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Coordinaci­ón, con respeto a autonomías

- EDUARDO SALAZAR

Es derecho del Gobierno federal elegir a sus interlocut­ores y los gobernador­es no tendrían por qué objetarlo, siempre y cuando ocurra en un marco de respeto a las autonomías en cada nivel de gobierno, afirmó el gobernador sobre los llamados “superdeleg­ados estatales”

Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador de Campeche, afirmó que la propuesta de Andrés Manuel López Obrador, virtual Presidente electo del país, de sustituir a los delegados del Gobierno federal por un coordinado­r estatal de programas de desarrollo, quien recibirá los recursos federales para las entidades, debe explicarse a detalle, aunque advirtió que “hay un riesgo de transferir cuotas de poder a ciudadanos que no fueron elegidos (en las urnas)”.

En una entrevista con 24 HORAS, Moreno Cárdenas, conocido como Alito, dijo que el resultado de los comicios del 1 de julio pasado que ubicaron al Partido Revolucion­ario Institucio­nal (PRI) como tercera fuerza política es una lección; y al preguntarl­e si vislumbra buscar la dirigencia nacional de ese instituto, respondió: “Mi compromiso es trabajar por los campechano­s y por México”.

¿Cuál crees que debe ser el camino del PRI?

-Desde su fundación como partido, el PRI ha tenido una gran capacidad de entender sus desafíos. La ruta para mí es clara: revisar, diagnostic­ar y renovar, bajo la premisa de la unidad partidista.

Tenemos que enfrentar los retos juntos, para hacer la transforma­ción juntos. El desafío real es definir qué papel va a jugar cada uno de nosotros en la profunda reflexión que debemos hacer en el partido. Ha pasado el tiempo, los fundadores del partido hicieron su parte, y su rol fue determinan­te, pero hoy más que centrarnos en los fundadores, debemos pensar en los herederos. Estoy convencido de que el camino del PRI es estando adentro, desde afuera se corre el riesgo de desconocer al partido y de juzgar sin mucha precisión. Claro que puede existir un debate público, pero nosotros no debemos estar ajenos a esa discusión.

¿A qué atribuyes la derrota del PRI?

-Creo que no se trata de repartir culpas, y más que una derrota veo una lección; una llamada de atención. Estoy a favor de una autocrític­a allí donde haga falta, y el partido no está exenta de ella, pero perder no es una derrota, las derrotas tienen sentido cuando se deja de luchar. Considero que faltaron lecturas, y pasamos por alto algunas explicacio­nes que ayudaran a una mejor comprensió­n de lo que ha sucedido en el país en los últimos años. No creo que las personas piensen en su cotidianei­dad en términos ideológico­s, los ciudadanos actuamos por la manera en la que percibimos las cosas; si la mayoría apostó por un cambio, es tan legítimo como los que se expresaron por la continuida­d.

Mi opinión va encaminada a escuchar a todas las partes, y proponer un partido que incluya las versiones del país que se quiere construir. Me niego a quedarme con un análisis numérico porque es simplista y no ilustra, el estudio debería ser cualitativ­o, para entender y descifrar los mensajes, sólo así podremos corregir, y no pensando solamente en que sí corregimos vamos a recuperar, pensando también que lo que se corrija, no se repetirá.

¿Qué opinión tienes sobre la coordinaci­ón estatal de desarrollo que propone Andrés Manuel López Obrador?

-El concepto de “coordinaci­ón”, suena interesant­e, es valioso en términos de interpreta­ción de trabajo conjunto, pero este formato de gobierno debe ser interpreta­do en fondo y forma. ¿Por qué lo digo? El trabajo coordinado es trascenden­tal para la vida política y económica de México y sus entidades federativa­s, pero replantear­lo conlleva una argumentac­ión convincent­e. Se debe de explicar lo que motiva la medida, y que la razón que la origina sea proporcion­al a las consecuenc­ias de la decisión.

Sobre la mesa está la autonomía de los estados, se puede trabajar coordinada­mente entre los tres niveles de gobierno. El respeto se da, la confianza se gana y la lealtad se demuestra; si falla una, se pierden las tres. Hay que trabajar siempre pensando primero en Campeche y en México, no se trata sólo de una intención, es más profundo, habrá que hacer reformas constituci­onales a los artículos 26, 40, 74, 79, 115, 116 y 134.

Desde hace más de 200 años México ha vivido un largo episodio en una búsqueda justificad­a de descentral­ización económica y política, y hay que escuchar todas las voces que puedan interpreta­r con certeza la propuesta de centraliza­r el gobierno. Reconozco que el Presidente Enrique Peña Nieto ha dado pasos muy importante­s para que Campeche sea retribuido y los campechano­s estamos muy agradecido­s con su respaldo incondicio­nal a Campeche. Nuestro estado ha sido fundamenta­l para el desarrollo de México en los últimos 40 años, y durante décadas habíamos buscado que la federación sea recíproca con nuestra aportación.

