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Ya les gustó robar cable en la Línea 5 del Metro
La interestación Valle Gómez-Consulado es punto recurrente de hurto de cableado, por lo que hay más vigilancia, informó el STC
Por cuarta ocasión en una semana, el Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) detuvo a un hombre que probablemente tenía la intención de robar el cableado, y a través del monitoreo de las cámaras de seguridad se detectó a un individuo ajeno a las vías de la estación Consulado, de la Línea 5.
“Se coordinaron acciones con personal de seguridad asignado a la estación, así como con la Secretaría de Seguridad Ciudadana, para el resguardo de la persona, quien salió de la zona de vías y corrió hacia un puente vehicular contiguo, donde fue detenido”, señaló el STC en una tarjeta informativa.
Por otra parte, el Metro señaló que la interestación Valle GómezConsulado de la Línea 5 es un punto recurrente de robo de cableado, por lo que se incrementó el monitoreo en
Los ladrones suelen disfrazarse de trabajadores externos para robar el cable, y después venden el cobre por kilo, el cual es muy caro al igual que el aluminio.
la zona las 24 horas del día.
“Se ha puesto especial énfasis… donde ya anteriormente se había detectado la sustracción del cableado. Los infractores ingresan luego de perforar la malla ciclónica que delimita las instalaciones”.
El STC resaltó que el cableado que se ha sustraído corresponde a baja tensión y es reparado, por lo que no ha afectado la operación de los trenes, sinembargo,empleadosdelMetrocomentaron que el hecho de dejarlos sin cable puede provocar un incendio y el hurto es tanto de alta y baja tensión.
“El cable nos sirve como tierra y
en caso de no tenerlo, estamos propensos a cualquier incidente como un corto circuito, también sustraen las juntas aislantes, así como conexiones de los transformadores que hay en las vías”.
Los empleados, quienes omitieron sus nombres, detallaron que generalmente los ladrones venden el cobre por kilo y es muy caro al igual que el aluminio, “antes lo engrapábamos paraquenolessirviera,peroyanohay una prevención de esta naturaleza”.
En ocasiones los que roban se disfrazan de trabajadores externos y saben los puntos estratégicos.
Mucha gente tiene la idea de que ser director de cine, actor o dedicarse a una profesión artística o técnica relacionada con el cine es algo lleno de glamour. Y cómo no, creo que es parte de lo que vendemos como industria.
Se los digo, en este momento desde el Festival de Cannes, en la Riviera Francesa. Un lugar sin ninguna clase de comparación con otro sitio en el mundo. Durante poco menos de dos semanas, se dan cita algunas de las propuestas más interesantes del cine mundial.
Dentro de un teatro tan legendario como los 74 años de vida del festival ocurre cada noche un acontecimiento que pienso que cualquier cineasta debería vivir una vez en la vida. Donde una inmensa alfombra roja te da la bienvenida cada noche en el Gran Teatro Lumiere. En un abarrotado recinto con miles de asistentes vestidos en estricta gala, se los digo porque a mí me mandaron de regreso la primera noche por no traer el esmoquin completo, los actores, directores y productores del ʶlm desʶlan ante las miradas hipnotizadas del público, los medios y los otros asistentes a la función.
Por supuesto que uno, como asistente a la premiere entra primero, entonces para cuando los del equipo artístico de la película en cuestión entran, las butacas están completamente llenas y a su paso al hacer su entrada, encuentran un sonoro aplauso y una ovación inigualables. Al final de cada película la gente aplaude durante todos los créditos, con una ovación irrestricta y con entrega total.
Porque para llegar ahí, para que tu película esté esa noche mágica como una de las pocas y privilegiadas cintas de la selección oʶcial, pasaron años de trabajo, dudas, descalabros, negativas. Si para algo somos buenos los cineastas es para que nos digan que no, ya nos lo han dicho tantas veces que se nos hace hasta lo normal.
Más allá del talento, el estudio, la dedicación, el tiempo, el compromiso con algo que en un principio no es más que un sueño, y que toma años hacer que suceda, los rechazos, los proyectos que se caen antes de empezar, la dificultad de conseguir el financiamiento, conseguir el equipo correcto para que forme parte de tu proyecto, la filmación, el larguísimo proceso de edición y post producción. Procesos que pueden llevar años y en algunos casos hasta lustros, y que en su mayoría, son todo menos glamurosos.
Pero sí, si los astros se alinean en tu favor, creaste la historia correcta en el momento correcto, tienes al equipo necesario, la suerte te sonríe, el trabajo rinde frutos y tienes la fortuna de que tu película sea vista en el festival más prestigioso del mundo, y caminar por la alfombra roja más mágica, entonces habrá valido la pena.
Pero si no, si tu película no llega, tu trabajo no es reconocido, los medios del mundo no hablan sobre ti, ni sobre tus actores, y a pesar de haber hecho el enorme esfuerzo de hacer una película, no alcanzas la gloria, entonces recoges tus triques, te regresas a tu casa, te sientas a la mesa y te pones de nuevo, con la hoja en blanco a escribir, a preparar el siguiente, el siguiente y el siguiente. Porque no estamos aquí por eso, sino por amor, por pasión y porque literalmente, es nuestra vida.