Conéctate

YO volveRÉ a LA MONTAÑA

- Theresa Koltes Theresa Koltes es escritora independie­nte y viajera asidua.

El auto no paraba de serpentear cuesta arriba, y yo, impaciente, me preguntaba si nuestro amigo no habría construido su casa en la cima misma de la montaña. Iba con mi hermana y dos amigos, y llegamos a nuestro destino ya bajo el manto de la noche. Sin embargo, hasta en la oscuridad la montaña parecía tener vida.

Nuestro anfitrión nos condujo al balcón por unos escalones oscuros e inestables. La vista nos dejó boquiabier­tos. Abajo, a lo lejos, se divisaba, hermosísim­a, la ciudad de Iskenderun (Turquía). Luces centellean­tes de todos los colores bordeaban el mar Mediterrán­eo, como si un ángel hubiese tomado un puñado de estrellas y las hubiese esparcido en la noche. Lo mejor de todo, el silencio. A la mañana siguiente me desperté con el canto de las aves y una suave brisa que se colaba por la ventana. Nuestro anfitrión nos llevó

a tomar un desayuno tradiciona­l: queso de cabra, salchicha asada, pimientos sofritos, aceitunas sazonadas… todo indescript­iblemente fresco. Un arroyo bajaba por entre los pinos y pasaba al lado de nuestra mesa.

Dos muchachos con la camisa medio fuera de los pantalones y las mejillas manchadas de fruta nos vendieron una bolsa de ciruelas. Tenían una sonrisa encantador­a. Como si se pasaran el día entero jugando al sol y correteand­o por los senderos del bosque. Entablamos conversaci­ón con ellos, y noté que los ojos se les iluminaban y cada vez sonreían con más ganas.

Solo estuvimos un fin de semana en esa casa. Cuando nos fuimos, me habría gustado llevarme conmigo la tranquilid­ad de la montaña.

Mientras yacía en la hierba y dejaba que los bichitos caminaran sobre mis dedos, recordé que hubo ocasiones en que hasta Jesús tuvo que distanciar­se del trabajo y del ajetreo que lo solía rodear para

establecer comunicaci­ón con Su Padre. Según consta, con bastante frecuencia lograba apartarse a un lugar tranquilo1. Por otra parte, me imagino que hubo situacione­s en las que no le fue posible hacer eso y no le quedó otra salida que retirarse en espíritu a la montaña.

¿Ha cambiado eso en la actualidad? Hoy el mundo es igual de caótico y estresante — o en todo caso más— que hace miles de años. Todos tenemos dificultad­es a veces. Nuestra fe y nuestra paciencia se ven puestas a prueba. Hay momentos en que no podemos más. No damos la talla, la embarramos.

En cualquier caso, la decisión es nuestra. Podemos elegir entre permanecer en el valle y regresar en espíritu a la montaña. Algunos se conforman con una existencia opaca, pero tras haber saboreado lo celestial, ¡yo volveré a la montaña!

1. Marcos 1: 35; 6:46,47; Lucas 5:15; 6:12

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from International