EL HORARIO DE ATENCIÓN DE dios 24/7/365
Si alguna vez te ha pasado lo que a mí —llegar a una tienda y descubrir que leíste mal el letrero con el horario de atención, y quedarte mirando las puertas cerradas con cara de hastío—, lo siguiente es para ti.
No suelo recibir revelaciones súbitas, lo que llaman epifanías; pero en ese momento, mientras trataba de entender cómo había errado la hora de cierre en 60 minutos —y al mismo tiempo me justificaba mentalmente—, se me ocurrió una idea.
¿Cómo sería si Dios tuviera horario de atención? ¿Qué pasaría si decidiera cerrar más temprano, simplemente porque puede hacerlo? ¿Te lo imaginas?
«Lo siento, he salido de la oficina. Atenderé tu requerimiento cuando vuelva ».
«El número que marcaste no está disponible en este momento. Por favor, inténtalo más tarde».
O hasta el relamido: «Por favor, marca 1 para agendar una consulta ».
Puede que la imagen mental de Dios relajándose en algún centro recreativo celestial nos cause risa; no obstante, es algo que invita a reflexionar seriamente. Mientras pensaba en eso me pregunté: ¿Podría arreglármelas sin Dios un día entero, o parte de él? No me llevó mucho tiempo darme cuenta de que era mejor no intentarlo siquiera.
Lo maravilloso de Dios Padre, Jesús, el Hijo, y el Espíritu Santo es que todos los que creemos en la Trinidad tenemos acceso permanente, los 365 días del año, a toda Su ayuda, poder, sabiduría y amor. Nunca nos encontramos con el proverbial letrero «Vuelvo en 10 minutos» colgado en la puerta de Dios. Jesús nunca rechaza nuestros llamados, y el Espíritu Santo jamás dice: «Te contesto mañana».
De hecho, el letrero de atención al público de Dios rezaría:
« Aquí estoy para atenderte siempre. Aunque todas las demás puertas se te cierren, Yo no me voy a ninguna parte» 1.
«¿Recuerdas aquella vez que estabas desesperado y te rescaté? Pues puedo volver a hacerlo. Simplemente confía en Mí» 2.
«Si te adhieres a Mis reglas puedes tener lo que quieras, siempre que sea bueno para ti» 3.
Por eso, no tengamos a Dios como un último remedio, al que recurrimos solamente cuando lo de siempre no da resultado. Visitémoslo a primera hora del día, antes de acostarnos y a toda hora. En cualquier momento, todos los días, Su puerta está abierta.
Lo principal que he aprendido es a confiar en Dios en toda circunstancia. Muchas veces nos topamos con dificultades y pareciera que seguir Su plan no tiene sentido alguno. Pero Él siempre es dueño de la situación, y nunca nos abandona. Allyson Felix (n. 1985) Hace un par de años que llevo diciendo que hay que sacar a Dios de la caja del domingo por la mañana, que Él no quiere estar con nosotros apenas una o dos horas en la mañana del domingo y luego quedarse encerrado otra vez en Su cajita hasta que vivamos una situación de apuro. Lo que Él quiere es invadir tus lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos. Joyce Meyer (n. 1943)