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EL QUE ABRE CAMINOS

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Escuchar la canción Waymaker (El que abre caminos) de Michael W. Smith me motivó y me levantó el ánimo. Si bien la había escuchado antes, era la primera vez que meditaba en el poder y la verdad de su mensaje. El que abre caminos El que obra milagros El que cumple promesas El que alumbra la oscuridad Mi Dios

Eso eres Tú.

Esas palabras han sido para mí como una inyección de fe, particular­mente en este momento de mi vida en que necesito abrir camino.

En los últimos meses, tanto en mis circunstan­cias como en mi vida espiritual, he tenido la sensación de estar rodeado de encumbrado­s muros que me impiden salir adelante. Esta canción me dio el impulso que tanto necesitaba y me recordó todo lo que Dios hace y representa. Además me hizo reflexiona­r en los numerosos relatos de la Biblia que demuestran que Él abre o hace caminos, como el de Josué en la batalla de Jericó.

A veces es normal sentirse sobrepasad­o cuando se topa uno con la realidad de las condicione­s

1. V. Josué 5:13-15

2. V. Josué 2:9-11 y circunstan­cias físicas. Supongo que Josué y sus seguidores debieron sentirse así al acercarse a la ciudad de Jericó y descubrir lo fortificad­a que estaba. Es probable que se sintieran momentánea­mente intimidado­s por sus imponentes murallas. Yo por lo menos me hubiera sentido así de haber sido parte de ese ejército de Israel.

No obstante, la fe de Josué se fortaleció increíblem­ente cuando se le apareció un comandante de los ejércitos del Cielo, espada en mano, momentos antes que los israelitas llegaran a Jericó.1

Es más, a los espías de Israel enviados anteriorme­nte para reconocer el terreno, Rajab ya les había referido lo atemorizad­os que estaban los habitantes de Jericó tras enterarse de los milagros que el Señor había obrado hasta entonces por Su pueblo en sus conquistas y para liberarlos de sus enemigos.2

De manera que Josué y su ejército se quedaron tranquilos sabiendo que

Dios estaba obrando y obedeciero­n Sus instruccio­nes, que consistían en marchar alrededor de la ciudad siete días y al séptimo día marchar siete veces alrededor de las murallas y pegar por último ¡un grito! Hecho esto, Dios derribó las murallas de la ciudad para que el pueblo de Israel pudiera invadir y tomar posesión de ella.

Si en algún momento te sientes enclaustra­do o rodeado por altas murallas que parecen impenetrab­les, recuerda que pertenecem­os al que abre caminos. Lo único que debemos hacer es buscarlo con paciencia y obedecer lo que nos indique. Al trazar círculos de oración alrededor de las situacione­s en que nos encontremo­s y prorrumpir en gritos de alabanza a Su nombre, podemos confiar que en Su perfecto momento Él derribará las murallas —sean las que sean— y abrirá caminos para que tomemos posesión de lo que nos tiene reservado. Él todavía se dedica a dividir aguas y derribar murallas abriendo caminos donde no hay caminos.

Steve Hearts es ciego de nacimiento. Se desempeña como escritor y músico y pertenece a la Familia Internacio­nal en Norteaméri­ca. ■

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