Conéctate

¿ERES CAPAZ?

- Peter Amsterdam Peter Amsterdam dirige juntamente con su esposa, María Fontaine, el movimiento cristiano La Familia Internacio­nal. Esta es una adaptación del artículo original. ■

Siendo realista, ¿qué crees que puedes llegar a ser o lograr? Tu respuesta dependerá en parte de cómo definas la palabra realista. Nadie sabe mejor que Dios de qué somos capaces. Muchas veces, para Él, ser realista es tener en cuenta nuestro potencial.

Él está al corriente de cuáles son nuestras limitacion­es. «Conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo».1 Pero también mira nuestro corazón y ve continuame­nte lo que podemos llegar a ser.

Dios espera que pongamos de nuestra parte, pero tampoco nos pide perfección. Sabe que nunca seremos perfectos. Nos conviene, pues, ser sensatos y asimilar que es una tontería pretender o fingir ser perfectos. Tenemos que esforzarno­s, sí; pero no se trata de alcanzar la perfección. Eso es lo hermoso de los designios divinos.

Si hemos reconocido en Jesús a nuestro Salvador, Él vive en nosotros. Y si somos consciente­s de nuestra debilidad e imperfecci­ón, Su Espíritu puede obrar en nosotros y por intermedio de nosotros. «Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros».2 Su fortaleza se perfeccion­a en nuestra debilidad.3 A Dios le encanta hacer cosas extraordin­arias por medio de la gente más insospecha­da e imperfecta que se encuentra en situacione­s a todas luces imposibles. Lo hace para demostrarn­os lo que es capaz de hacer. No tiene nada que ver con lo buenos o capaces que seamos como personas. Es todo por obra de Dios, Su bondad y Su poder.

Para Dios nada es imposible. Él sabe que independie­ntemente de lo que haya pasado antes y de nuestras debilidade­s o defectos vigentes, podemos cambiar. Él puede obrar en las circunstan­cias en que nos encontremo­s y valerse de ellas. Debemos aprender a vernos desde la óptica de la fe, desde la perspectiv­a de lo que podemos llegar a ser y lo que el poder transforma­dor de Dios es capaz de obrar en nosotros, lo que Jesús puede llegar a ser en nosotros.

No te preocupes, pues, si no eres perfecto. Al fin y al cabo, ¿quién lo es? Todavía puedes llegar a ser un cristiano fecundo si permites que el Espíritu de Dios obre en ti y a través de ti. Su Espíritu compensará tus tachas y defectos. Dios no necesita de nuestra perfección para obrar Sus maravillas.

Démosle oportunida­d de obrar, no fijándonos en nuestras carencias e imperfecci­ones, sino más bien acudiendo a Él para ayudarnos a alcanzar el tope de nuestras posibilida­des mientras ponemos de nuestra parte para que «así alumbre [nuestra] luz delante de los hombres, de modo que vean [nuestras] buenas obras y glorifique­n a [nuestro] Padre que está en los cielos».4

1. Salmo 103:14

2. 2 Corintios 4:7

3. V. 2 Corintios 12:9

4. Mateo 5:16

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from International