EL ARTE DE VOLAR
Afán de superación
Estoy leyendo un libro sobre los hermanos Wright, a quienes se les atribuye el haber inventado y construido el primer avión funcional y haber realizado el primer vuelo controlado. El ser humano siempre ha soñado con volar como las aves. Aunque en su época los globos aerostáticos ya existían desde hacía algún tiempo, se daba por sentado universalmente que el vuelo humano mecánico era imposible.
Sin embargo, Wilbur y Orville Wright hicieron caso omiso del coro de voces escépticas que se alzaban por todas partes. Observando detenidamente el vuelo de los pájaros fueron descubriendo secretos de la aerodinámica. Construyeron y probaron sus propias máquinas voladoras. Algunas fallaron. Pero con cada fracaso adquirieron conocimientos prácticos y experiencia. Wilbur y Orville perseveraron y a la larga diseñaron y construyeron el Flyer, el primer avión de la Historia, inaugurando así la nueva era de la aviación, la cual alteró radicalmente el mundo.
En la Biblia también he hallado personas que fueron magníficos modelos de fe, determinación y perseverancia. En el Antiguo Testamento, el profeta Elías oró para que lloviera en un tiempo en que Israel era azotado por una sequía que duraba ya tres años y medio. Se puso de rodillas y rogó fervientemente una y otra vez hasta que vio la respuesta a sus oraciones1.
Cuando Dios llamó a Moisés para que liberara a su pueblo de la esclavitud en Egipto, él al principio trató de eludir la misión contestando que no estaba capacitado para una tarea tan monumental. Con todo, al final obedeció a Dios y se enfrentó al imperio más grande y poderoso de su época, gracias a lo cual obtuvo la libertad de su pueblo.
Otro ejemplo de perseverancia en circunstancias extremadamente adversas fue el del apóstol Pablo. Persiguió a los seguidores de Cristo hasta que Jesús le dio un vuelco a su vida y lo llamó a ser Su apóstol ante el mundo no judío. A los demás creyentes les tomó un tiempo reconocer el ungimiento que le había dado Dios y aceptar que había sido llamado a ser apóstol. El resto de su vida Pablo soportó persecución de parte de las autoridades religiosas y civiles. Pese a ello, persistió en su tarea hasta que hubo evangelizado a la mayor parte del Imperio romano de aquella época y transformado la faz de la civilización.
Todos esos —y muchos otros— fueron hombres de fe que abrazaron un ideal y tuvieron la fe, iniciativa y valentía para hacerlo realidad. Así cambiaron el mundo.