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Un duro camino
La admiración por los “idols” (término para referirse a las y los cantantes de este género) nace a partir del hecho de que, además de pasar por un intenso proceso de audición para formar parte de una disquera, deben completar un duro entrenamiento para llegar a debutar en la música.
Los jóvenes deben aprender a cantar, bailar, actuar, componer y producir música en diferentes idiomas (inglés y japonés), proceso que comienza desde que los aspirantes tienen entre 13 y 16 años (o incluso antes) y se debe hacer bajo la supervisión de una empresa de entretenimiento.
Los beneficios potenciales de este fenómeno musical son enormes. Un ejemplo de ello es la agencia que está detrás de la banda BTS, Big Hit Entertainment, rebautizada Hybe, que comenzó a cotizar en la Bolsa el año pasado y ahora tiene una capitalización de mercado de más de 7.000 millones de dólares.
Algunos de los “idols” más populares son BTS, G-Dragon (de BIGBANG), Hwasa (de Mamamoo), Blackpink, Stray Kids y Tommorow by Together (TXT).