Conéctate

PERDONAR Y OLVIDAR

- Rosane Pereira

Mi hermana mayor, Sheila, tuvo una gran influencia en mi vida cuando yo era joven. Me enseñó a tocar la guitarra y componía dulces melodías de amor y esperanza. Con su ejemplo me enseñó que las heridas del alma son como las de la piel: se curan de forma natural.

Con el tiempo, sin embargo, me di cuenta de que algunas personas sanan más rápido que otras. A veces, la gente guarda su dolor hasta que deviene en amargura. Dejan que los recuerdos tristes les empañen la mente y les quiten la alegría de vivir. Es como si siguieran golpeando ese moretón, lo que impide que sane.

Eso también me pasó a mí. Una vez le guardé rencor a alguien durante unas semanas, hasta que un amigo me aconsejó que lo dejara pasar y me pusiera a rezar por esa persona. Me dijo: «Si rezas por él, pronto verás que el resentimie­nto ha desapareci­do». Seguí ese consejo, y así fue, tal cual. Ni siquiera recuerdo quién era esa persona ni lo que me hizo, pero sí guardo memoria del consejo, el cual he seguido muchas veces desde entonces.

Mi hermana tenía razón sobre la cura de las heridas; sin embargo está sujeta a una condición: tenemos que perdonar y olvidar, soltarlo. Cualesquie­ra que sean los males que nos sobrevenga­n, Dios puede hacer que redunden en nuestro bien si lo amamos, confiamos en Él y lo seguimos.

La historia de José en la Biblia es una buena ilustració­n de todo esto. Perdonó a sus hermanos después que lo vendieran como esclavo y estuviera 13 años en servidumbr­e. En Génesis 50:20 les dice: «Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente».1

¡Vale tomar en cuenta que Dios mismo perdona y olvida! Hebreos 8:12 dice: «Perdonaré sus maldades y nunca más me acordaré de sus pecados».2 Este principio es la esencia del mensaje cristiano. Es lo que Dios hizo por nosotros cuando envió a Jesús a morir por nuestros pecados. Si queremos ser seguidores de Jesús, debemos recibir Su amor y Su perdón, y luego aprender a perdonar y olvidar, no solo por el bien de los demás, sino también por nuestro bien.

Rosane Pereira es profesora de inglés y escritora. Vive en Río de Janeiro (Brasil) y está afiliada a La Familia Internacio­nal. ■

 ?? ?? Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantad­os. Isaías 57:15 (NVI)
Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantad­os. Isaías 57:15 (NVI)
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from International