Conéctate

A NUESTROS AMIGOS

¿importa el nombre?

- Gabriel García V. Director

A la mayoría de nosotros se nos conoce por algún apelativo o título, o por los papeles o funciones que cumplimos. Yo, por ejemplo, soy padre de familia, cónyuge, hijo, hermano, colega, amigo, etc. Cada uno de los nombres que se nos asignan arroja luz sobre un aspecto de nuestra vida.

La Escritura usa gran variedad de apelativos y títulos para describir a Dios, centenares, a decir verdad. Entre los más conocidos figuran Rey (Salmo 95), Pastor (Salmo 23), Sanador (Éxodo 15), Consolador (Isaías 51) y Padre (Romanos 8).

Esta proliferac­ión de apelativos y títulos nos da algunos indicios sobre Su carácter. En tiempos bíblicos un nombre no solo era un medio de identifica­ción, sino un indicador de los rasgos propios de un individuo. Los diversos calificati­vos de Dios tienen cada uno su relato y nos ilustran sobre las distintas facetas de Su persona.

Los cristianos, por precepto, procuramos asemejarno­s más a Dios. Los nombres que le asignamos nos ayudan a relacionar­nos con Él y comprender­lo. Generalmen­te hay que entender a una persona para poder labrar una estrecha relación con ella. Precisamen­te una relación así, íntima y estrecha, es la que Dios quiere establecer con cada uno de nosotros.

«Estas [cosas] se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en Su nombre tengan vida.»1

Jesús nos invita a todos, sin distinción. No importa de qué situación hayamos salido ni lo que hayamos hecho, podemos acudir a Él y hallar vida; invocar Su nombre y obtener respuestas.2 El propósito del presente número es llegar a conocerlo mejor y así acercarnos a Él.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from International