LA FUENTE DE LA ALEGRÍA
Cuando me aceptas en tu vida y empiezas a conocerme, te lleno de una felicidad intensa y profunda. Es lo que el apóstol Pedro describió como un «gozo inefable y glorioso.» 1
Al morir en la cruz expié los pecados del mundo, entre ellos todas las injusticias y errores que alguna vez cometiste. A consecuencia de ello, quienquiera que crea en Mí y me reciba vivirá para siempre. Eso te incluye a ti. Cuando entiendes lo que significa, cuando te das cuenta de que está todo perdonado, de que te amo incondicionalmente, de que estaré a tu lado pase lo que pase, de que nunca te daré por caso perdido y que sea lo que sea que te depare la vida puedes esperar con ilusión la felicidad eterna que disfrutarás en un mundo verdaderamente ideal, eso es motivo de gran alegría y satisfacción.
La felicidad viene de la convicción de que los problemas acuciantes y las imperfecciones de este mundo pronto pasarán, y que luego todo se perfeccionará en el amor. Tomas conciencia de ello dirigiendo tu atención hacia Mí y centrándola en Mi poder y en Mis promesas.
Y si ya conociste esa alegría en otro momento, pero por algún motivo la perdiste, puedes recobrarla de igual forma. Medita en Mí, en todo lo que hice por ti y en todo lo que te prometí. A Mis primeros discípulos les dije: «Estas cosas os he hablado, para que Mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.» Pues bien, ese gozo también puede ser tuyo. 2
1. 1 Pedro 1: 8
2. Juan 15:11