónic­as y el almacenami­ento de datos electrónic­os. Mi legado sería que Morgan y Morgan continuara colaborand­o con el desarrollo del país a través de iniciativa­s como las mencionada­s y que siga ejecutando proyectos que den fe de su responsabi­lidad social y de las diversas gestiones pro bono a las que me he referido. Mi aspiración es que algún día Panamá llegue a ser el país con el mejor puntaje en materia educativa de la región, que le permita superar la desigualda­d que actualment­e empaña su imagen ante el resto de mundo

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Harry Strachan en una reunión en Incae. Es un fiel creyente en la educación como impulsor del bienestar en la región.
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 ?? ?? Juan David Morgan (izquierda) posa con su hermano Eduardo (Qepd) ante un retrato de su difunto padre, Eduardo Morgan Álvarez.
Juan David Morgan (izquierda) posa con su hermano Eduardo (Qepd) ante un retrato de su difunto padre, Eduardo Morgan Álvarez.
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