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Refuerza España justicia ante agresiones sexuales
El texto propone una visión con énfasis en el consentimiento de la mujer como aspecto fundamental, sobre eso se configuran delitos o no
Aprobada y lista para hacer historia. La Ley de Libertad Sexual, conocida como “solo sí es sí”, en España. Entre otras cosas, establece que solo se entenderá que hay consentimiento cuando “se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona”.
Según la norma, las víctimas ya no tendrán que acreditar que se han resistido o que ha habido violencia para que se considere una agresión sexual.
Además, a partir de su entrada en vigor (aún debe pasar por el Congreso de los Diputados y por el Senado) desaparecerá el abuso y todo acto sexual sin consentimiento será considerado “agresión”.
En pocas palabras, el Gobierno aprobó un icónico proyecto de ley que cambia la forma en quesejuzganlosdelitossexuales,regulaelconsentimiento expreso, acaba con la distinción entreabusoyviolaciónypersiguealaindustria proxeneta. Podría aplicarse desde septiembre.
Según el texto, el silencio o la pasividad no significa consentimiento, y no mostrar oposición no puede ser excusa para actuar en contra de la voluntad de la otra parte, detalló la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.
La distinción entre abuso y violación saltó al centro del debate tras el caso de “La Manada” -la violación por parte de cinco hombres a una joven en 2016-, cuyo juicio dos años más tarde desató una potente ola feminista en todo el país. Y es que la condena a los cinco acusados que cometieron y filmaron la violación durante las fiestas de San Fermín, en Pamplona, a nueve años de prisión por abuso sexual y no por violación sacó a la calle a decenas de miles de mujeres y multiplicó los llamados para endurecer el Código Penal.
La legislación vigente hasta ahora en España exige que haya violencia o intimidación para que pueda hablarse de violación. Los demás casos se consideran abusos sexuales y conllevan penas más suaves.
Se contempla por primera vez como delitos el acoso callejero, así como el matrimonio forzado y la mutilación genital, y endurece las penas contra el proxenetismo.