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En la ceremonia de George Floyd se tomaron acciones preventivas de sanidad; mientras que en Hong Kong estaban prohibidas las concentraciones
El ataúd dorado con los restos de Floyd se colocó frente a una proyección con un mural pintado en el lugar donde murió; se anunció el retiro en Virginia de la estatua de Rober E. Lee, símbolo del esclavismo. Los filipinos protestaron contra Rodrigo Duterte.
Nancy Pelosi, líder demócrata de la Cámara de Representantes, denunció en una carta dirigida al presidente Donald Trump la presencia de oficiales no identificados en las calles de Washington. Señaló que hay soldados, miembros de la Guardia Nacional y personal del FBI sin justificación.
Manifestaciones pacíficas, ceremonias religiosas, protestas, caminatas… la expresión social no se ha frenado con la pandemia ocasionada por el coronavirus -que ha ocasionado casi 390 mil muertes desde diciembre pasado-, y ayer fue un día ejemplar.
Cientos de personas despidieron en Minneapolis a George Floyd, el ciudadano negro que murió cuando un policía blanco lo inmovilizó con la rodilla al cuello, desatando una ola de protestas no vistas en décadas, en una ceremonia llena de detalles íntimos, pero con un tono muy político.
El reverendo y veterano activista por los derechos civiles, Al Sharpton, fue el encargado de la elegía, en la que afirmó que Floyd “no murió de una enfermedad común sino que murió por un mal funcionamiento de la justicia criminal de Estados Unidos”.
“Lo que le pasó a Floyd pasa todos los días en este país”, dijo Sharpton, “es el momento de que nos pongamos de pie y en nombre de George digamos: saca esa rodilla de mi cuello”, agregó, recibiendo una ovación de pie.
“Tu cambiaste el mundo George”, dijo el ministro bautista después de que la difusión de las imágenes de la muerte de Floyd desató una indignación inédita desde el asesinato en 1968 del activista negro Martin Luther King Jr.
La ceremonia, con música y fuertemente marcada por las restricciones del coronavirus, mezcló testimonios íntimos de la familia con la presencia de activistas como el reverendo Jesse Jackson y políticos como la senadora de Minnesota, Amy Klobuchar.
FILIPINAS, BAJO SOSPECHA
La víspera, cientos de filipinos marcharon por las calles de Manila preocupados por la aprobación en el Congreso de una nueva ley antiterrorista, ya que consideran que la nueva norma, aprobada el miércoles, busca perseguir a los críticos del Gobierno de Rodrigo Duterte y castigar el disenso.
MASACRE HISTÓRICA
Pese a la prohibición que impuso el Gobierno de Hong Kong para la conmemoración anual de las víctimas de la masacre de Tiananmen, que se lleva a cabo cada 4 de junio, miles de ciudadanos se congregaron en el parque de Victoria, como lo han hecho desde 1989. Hong Kong es el único lugar en el gigante asiático en el que se puede hacer esta remembranza.