UN SACRIFICIO VIVO
«Amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo.1
Creo firmemente que Dios nos ha dado la facultad y libre albedrío para efectuar cambios y tomar decisiones en nuestra vida. Al mismo tiempo considero también que es muy fácil distraerse con ideologías de autoayuda. Por ejemplo, concebir una vida óptima y trazar planes de cinco años son acciones positivas. No obstante, hay que encontrar la forma de conciliar eso con aquello de «entregar nuestro cuerpo en sacrificio vivo».
Se trata de un versículo bíblico muy interesante, pues no habla solamente de presentar a Dios nuestros pensamientos o creencias, sino también nuestro cuerpo. Eso significa que lo que hacemos físicamente también debe ser para gloria de Él. La Biblia en algunas versiones lo describe como «nuestro culto racional» o
1. Romanos 12:1 (NTV) «verdadero». Es decir, que no es algo portentoso, espectacular ni digno de elogios, sino nuestro compromiso cristiano lógico y elemental.
Visto en ese contexto, seguir a Jesús se torna algo concreto. No se trata de una mera ideología, sino algo a lo que dedicas tu tiempo, algo a lo que te entregas. «Sacrificio» no implica que la vida vaya a ser monótona o dura, sin diversión ni ambición ni sueños. No es así. La verdadera realización solo se puede encontrar permaneciendo cerca de Dios y amoldándose a Sus designios.
Se inicia otro año. Como siempre, entramos en él con todas las esperanzas, sueños y expectativas que promete un nuevo año. Pero sí espero que te tomes un tiempo para pensar en lo que Dios pide de ti. ¿Cómo se plasma un «sacrificio vivo» en tu vida y en tu relación con Él?
Marie Alvero ha sido misionera en África y México. Lleva una vida plena y activa en compañía de su esposo y sus hijos en la región central de Texas, EE. UU. ■
Si un encargo de un rey terrenal se considera un honor, ¿cómo puede considerarse un sacrificio el encargo de un Rey celestial? David Livingstone (1813–1873)
El sacrificio por sí solo, desnudo y descarnado, es espantoso, antinatural e inerte; en cambio, la abnegación iluminada por el amor es calor y vida; es la muerte de Cristo, la vida de Dios y la bienaventuranza y la única vida propiamente tal del hombre. Frederick W. Robertson (1816–1853)
La fe cristiana fue concebida para vivirla momento a momento. No se trata de un trazado amplio y general, sino de un largo camino con una Persona real. Los detalles cuentan: pensamientos pasajeros, pequeños sacrificios, algunas palabras de aliento, pequeños actos de bondad, breves victorias sobre pecados persistentes. Joni Eareckson Tada (n. 1949)