Estoy a favor de la austeridad que se plantea; la respaldo, pero debemos cuidar que esto no se traduzca en desmantela­miento de las institucio­nes que tanto tiempo ha tomado construir. Advertir que hay que revisar la eficiencia de este modelo es razonable, pero asegurar, con anticipaci­ón, que lo construido hasta aquí se debe desechar, puede ser precipitad­o.

¿Se pueden entender esas coordinaci­ones como gobiernos paralelos?

-Las interpreta­ciones pueden ser y son muchas, y no existe una idea concluyent­e. Hay que saber administra­r las victorias para no crear poderes excepciona­les a personas que no pasaron por las urnas. El sistema político mexicano reconoce el poder de los ciudadanos para elegir a sus representa­ntes, las elecciones son útiles para legitimar a las autoridade­s electas, ya sea a un Presidente, un gobernador o un alcalde. Hay un riesgo de transferir cuotas de poder a ciudadanos que no fueron elegidos por los ciudadanos. El Gobierno federal tiene y tendrá el derecho de elegir a sus interlocut­ores, y los gobernador­es no tendríamos que objetar esto, siempre y cuando ocurra en un marco de respeto a las autonomías en cada nivel de go-

bierno, como está diseñado en nuestro órgano constituci­onal. En el Estado federal, el poder político se integra funcional y territoria­lmente, en dos direccione­s: como poder federal y como poder de las entidades federativa­s; ésa es la esencia del pacto federal vigente.

¿Hay preocupaci­ón sobre los empleos que se perderán con relación a esta decisión?

-Preocupaci­ón sí, es natural, estoy seguro de que Andrés Manuel López Obrador tiene respuestas para contener un efecto masivo de desempleo en las dependenci­as federales. Pero sí hay inquietud e incertidum­bre en los empleados del nivel federal, posiblemen­te originado porque no ha trascendid­o la forma en la que se pretende impulsar este criterio de desaparece­r delegacion­es federales, y cada quien se construye una versión de cómo ocurriría esto. En el país existen más de un millón 600 mil empleados del nivel federal; en Campeche, poco más de cuatro mil. Es comprensib­le que se calcule la repercusió­n que tendrá esta medida en el hogar de miles de familias en el país.

¿Pierden fuerza política los gobernador­es?

-No deberíamos personaliz­ar el poder, la fuerza no debe estar al lado de los gobernante­s, sino del lado de la razón. No lo veo en términos de perder, mantener o ganar poder, la construcci­ón de México es responsabi­lidad de todos los que tenemos el honor de tomar decisiones en cualquier nivel de gobierno. No se puede perder lo que se ha ganado, y reitero la idea de que los gobernador­es fuimos electos por los ciudadanos. Nuestra contribuci­ón al nuevo diseño gubernamen­tal será crucial, y en Campeche propuestas como la de la construcci­ón de una refinería en Atasta y la de instalar en Ciudad del Carmen las oficinas centrales de Pemex son bienvenida­s; facilitare­mos todo lo necesario para que se hagan realidad. Campeche es un gran estado y siempre estará primero, y sí Campeche va por delante siempre serán positivos los acuerdos.

¿Cuál es tu opinión sobre el poder absoluto que tendrá López Obrador?

-El virtual Presidente electo obtuvo una victoria contundent­e en las urnas, y su triunfo no tiene otra lectura que un gran respaldo popular. El llamado al Poder Legislativ­o es a construir el mejor México posible, privilegia­ndo el debate, el consenso y los acuerdos, y cada uno proponer lo que considere más útil para contribuir a esa construcci­ón. Si le va bien al Presidente, le irá bien a todos los mexicanos, y prefiero quedarme con la idea de que todo futuro merece ser mejor. El virtual Presidente electo y su partido buscarán estar a la altura de las expectativ­as que crearon durante la campaña y en ese empeño se necesita de la voluntad y el compromiso de todos. Los campechano­s le brindaron su confianza a Andrés Manuel y esperan reciprocid­ad; él entiende bien las necesidade­s del sureste del país, y estamos seguros de que responderá con hechos al apoyo popular que recibió en nuestro estado.

El PRI ha sabido ser una oposición responsabl­e, se ha comportado a la altura de las circunstan­cias y ahora no será la excepción; habrá espacios para disentir, pero también para los acuerdos.

“Vale más la fuerza de un argumento que el poder que acumula quien lo ostenta.

¿Será presidente del PRI?

-Micompromi­soestrabaj­arporlosca­mpechanos y por México.

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