Un fuera de serie
Jesucristo ha hecho más por cambiar la Historia, el curso de la civilización y la condición humana que ningún otro dirigente, grupo, gobierno o imperio antes o después de Él. Manifestó el amor de Dios a miles de millones y allanó el camino para que todos los que creyeran en Él recibieran la vida eterna.
Jesucristo no es solamente un filósofo, maestro, rabino, gurú o profeta, aunque se lo ha calificado de todas esas cosas. Se trata del Hijo de Dios. Dios Padre es Espíritu, omnipotente, omnisciente y omnipresente. Se encuentra en todo. Está tan fuera del alcance de nuestra limitada comprensión humana que tuvo que enviar a Su Hijo, Jesús, encarnado en un hombre, para darnos a conocer Su esencia y carácter y llevarnos a Él.
Si bien muchos grandes maestros hablaron sobre el amor de Dios, Jesús es amor y es Dios. Jesús es el único que murió por los pecados del mundo y resucitó de entre los muertos. Es un fuera de serie porque es el único Salvador. Dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre, sino por Mí». David
1 Brandt Berg (1919–1994)
Alejandro, César, Carlomagno y yo fundamos imperios. Con todo, ¿en qué cimentamos las creaciones de nuestra genialidad? En la fuerza. Jesucristo fundó Su imperio sobre el amor; y en este momento millones darían la vida por Él. Napoleón Bonaparte (1769–1821) ¿ Por qué murió Jesús?
¿Por qué el Amo del universo —Dios encarnado— permitió que lo capturaran, lo acusaran falsamente, lo juzgaran y lo condenaran, azotaran, desnudaran y clavaran a una cruz como un vulgar delincuente? La respuesta es sencilla: porque nos amaba a ti y a mí.
Todos hemos obrado mal. La Biblia dice: «Todos hemos pecado; nadie puede alcanzar la meta gloriosa establecida por Dios». No obstante,
2 Jesús sufrió nuestro castigo para que pudiéramos hallar perdón y liberarnos de nuestros pecados.
Jesús te ama y se encuentra a la puerta de tu corazón llamando y pidiendo que lo dejes entrar. Puedes aceptarlo rezando la siguiente plegaria:
Jesús, quiero conocerte personalmente. Te invito a entrar en mi corazón. Gracias por haber dado la vida por mí para el perdón de mis pecados, para encontrar la paz interior aquí en este mundo y recibir de Dios la vida eterna gratuitamente. Amén.
1. Juan 14: 6 2. Romanos 3: 23 ( NTV)
No puede uno forzar su crecimiento espiritual. No es cuestión de esfuerzo propio. Es consecuencia de vivir en relación estrecha con Jesús, empapándose de Su Palabra, llenándose de Su Espíritu y gozando de una íntima comunicación con Él. Virginia Brandt Berg (1886–1968)
¿Alguna vez te sucedió que disfrutando de una buena lectura de golpe una frase te pega en medio de la frente? En The Furious Longing of God (El feroz deseo de Dios) 1, Brennan Manning escribe:
Decidí que si tuviera la oportunidad de volver a vivir mi vida, no solo escalaría más montañas, cruzaría más ríos y contemplaría más atardeceres; no solo me desharía de mi bolsa de agua caliente, mi gabardina, mi paraguas, mi paracaídas y mi balsa; no solo saldría descalzo más al principio de la primavera y me quedaría afuera hasta más tarde en el otoño, sino que no dedicaría un minuto más a monitorear mi crecimiento espiritual. Ni uno solo.
Me encantó la primera parte, porque ahora, a mi edad madura, más dada a la contemplación, disfruto de cavilaciones poéticas acerca de las cosas sencillas de la vida. Sin embargo, eso de «no dedicar ni un minuto más a monitorear mi crecimiento espiritual, ni uno solo», ¿qué significa?
Volví a leer la oración lentamente y varias veces hasta que me surgió el término gracia. Caminar con Dios es un viaje espiritual que dura toda la vida y más allá. Él no tiene apuro. A lo largo del derrotero me va indicando enseñanzas. A veces las capto a la primera; en otros casos parece que necesita repetirlas varias veces hasta que logro entender a qué se refiere, lo mismo que hacen los padres con sus hijos.
Con todo, la vida no consiste en trepar una escalera para llegar a la cima de nuestra pericia espiritual con la esperanza de ganarnos unos puntos o bendiciones más si lo intentamos con suficiente ahínco. Jesús dijo que si buscamos primeramente Su reino, todo lo demás resultará.
2 Entonces, ¿debo esforzarme en pos de algo o no? El autor termina su reflexión escribiendo:
¿Qué haría si tuviera que hacerlo todo de nuevo? Simplemente haría lo siguiente con amor.
Yo creo que si vivo bajo la sombra de Su gracia y Su amor, todo lo demás encajará y resultará.
Sally García es educadora y misionera. Vive en Chile y está afiliada a La Familia Internacional. 1. Brennan Manning, The Furious Longing of God (David C. Cook, 2009). Kindle 2. V. Mateo 6: 33