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Si bien es cierto que tú puedes influir positivamente en la vida de los demás, Jesús en ti puede influir mucho más poderosamente. Si aún no lo has hecho, puedes recibir a Jesús ahora mismo rezando una sencilla oración como esta:
Jesús, creo en ti y te invito a entrar en mi vida para que seas mi Salvador y constante compañero. Te ruego que me perdones todo lo malo que he hecho. Lléname del Espíritu Santo y enséñame a conocerte mejor mediante la lectura de la Biblia. Amén.