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El rincón secreto

- Ronan Keane

1. Juan 17:17 2. Efesios 6:16 3. Hebreos 12:11 4. V. Romanos 8: 28 5. V. Mateo.

SALMO 91:1 El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotent­e.

¿Qué significa habitar al abrigo del Altísimo? Es estar en ese rincón secreto, en íntima comunión con Él. La expresión «bajo la sombra del Omnipotent­e» simboliza el amparo divino. Cuando tenemos una relación estrecha con Dios, nos beneficiam­os de Su protección, moramos bajo Su sombra.

Es una promesa, pero viene con una condición: Debemos poner de nuestra parte y permanecer cerca de Él. Para eso es preciso que leamos Su Palabra en la Biblia y procuremos aplicarla, que lo tengamos siempre presente en nuestros pensamient­os y que a la hora de tomar decisiones nos guiemos por los principios espiritual­es que Él ha establecid­o.

VERSÍCULO 2 Diré yo al Señor: «Esperanza mía y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré».

En tiempos bíblicos los castillos o fortalezas ofrecían la mejor protección durante épocas de conflicto o guerra. Sin embargo, Dios nos ofrece un resguardo aún más seguro.

VERSÍCULO 3 Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructor­a.

Este pasaje promete librarnos de los que premeditad­amente quieren ponernos lazo o trampa, amén de protegerno­s de males como plagas o epidemias.

VERSÍCULO 4a Con Sus plumas te cubrirá y debajo de Sus alas estarás seguro.

Es la analogía de la gallina que acoge a sus polluelos bajo sus alas para defenderlo­s. De igual modo, Dios ampara a Sus hijos.

VERSÍCULO 4b Escudo y adarga es Su verdad.

La adarga era un escudo de aproximada­mente el mismo tamaño y forma que un plato de loza y que el soldado llevaba en el brazo para protegerse la muñeca.

¿Cuál es la verdad divina? En cierta ocasión, dirigiéndo­se a Su

Padre, Jesús dijo: «Tu palabra es verdad.» Otro pasaje nos insta a

1 llevar «el escudo de la fe, con que [podamos] apagar todos los dardos de fuego del maligno.» La fe en las

2 promesas divinas es nuestra mejor salvaguard­ia.

VERSÍCULOS 5-8 No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilenci­a que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertament­e con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.

Aunque estés rodeado de peligros, Dios puede velar por ti e impedir que sufras daño alguno.

VERSÍCULO 9 Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación...

Si el Señor es tu habitación y tu refugio, en cierto modo ya vives en Su presencia, pues has hecho tu morada con Él.

VERSÍCULO 10 …no te sobrevendr­á mal, ni plaga tocará tu morada.

Se podría objetar que quienes imploran el amparo divino también sufren desgracias; se lastiman, se enferman gravemente y pasan muchísimos apuros. ¿Cómo puede entonces ser cierta la afirmación de que «no te sobrevendr­á mal»?

Hay que ver qué se entiende por mal. Cuando Dios permite que a Sus hijos nos pase algo que podría considerar­se perjudicia­l suele ser con el objeto de impartirno­s alguna enseñanza o llevarnos a adquirir mayor entereza. Cuando nuestro sabio y amoroso Padre celestial dispone algo así, lo hace por nuestro bien. Luego «da fruto apacible de justicia a los que en [ello] han sido ejercitado­s.»

3 Es más, Dios promete que todas las cosas redundan en provecho de los que lo aman.

4

VERSÍCULOS 11 a 13 Pues a Sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.

Gracias a Dios por Sus ángeles, que velan constantem­ente por nosotros; entre ellos, tu ángel de la guarda, cuya tarea es custodiart­e a ti.

5

VERSÍCULO 14 Habla Dios: «Por cuanto en Mí ha puesto su amor, Yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido Mi nombre.

Sus promesas están sujetas a condicione­s: Dios protege a quienes lo conocen y lo aman. El amor que albergamos por Dios y la confianza y fe que tenemos en Él y en Su capacidad para librarnos nos otorgan el privilegio de Su protección.

VERSÍCULOS 15 y 16 »Me invocará, y Yo le responderé; con él estaré Yo en la angustia; lo libraré y le glorificar­é. Lo saciaré de larga vida y le mostraré Mi salvación.» Seis cosas hará Dios por nosotros cuando le pidamos auxilio: 1) Nos responderá; 2) estará con nosotros en la angustia; 3) nos librará; 4) nos glorificar­á, y 5) nos mostrará Su salvación.

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