Conténtate con lo que tienes y lo que eres y sé generoso con ambos. Así no tendrás que ir a la caza de la felicidad. William E. Gladstone (1809–1898)
Estoy decidida a estar feliz y contenta cualquiera que sea la situación en que me encuentre, pues he aprendido que la mayor parte de nuestras desdichas o infelicidad no son producto de las circunstancias, sino de nuestra predisposición. Martha Washington (1731–1802)
La felicidad celestial aquí y ahora mismo y por la eternidad se encuentra apenas a una breve plegaria de distancia. Si todavía no has aceptado a Jesús como Salvador, hazlo ahora rezando sinceramente la siguiente oración:
Jesús, deseo conocerte. Gracias por haber dado la vida por mí. Te ruego que me perdones las faltas que he cometido. Te abro ahora la puerta de mi corazón y te pido que entres. Dame tu don de la vida eterna y lléname de Tu amor y Espíritu. Amén.