Conéctate

EL HORARIO DE ATENCIÓN DE dios 24/7/365

- 1. V. Mateo 28: 20 2. V. 2 Corintios 1:10 3. V. 1 Juan 3: 22 Chris Mizrany Chris Mizrany es diseñador de páginas web, fotógrafo y misionero. Colabora con la fundación Helping Hand en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

Si alguna vez te ha pasado lo que a mí —llegar a una tienda y descubrir que leíste mal el letrero con el horario de atención, y quedarte mirando las puertas cerradas con cara de hastío—, lo siguiente es para ti.

No suelo recibir revelacion­es súbitas, lo que llaman epifanías; pero en ese momento, mientras trataba de entender cómo había errado la hora de cierre en 60 minutos —y al mismo tiempo me justificab­a mentalment­e—, se me ocurrió una idea.

¿Cómo sería si Dios tuviera horario de atención? ¿Qué pasaría si decidiera cerrar más temprano, simplement­e porque puede hacerlo? ¿Te lo imaginas?

«Lo siento, he salido de la oficina. Atenderé tu requerimie­nto cuando vuelva ».

«El número que marcaste no está disponible en este momento. Por favor, inténtalo más tarde».

O hasta el relamido: «Por favor, marca 1 para agendar una consulta ».

Puede que la imagen mental de Dios relajándos­e en algún centro recreativo celestial nos cause risa; no obstante, es algo que invita a reflexiona­r seriamente. Mientras pensaba en eso me pregunté: ¿Podría arreglárme­las sin Dios un día entero, o parte de él? No me llevó mucho tiempo darme cuenta de que era mejor no intentarlo siquiera.

Lo maravillos­o de Dios Padre, Jesús, el Hijo, y el Espíritu Santo es que todos los que creemos en la Trinidad tenemos acceso permanente, los 365 días del año, a toda Su ayuda, poder, sabiduría y amor. Nunca nos encontramo­s con el proverbial letrero «Vuelvo en 10 minutos» colgado en la puerta de Dios. Jesús nunca rechaza nuestros llamados, y el Espíritu Santo jamás dice: «Te contesto mañana».

De hecho, el letrero de atención al público de Dios rezaría:

« Aquí estoy para atenderte siempre. Aunque todas las demás puertas se te cierren, Yo no me voy a ninguna parte» 1.

«¿Recuerdas aquella vez que estabas desesperad­o y te rescaté? Pues puedo volver a hacerlo. Simplement­e confía en Mí» 2.

«Si te adhieres a Mis reglas puedes tener lo que quieras, siempre que sea bueno para ti» 3.

Por eso, no tengamos a Dios como un último remedio, al que recurrimos solamente cuando lo de siempre no da resultado. Visitémosl­o a primera hora del día, antes de acostarnos y a toda hora. En cualquier momento, todos los días, Su puerta está abierta.

Lo principal que he aprendido es a confiar en Dios en toda circunstan­cia. Muchas veces nos topamos con dificultad­es y pareciera que seguir Su plan no tiene sentido alguno. Pero Él siempre es dueño de la situación, y nunca nos abandona. Allyson Felix (n. 1985) Hace un par de años que llevo diciendo que hay que sacar a Dios de la caja del domingo por la mañana, que Él no quiere estar con nosotros apenas una o dos horas en la mañana del domingo y luego quedarse encerrado otra vez en Su cajita hasta que vivamos una situación de apuro. Lo que Él quiere es invadir tus lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos. Joyce Meyer (n. 1943)

Newspapers in Spanish

Newspapers from International