REFLEJOS DEL CREADOR
La luz en sí es invisible. Solo vemos cómo la reflejan distintos objetos. Así, hasta un granito de polvo, con lo pequeño que es, puede centellear como un diamante si le da la luz del sol. De no ser por el polvo, no se vería la luz; y de no ser por la luz, no se vería el polvo. Ambos son necesarios. Percibimos al Creador según lo reflejan Sus creaciones.2 «Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.»3