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La política chilena se convulsiona desde octubre de 2019; ayer zarpó el barco hacia su nueva Carta Magna, que reemplaza la nacida en 1980
Un nuevo capítulo de la historia chilena se comenzó a escribir ayer en forma de Constitución, una que reemplazará la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y que llegó como resultado de la válvula de escape que se abrió en el país en octubre de 2019, con protestas multitudinarias en reclamo de mayor igualdad social.
Para darle aún más simbolismo al acontecimiento, la académica y lingüista mapuche (el pueblo indígena más numeroso del Cono Sur) Elisa Loncón fue elegida para presidir la Convención Constitucional redactora.
Con tres horas de retraso por protestas y reclamos de algunos constituyentes que acusaron represión policial contra los manifestantes, se nombró a los 155 convencionales, de los cuales solo 37 corresponden al ala derechista.
“Esta Convención transformará Chile”, dijo Loncón -vestida con traje típico y portando una bandera mapuche-, al enfatizar que “este sueño será representativo de la pluralidad del país y trabajará para sentar derechos sociales, para cuidar a la Madre Tierra”.
Para muchos analistas, la actual Constitución carece de legitimidad fundacional, pues emanó de una Junta Militar y fue ratificada en un débil plebiscito, sin estándares mínimos de un proceso democrático, sin un Congreso popular ni una Asamblea Constituyente.
Entre los cambios más importantes está girar hacia un sistema semipresidencial, es decir, con un Presidente de la República elegido directamente por la ciudadanía y un Jefe de
Chile nunca ha tenido una Constitución nacida bajo el manto democrático.
La Convención está conformada por 37 miembros de la derecha y 118 con tendencia a la izquierda.
La actual Carta Magna fomentó la privatización de la educación, la salud, las pensiones, y el agua.
La aprobación del texto constitucional podría tomar entre 9 y 12 meses, luego habría un plebiscito.
Los pueblos originarios no están reconocidos en la Constitución actual, lo que se prevé revertir.
Gobierno (Primer Ministro o Premier), junto a un gabinete de ministros designados por el Presidente con el acuerdo del Congreso. Actualmente, Chile cuenta con un régimen presidencial: el Ejecutivo concentra el poder decisorio, tiene facultades de colegislador y conduce las relaciones internacionales.
El nuevo texto fundacional será consensuado entre los 155 integrantes de la Convención, cuya mayoría es de independientes con afinidades de izquierda y sin experiencia en cargos públicos. Como ningún grupo ostenta la mayoría de un tercio, que otorga poder de veto, todos deberán acordar. Una diversidad que, al mismo tiempo, alimenta el temor de que se eternicen las discusiones.
Afuera de la sede del Congreso, en Santiago, había choques entre las fuerzasespecialesde la Policía y un grupo de manifestantes que intentó traspasar el cordón de seguridad. También hubo manifestaciones en los alrededores de la Plaza Italia, epicentro de las manifestaciones del pasado 2019.